Palabra de Vida 1/7/2017:
«No soy digno de que entres bajo mi techo»
Por Padre Don: Jesús Higueras Esteban
1 de julio de 2017 - (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 1 de julio de 2017, sábado de la 12ª semana de Tiempo Ordinario, por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Mateo 8, 5-17:
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: “Ve” y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac: y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Y dijo al centurión:
-«Vete; que te suceda según has creído».
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: “Ve” y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac: y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Y dijo al centurión:
-«Vete; que te suceda según has creído».
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».
Padre Don: Jesús Higueras Esteban
00:20
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - "Señor yo no soy digno de que entres bajo mi techo" pero basta tu palabra para que mi siervo quede sano. Que bonito ese acto tan grandísimo de humildad que hace este centurión romano que le pide a Jesús por la curación de aquel que tanto amaba. Claro Jesús con toda la normalidad pues no te preocupes yo voy a tu casa.
00:38
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - De ningún modo, basta con que tú pronuncies una palabra y quedará completamente sano. Hablábamos ayer de ese reconocer el poder de Dios y precisamente este hombre porque no era judío, pero era un hombre que había oído hablar de Jesús, era un hombre que tenía fe. Aunque no estuviera dentro de lo que eran los discípulos de Jesús seguro que se convirtió y que pidió después incorporarse a la Iglesia de Cristo. Pero tenía fe en el amor de Dios, tenía fe en el interés de Dios, tenía fe en el poder de Dios.
01:09
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Todos los días cuando asistimos a la Santa Misa y vamos a recibir la comunión, la Iglesia nos pide, que repitamos esta frase tan bonita. Señor yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, decimos, bastará para sanarme. Para sacarme a mí porque primero que necesita sanación soy yo. No somos dignos de nada, no somos dignos de recibir la comunión, no somos dignos de que el Señor nos escuche, de que el señor nos visite, no somos dignos, yo por ejemplo en mi caso, ser digno de ser sacerdotes.
01:37
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Para nada, no tenemos ninguna dignidad, si todos es puro Don, no nos merecemos nada, y sin embargo Dios, decidió amarnos y cuando Dios tomó la decisión las decisiones de Dios son irrevocables. Y el día que Dios decidió o en el instante en que Dios decidió llamarnos a la existencia, en el momento en el que Dios pensó en nosotros y decidió amarnos, el amor de Dios es irrevocable. Y por tanto todas las gracias que recibimos de Dios, todos los dones que recibimos de Dios, no es porque nos lo merezcamos, porque tengamos derecho, uno no viene a la Iglesia como exigiendo, tengo derecho a que me bauticen, tengo derecho que me haga la Primera Comunión, tengo derecho, no tengo derecho a nada.
02:12
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Yo no soy digno de que entres en mi casa, ahora ojalá Señor, que con una palabra Tuya pues llegue la paz a mi corazón, que llegue la salvación. Yo creo que a Cristo a Dios a la Iglesia, no hay que ir con exigencias, no tenemos derecho a exigir nada, sino en la medida en que seamos precisamente humildes y conscientes de nuestra indignidad, de nuestra pobreza, es cuando como veremos las entrañas de Dios.
02:35
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Aquí podríamos hacer un examen de conciencia, si a veces Señor no he podido ser un poquito duro contigo, te he exigido, te he pedido y si no me enfado. Y si no me haces esto pues me decepciona, Señor si no puedes exigir nada, no soy digno de nada, pero, porque sé que me amas, porque sé que tu nombre es misericordia, porque sé que te apiadas de mí, me atrevo a pedirte desde mi pobreza personal aquello que tú consideres que yo necesito
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - "Señor yo no soy digno de que entres bajo mi techo" pero basta tu palabra para que mi siervo quede sano. Que bonito ese acto tan grandísimo de humildad que hace este centurión romano que le pide a Jesús por la curación de aquel que tanto amaba. Claro Jesús con toda la normalidad pues no te preocupes yo voy a tu casa.
00:38
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - De ningún modo, basta con que tú pronuncies una palabra y quedará completamente sano. Hablábamos ayer de ese reconocer el poder de Dios y precisamente este hombre porque no era judío, pero era un hombre que había oído hablar de Jesús, era un hombre que tenía fe. Aunque no estuviera dentro de lo que eran los discípulos de Jesús seguro que se convirtió y que pidió después incorporarse a la Iglesia de Cristo. Pero tenía fe en el amor de Dios, tenía fe en el interés de Dios, tenía fe en el poder de Dios.
01:09
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Todos los días cuando asistimos a la Santa Misa y vamos a recibir la comunión, la Iglesia nos pide, que repitamos esta frase tan bonita. Señor yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, decimos, bastará para sanarme. Para sacarme a mí porque primero que necesita sanación soy yo. No somos dignos de nada, no somos dignos de recibir la comunión, no somos dignos de que el Señor nos escuche, de que el señor nos visite, no somos dignos, yo por ejemplo en mi caso, ser digno de ser sacerdotes.
01:37
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Para nada, no tenemos ninguna dignidad, si todos es puro Don, no nos merecemos nada, y sin embargo Dios, decidió amarnos y cuando Dios tomó la decisión las decisiones de Dios son irrevocables. Y el día que Dios decidió o en el instante en que Dios decidió llamarnos a la existencia, en el momento en el que Dios pensó en nosotros y decidió amarnos, el amor de Dios es irrevocable. Y por tanto todas las gracias que recibimos de Dios, todos los dones que recibimos de Dios, no es porque nos lo merezcamos, porque tengamos derecho, uno no viene a la Iglesia como exigiendo, tengo derecho a que me bauticen, tengo derecho que me haga la Primera Comunión, tengo derecho, no tengo derecho a nada.
02:12
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Yo no soy digno de que entres en mi casa, ahora ojalá Señor, que con una palabra Tuya pues llegue la paz a mi corazón, que llegue la salvación. Yo creo que a Cristo a Dios a la Iglesia, no hay que ir con exigencias, no tenemos derecho a exigir nada, sino en la medida en que seamos precisamente humildes y conscientes de nuestra indignidad, de nuestra pobreza, es cuando como veremos las entrañas de Dios.
02:35
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Aquí podríamos hacer un examen de conciencia, si a veces Señor no he podido ser un poquito duro contigo, te he exigido, te he pedido y si no me enfado. Y si no me haces esto pues me decepciona, Señor si no puedes exigir nada, no soy digno de nada, pero, porque sé que me amas, porque sé que tu nombre es misericordia, porque sé que te apiadas de mí, me atrevo a pedirte desde mi pobreza personal aquello que tú consideres que yo necesito
Santa Misa del sábado de la 12ª semana de Tiempo Ordinario, 1 de julio de 2017
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