viernes, 29 de marzo de 2024

29.03.2024 - VNE-Celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo






29.03.2024 - VNE-Pasión del Señor del Viernes Santo




29 de marzo de 2024 - (13 TV / Vatican News / Camino Católico) El Papa Francisco ha presidido la celebración de la Pasión del Señor esta tarde en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. El Cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa pontificia, ha pronunciado la homilía. Tras la proclamación del pasaje evangélico de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan. Hoy se hace la Adoración a la Santa Cruz. El Papa Francisco ha reverenciado la cruz con el Cristo crucificado.







Inicio de la Santa Misa



00:34
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

«Laudetur Iesus Christus, Alabado sea Jesucristo». Desde la Ciudad del Vaticano transmitimos la Celebración de la Pasión del Señor, presidida por el Santo Padre Francisco en este Viernes Santo, 29 de marzo en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Reciban un cordial saludo, desde los Estudios de transmisión de Vatican Media y Radio Vaticana en la Ciudad del Vaticano. Hoy estaremos acompañándolos en la Coordinación, Maximiliano Menichetti, Daniel Georgi, en la Asistencia Técnica y quién les habla Alina Tufani Díaz.

01:18
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Reciban entonces, una fraternal bienvenida, a la transmisión en directo de esta Celebración de la Pasión del Señor. En este Viernes Santo, 2º del Día del Triduo Pascual, que ve a Jesús Crucificado, Inmolado en la Cruz, por nuestros pecados y por nuestra salvación. Para quienes nos siguen a través de la Radio, ya tenemos las imágenes de la Basílica de San Pedro, sin adornos y en silencio. Es así como ya está efectuándose la Procesión de Entrada, en esta Celebración, recordabamos que no habrá Eucaristía. De hecho está dividida en tres partes, se inicia con la Liturgia de la Palabra, seguida de la Adoración de la Cruz y la Sagrada Comunión.

02:18
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Bien, mientras continúa la Procesión de Entrada, aprovechamos este momento para saludar a quienes nos acompañan, a través de la Radio, la Televisión e Internet. Por medio de nuestro Canal de YouTube, así como a través del Portal Vaticannews.va y Facebook Live. Una transmisión de Vatican Media, que está llegando a todos ustedes, también gracias a la conexión de Eurovisión y Mundo Visión. Como siempre en particular va nuestro abrazo fraterno, a quienes nos siguen en Radio y Televisión; en España Setel Monte TV, en Alicante y Popular Televisión de Murcia.

03:16
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Seguiremos luego con los saludos, vemos ya al Santo Padre, ante el Altar. Ha entrado en su silla de ruedas, un Altar desnudo, sin adornos y una Basílica en silencio. La Cruz está cubierta, con un Velo morado, que significa el luto por nuestro Señor, inmolado en la Cruz, por nuestros pecados, por nuestra salvación.

04:42
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Saludamos entonces en España, a nuestros amigos que nos retransmiten de Setel Monte B en Alicante y Popular Televisión de Murcia; en América Latina; Radio hogar de Panamá; Radio Caritas de la Universidad Católica de Asunción, en Paraguay; Radio La Voz de María en Guayaquil, Ecuador; Radio Vicentina, de Chile; Radio Católica de Cuenca, Ecuador; Radio Magna Chubud, en Argentina; Radio María El Salvador y Costa Rica; Radio María en Paraguay y Colombia; Radio María en México, Panamá y Guatemala. Soy Radio aquí en Bogotá, Colombia; de Estados Unidos, ESNE el Sembrador. Seguiremos luego el Papa abre esta Celebración.

05:35
El Santo Padre - El Papa Francisco

℣.  Recuerda Señor
que tu ternura y tu misericordia
son eternas, santifica a tus hijos

y protégelos siempre
pues Jesucristo Tu Hijo
en favor nuestro instituyó

por medio de su sangre
el Misterio Pascual
por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

06:03
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Bien, se abre con la Liturgia de la Palabra, la Lectura del Profeta Isaías «el que fue traspasado por nuestras rebeliones».

06:22
Primera Lectura


Lectura del Libro del Profeta Isaías, 52, 13 – 53, 12 1ª lectura: Él fue traspasado por nuestros pecados. (Cuarto canto del Siervo del Señor).

06:25
Primera Lectura

Mira mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado, no parecía hombre, ni tenía aspecto humano. Así asombrará a muchos pueblos, ante él, los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y comprender algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia, como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres. Como un hombre de dolores, acostumbrado al sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado.

07:47
Primera Lectura

Él soportó, nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores. Nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado. Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable, cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos erramos como ovejas, cada uno siguiendo su camino y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado voluntariamente se humillaba y no abría la boca. Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron. ¿Quién se preocupará de su estirpe?

08:52
Primera Lectura

Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo, lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo, con el sufrimiento y entregar su vida como expiación. Verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere, prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma, verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida, a la muerte y fue contado entre los pecadores. Él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.

10:24
Lectura de los Salmos


Salmo: Sal 88 Padre a ti Señor me acojo no quede yo nunca desfraudado. Padre en tus manos, encomiendo mi espíritu.

10:24
Lectura de los Salmos


℣.  Padre a ti Señor me acojo
no quede yo nunca desfraudado
Padre a tus manos
encomiendo mi espíritu.

℟.  Padre a ti Señor me acojo
no quede yo nunca desfraudado
Padre a tus manos
encomiendo mi espíritu.

1.  A ti, Señor, me acojo,
No quedé nunca defraudado;
tu que eres justo ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu;
Tú el Dios leal me librarás.  ℟.

2.  Soy la burlan de todos mis enemigos
la irrisión de mis vecinos
el espanto de mis conocidos
me ven por la calle y escapan de mí
me han olvido como a un muerto
me han rechazado como un cacharro inútil.  ℟.

3.  Pero yo confío en ti, Señor;
te digo: "Tú eres mi Dios,
en tu mano está mis hazares
Líbrame de los enemigos,
que me persiguen.  ℟.

4.  Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
Séd fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en el Señor.  ℟.


Lectura de las Cartas a los Hebreos, 4, 14-16; 5, 7-9. 2ª lectura: Cristo aprendió la obediencia y se convirtió en la causa de salvación para todos los que le obedecían.

14:19
Segunda Lectura

Hermanos, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús hijo de Dios. Mantengamos firme, la confesión de fe. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades. Sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado. Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno. Cristo, en efecto, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial. Y aún siendo hijo, aprendió sufriendo a obedecer y llevado a la consumación se convirtió para todos los que lo obedecen, en autor de la salvación eterna.

℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.


GRADUALE

15:53
La Schola: Cf. Phil 2,8-9


℣.  Christus factus est
pro nobis obœdiens
usque ad mortem,
mortem autem crucis.

℣.  Propter quod et Deus
exaltavit illum:
et dedit illi nomen,
quod est super omne nomen.

GRADUAL

15:53
La Schola: Cf. Phil 2,8-9


℣.  Cristo se humilló a sí mismo
haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz.


℣.  Y por eso Dios lo exaltó
y le otorgó el nombre
que está sobre todo nombre.


16:12
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

En este momento se preparan los Diáconos, que darán Lectura al Evangelio de la Pasión del Señor. La Schola Canta el Graduale de la Carta a los Filipenses. «Cristo se ha hecho por nosotros obediente, hasta la muerte y una muerte de Cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el nombre, sobre todo nombre». Para la Lectura de la Pasión en este día, no se llevan ni los Cirios, ni el Incienso. Sino que los Lectores de la Pasión, antes del canto, del Evangelio, piden la bendición del Santo Padre. Dejaremos para todos, este pronunciamiento de la Pasión del Señor, con el sonido original.



18:29
Lectura del Santo Evangelio


  Lectura del Santo Evangelio según San Juan 18, 1-19, 42 Evangelio: La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según San Juan.


PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN

Capturaron a Jesús y lo ataron

En aquel tiempo,

Jesús salió con sus discípulos al otro lado del arroyo Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. Judas, el traidor, también conocía ese lugar, porque Jesús había estado allí a menudo con sus discípulos.

Y Judas fue allá, tomando una compañía de soldados y algunos guardias provistos por los sumos sacerdotes y los fariseos, con linternas, antorchas y armas.

Y Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se acercó y les dijo:

—¿A quién buscáis?

Le dijeron:

"A Jesús de Nazaret".

Jesús les dijo:

"Soy yo".

Judas, el traidor, también estaba con ellos. Tan pronto como les dijo:

"Soy yo",

retrocedieron y cayeron al suelo.

Volvió a preguntarles:

"¿A quién buscáis?"

Respondió:

"A Jesús, de Nazaret".

Jesús respondió:

"Te dije:

'Soy yo'.

Por tanto, si me buscáis, que se vayan, para que se cumpliera la palabra que había hablado.


"No he perdido ninguno de los que me diste".


Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El nombre de ese siervo era Malco.

Jesús dijo a Pedro:

"Vuelve a envainar la espada, ¿y no beberé yo la copa que el Padre me ha dado?"

Lo llevaron primero a Anás

Entonces los soldados, con el comandante y los guardias de los judíos, prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, que estaba sumo sacerdote ese año.

Caifás fue quien aconsejó a los judíos:

"Es apropiado que un hombre muera por el pueblo".

Mientras tanto, Simón Pedro siguió a Jesús junto con otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en la corte del sumo sacerdote. Pedro, en cambio, estaba fuera, cerca de la puerta. Entonces el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, salió, habló al portero e hizo entrar a Pedro.

Y el joven portero dijo a Pedro:

¿No eres tú también uno de los discípulos de éste?

Él respondió:

"No lo soy".

Mientras tanto, los criados y los guardias habían encendido un fuego, porque hacía frío y se estaban calentando; Pedro también se quedó con ellos y se mantuvo caliente.

Por lo tanto, el sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y sus enseñanzas.

Jesús le dijo:

"He hablado abiertamente al mundo; Siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nunca he dicho nada en secreto.

¿Por qué me cuestionas?

Pregunta a los que han oído lo que les he dicho; he aquí, ellos saben lo que he dicho".

Tan pronto como hubo dicho esto, uno de los guardias presentes abofeteó a Jesús, diciendo:

"¿Es así como le respondes al sumo sacerdote?"

Jesús le dijo:

"Si he hablado mal, muéstrame dónde está el mal. Pero si he hablado bien, ¿por qué me golpeas?"

Entonces Anás lo envió, con las manos atadas, a Caifás, el sumo sacerdote.

¿No eres tú también uno de sus discípulos?
¡No lo soy!

Mientras tanto, Simón Pedro se estaba calentando.

Le dijeron:

«¿No eres tú uno de sus discípulos?»

Él lo negó y dijo:

"No lo soy".

Pero uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, dijo:

—¿No te vi con él en el jardín?

Pedro volvió a negarlo, y al poco rato se puso a cantar el gallo.

Mi reino no es de este mundo

Luego condujeron a Jesús de la casa de Caifás al pretorio. Era de madrugada y no querían entrar en el pretorio, para no contaminarse y poder comer la Pascua.

Entonces Pilato salió a ellos y les preguntó:

"¿Qué acusación traéis contra ellos? ¿Este hombre?

Le dijeron:

"Si este hombre no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado".

Entonces Pilato les dijo:

"Tomadlo vosotros mismos, y juzgadle conforme a vuestra ley."

Los judíos le respondieron:

"No se nos permite dar muerte a nadie".

Así se cumplieron las palabras que Jesús había hablado, indicando de qué clase de muerte había de morir.

Pilato volvió al pretorio, mandó llamar a Jesús y le dijo:

«¿Eres tú el rey de los judíos?»

Jesús le respondió:

"¿Tú mismo dices esto, o te han hablado otros de mí?"

Pilato dijo:

"¿Soy yo judío?

Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?

Jesús respondió:

"Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis siervos habrían luchado para que no me entregaran a los judíos; pero mi reino no es de aquí".


Entonces Pilato le dijo:

"¿Así que tú eres rey?"

Jesús respondió:

"Tu lo dices: 'Yo soy rey'. Para esto nací y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".

Pilato le dice:

"¿Qué es la verdad?"

Y dicho esto, salió otra vez donde los judíos y les dijo:

"No hallo en él ningún delito.

Ahora bien, es costumbre entre vosotros que, con ocasión de la Pascua, ponga un prisionero en libertad.

¿Queréis que ponga en libertad al rey de los judíos?

Entonces volvieron a gritar, diciendo:

"¡A éste no, sino a Barrabás!"

Pero Barrabás era un bandido.

¡Salve, Rey de los judíos!

Entonces Pilato mandó prender a Jesús y azotarlo. Y los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, y le cubrieron con un manto de púrpura.

Entonces se acercaron a él y le dijeron:

«¡Salve, Rey de los judíos!»

Y le dieron una bofetada.

Pilato salió otra vez y les dijo:

"He aquí, yo os lo traigo, para que sepáis que no hallo en él ningún delito."

Entonces Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura.

Y Pilato les dijo:

He aquí el hombre.

Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron:

"¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!"

Pilato les dijo:

"Tomadlo y crucificadle; No encuentro ningún defecto en él".

Los judíos le dijeron:

"Tenemos una ley, y conforme a la ley es necesario que muera, porque se ha convertido en Hijo de Dios".

Cuando Pilato oyó estas palabras, tuvo aún más miedo. Volvió al pretorio y le dijo a Jesús:

«¿De dónde eres?»

Pero Jesús no le dio ninguna respuesta.

Entonces Pilato le dijo:

"¿No me hablas? ¿No sabes que tengo el poder de liberarte y el poder de crucificarte?"

Él le respondió Jesús:

"No tendrías poder sobre mí si no te hubiera sido dado de arriba. Por eso el que me ha entregado a vosotros tiene un pecado mayor".

¡Vamos!, ¡Vamos! ¡a Crucificarlo!

A partir de ese momento, Pilato trató de liberarlo.


Pero los judíos gritaron:

"¡Si liberas a este hombre, no eres amigo de César! El que se hace rey se pone contra el César".

Al oír esto, Pilato mandó sacar a Jesús y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, que en hebreo se llama Gababba. Era la preparación de la Pascua, alrededor del mediodía.

Pilato dijo a los judíos:

"He aquí vuestro rey".

Pero ellos gritaron:

"¡Fuera! ¡Camino! ¡Crucifícalo!"

Pilato les preguntó:

«¿Voy a crucificar a vuestro rey?»

Los sumos sacerdotes respondieron:

"No tenemos más rey que el César".

Luego se lo entregó para que lo crucificaran.

Lo crucificaron, y con él a otros dos

Tomaron a Jesús, y él, cargando la cruz, fue al lugar llamado la Calavera, en hebreo Gólgota, donde fue crucificado.y con él otros dos, uno a un lado y otro al otro, y Jesús en medio.

Pilato también compuso la inscripción y la colocó en la cruz; Decía:

"Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos".

Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad; Fue escrito en hebreo, latín y griego.

Entonces los principales sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:

"No escribas:

'El rey de los judíos',

sino que dijeron:

'Este dijo:

'Yo soy el rey de los judíos'".

Pilato respondió:

"Lo que he escrito, escrito está".

Se han repartido mis ropas

Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y la túnica. Pero esa túnica era sin costuras, tejida en una sola pieza de arriba a abajo.

Y se dijeron unos a otros:

No lo despedacemos, sino echemos suertes para ver quién toca.

Así se cumplió la Escritura, que dice:

"Se repartieron mis vestidos, y sobre mi túnica echaron suertes".

Y así lo hicieron los soldados.

¡Madre, ahí tienes a tu hijo!
¡Hijo, ahí tienes a tu madre!

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la madre de Cleofás, y María Magdalena.

Cuando Jesús vio a su madre y al discípulo a quien amaba junto a ella, dijo a su madre:

"Mujer, ahí tienes a tu hijo".

Entonces dijo al discípulo:

"Ahí tienes a tu madre".

Y desde aquella hora el discípulo la llevó consigo.

¡Se ha cumplido!

Después de esto, Jesús, sabiendo que todo estaba ya consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo:

"Tengo sed".

Allí había un frasco lleno de vinagre; Así que le pusieron una esponja, empapada en vinagre, encima de una caña y se la llevaron a la boca.

Después de tomar el vinagre, Jesús dijo:

"Todo se ha consumado".

E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Aquí haces una genuflexión y te tomas un breve descanso.

E inmediatamente salió sangre y agua de ella

Era el Día de Preparación, y los judíos, para que los cuerpos no permanecieran en la cruz durante el sábado, porque era un día solemne en ese sábado, pidieron a Pilato que les rompieran las piernas y se las llevaran. Entonces vinieron los soldados y quebraron las piernas a uno y a otro que había sido crucificado con él. Pero cuando llegaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados lo hirió en el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

El que ha visto da testimonio de ello, y su testimonio es verdadero; Él sabe que habla la verdad, para que vosotros también creáis.

Porque esto se hizo para que se cumpliera la Escritura:

"Ni hueso será quebrado en él".

Y otro pasaje de la Escritura dice:

"Mirarán al que traspasaron".

Tomaron el cuerpo de Jesús
y lo envolvieron en lienzos con especias

Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero en secreto, por temor a los judíos, le pidió a Pilato que tomara el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Luego fue y tomó el cuerpo de Jesús.

Nicodemo, que había ido a verlo por la noche, también fue allí y trajo unas treinta libras de una mezcla de mirra y áloe. Luego tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en pañales, junto con especias aromáticas, como suelen hacer los judíos para preparar el entierro. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no se había colocado a nadie. Allí, pues, por ser el día de la resurrección de los judíos, y como el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.

℣.  Palabra del Señor
℟.  Alabado seas, oh Cristo.


18:29
Lectura del Santo Evangelio


  Passio Domini nostri Iesu Christi secundum Ioannem 18, 1 – 19, 42 Evangelio: Passio Domini nostri Iesu Christi secundum Ioannem.


PASSIO DOMINI NOSTRI IESU CHRISTI SECUNDUM IOANNEM

Catturarono Gesù e lo legarono

In quel tempo,

Gesù uscì con i suoi discepoli al di là del torrente Cedron, dove c’era un giardino, nel quale entrò con i suoi discepoli. Anche Giuda, il traditore, conosceva quel luogo, perché Gesù spesso si era trovato là con i suoi discepoli.

Giuda dunque vi andò, dopo aver preso un gruppo di soldati e alcune guardie fornite dai capi dei sacerdoti e dai farisei, con lanterne, fiaccole e armi.

Gesù allora, sapendo tutto quello che doveva accadergli, si fece innanzi e disse loro:

«Chi cercate?».

Gli risposero:

«Gesù, il Nazareno».

Disse loro Gesù:

«Sono io!».

Vi era con loro anche Giuda, il traditore. Appena disse loro

«Sono io»,

indietreggiarono e caddero a terra.

Domandò loro di nuovo:

«Chi cercate?».

Risposero:

«Gesù, il Nazareno».

Gesù replicò:

«Vi ho detto:

sono io.

Se dunque cercate me, lasciate che questi se ne vadano», perché si compisse la parola che egli aveva detto:

«Non ho perduto nessuno di quelli che mi hai dato».

Allora Simon Pietro, che aveva una spada, la trasse fuori, colpì il servo del sommo sacerdote e gli tagliò l’orecchio destro. Quel servo si chiamava Malco.

Gesù allora disse a Pietro:

«Rimetti la spada nel fodero: il calice che il Padre mi ha dato, non dovrò berlo?».

Lo condussero prima da Anna

Allora i soldati, con il comandante e le guardie dei Giudei, catturarono Gesù, lo legarono e lo condussero prima da Anna: egli infatti era suocero di Caifa, che era sommo sacerdote quell’anno.


Caifa era quello che aveva consigliato ai Giudei:

«È conveniente che un solo uomo muoia per il popolo».

Intanto Simon Pietro seguiva Gesù insieme a un altro discepolo. Questo discepolo era conosciuto dal sommo sacerdote ed entrò con Gesù nel cortile del sommo sacerdote. Pietro invece si fermò fuori, vicino alla porta. Allora quell’altro discepolo, noto al sommo sacerdote, tornò fuori, parlò alla portinaia e fece entrare Pietro.

E la giovane portinaia disse a Pietro:

«Non sei anche tu uno dei discepoli di quest’uomo?».

Egli rispose:

«Non lo sono».

Intanto i servi e le guardie avevano acceso un fuoco, perché faceva freddo, e si scaldavano; anche Pietro stava con loro e si scaldava.


Il sommo sacerdote, dunque, interrogò Gesù riguardo ai suoi discepoli e al suo insegnamento.

Gesù gli rispose:

«Io ho parlato al mondo apertamente; ho sempre insegnato nella sinagoga e nel tempio, dove tutti i Giudei si riuniscono, e non ho mai detto nulla di nascosto.

Perché interroghi me?

Interroga quelli che hanno udito ciò che ho detto loro; ecco, essi sanno che cosa ho detto».

Appena detto questo, una delle guardie presenti diede uno schiaffo a Gesù, dicendo:

«Così rispondi al sommo sacerdote?».

Gli rispose Gesù:

«Se ho parlato male, dimostrami dov’è il male. Ma se ho parlato bene, perché mi percuoti?».

Allora Anna lo mandò, con le mani legate, a Caifa, il sommo sacerdote.

Non sei anche tu uno dei suoi discepoli?
Non lo sono!

Intanto Simon Pietro stava lì a scaldarsi.


Gli dissero:

«Non sei anche tu uno dei suoi discepoli?».

Egli lo negò e disse:

«Non lo sono».

Ma uno dei servi del sommo sacerdote, parente di quello a cui Pietro aveva tagliato l’orecchio, disse:


«Non ti ho forse visto con lui nel giardino?».

Pietro negò di nuovo, e subito un gallo cantò.


Il mio regno non è di questo mondo

Condussero poi Gesù dalla casa di Caifa nel pretorio. Era l’alba ed essi non vollero entrare nel pretorio, per non contaminarsi e poter mangiare la Pasqua.

Pilato dunque uscì verso di loro e domandò:

«Che accusa portate contro quest’uomo?».


Gli risposero:

«Se costui non fosse un malfattore, non te l’avremmo consegnato».

Allora Pilato disse loro:

«Prendetelo voi e giudicatelo secondo la vostra Legge!».

Gli risposero i Giudei:

«A noi non è consentito mettere a morte nessuno».

Così si compivano le parole che Gesù aveva detto, indicando di quale morte doveva morire.


Pilato allora rientrò nel pretorio, fece chiamare Gesù e gli disse:

«Sei tu il re dei Giudei?».

Gesù rispose:

«Dici questo da te, oppure altri ti hanno parlato di me?».

Pilato disse:

«Sono forse io Giudeo?

La tua gente e i capi dei sacerdoti ti hanno consegnato a me. Che cosa hai fatto?».

Rispose Gesù:

«Il mio regno non è di questo mondo; se il mio regno fosse di questo mondo, i miei servitori avrebbero combattuto perché non fossi consegnato ai Giudei; ma il mio regno non è di quaggiù».

Allora Pilato gli disse:

«Dunque tu sei re?».

Rispose Gesù:

«Tu lo dici: io sono re. Per questo io sono nato e per questo sono venuto nel mondo: per dare testimonianza alla verità. Chiunque è della verità, ascolta la mia voce».

Gli dice Pilato:

«Che cos’è la verità?.

E, detto questo, uscì di nuovo verso i Giudei e disse loro:

«Io non trovo in lui colpa alcuna.

Vi è tra voi l’usanza che, in occasione della Pasqua, io rimetta uno in libertà per voi:


volete dunque che io rimetta in libertà per voi il re dei Giudei?».

Allora essi gridarono di nuovo:

«Non costui, ma Barabba!».

Barabba era un brigante.

Salve, re dei Giudei!

Allora Pilato fece prendere Gesù e lo fece flagellare. E i soldati, intrecciata una corona di spine, gliela posero sul capo e gli misero addosso un mantello di porpora.

Poi gli si avvicinavano e dicevano:

«Salve, re dei Giudei!».

E gli davano schiaffi.

Pilato uscì fuori di nuovo e disse loro:

«Ecco, io ve lo conduco fuori, perché sappiate che non trovo in lui colpa alcuna».

Allora Gesù uscì, portando la corona di spine e il mantello di porpora.

E Pilato disse loro:

«Ecco l’uomo!».

Come lo videro, i capi dei sacerdoti e le guardie gridarono:

«Crocifiggilo! Crocifiggilo!».

Disse loro Pilato:

«Prendetelo voi e crocifiggetelo; io in lui non trovo colpa».

Gli risposero i Giudei:

«Noi abbiamo una Legge e secondo la Legge deve morire, perché si è fatto Figlio di Dio».


All’udire queste parole, Pilato ebbe ancor più paura. Entrò di nuovo nel pretorio e disse a Gesù:

«Di dove sei tu?».

Ma Gesù non gli diede risposta.

Gli disse allora Pilato:

«Non mi parli? Non sai che ho il potere di metterti in libertà e il potere di metterti in croce?».

Gli rispose Gesù:

«Tu non avresti alcun potere su di me, se ciò non ti fosse stato dato dall’alto. Per questo chi mi ha consegnato a te ha un peccato più grande».

Via! Via! Crocifiggilo!

Da quel momento Pilato cercava di metterlo in libertà.

Ma i Giudei gridarono:

«Se liberi costui, non sei amico di Cesare! Chiunque si fa re si mette contro Cesare».


Udite queste parole, Pilato fece condurre fuori Gesù e sedette in tribunale, nel luogo chiamato Litostroto, in ebraico Gabbatà. Era la Parasceve della Pasqua, verso mezzogiorno.

Pilato disse ai Giudei:

«Ecco il vostro re!».

Ma quelli gridarono:

«Via! Via! Crocifiggilo!».

Disse loro Pilato:

«Metterò in croce il vostro re?».

Risposero i capi dei sacerdoti:

«Non abbiamo altro re che Cesare».

Allora lo consegnò loro perché fosse crocifisso.

Lo crocifissero e con lui altri due

Essi presero Gesù ed egli, portando la croce, si avviò verso il luogo detto del Cranio, in ebraico Golgota, dove lo crocifissero e con lui altri due, uno da una parte e uno dall’altra, e Gesù in mezzo.

Pilato compose anche l’iscrizione e la fece porre sulla croce; vi era scritto:

«Gesù il Nazareno, il re dei Giudei».

Molti Giudei lessero questa iscrizione, perché il luogo dove Gesù fu crocifisso era vicino alla città; era scritta in ebraico, in latino e in greco.

I capi dei sacerdoti dei Giudei dissero allora a Pilato:

«Non scrivere:

“Il re dei Giudei”,

ma:

“Costui ha detto:

Io sono il re dei Giudei”».

Rispose Pilato:

«Quel che ho scritto, ho scritto»

Si sono divisi tra loro le mie vesti

I soldati poi, quando ebbero crocifisso Gesù, presero le sue vesti, ne fecero quattro parti – una per ciascun soldato –, e la tunica. Ma quella tunica era senza cuciture, tessuta tutta d’un pezzo da cima a fondo.

Perciò dissero tra loro:

«Non stracciamola, ma tiriamo a sorte a chi tocca».


Così si compiva la Scrittura, che dice:

“Si sono divisi tra loro le mie vesti e sulla mia tunica hanno gettato la sorte”.

E i soldati fecero così.

Ecco tuo figlio!
Ecco tua madre!

Stavano presso la croce di Gesù sua madre, la sorella di sua madre, Maria madre di Cleopa e Maria di Magdala.

Gesù allora, vedendo la madre e accanto a lei il discepolo che egli amava, disse alla madre:

«Donna, ecco tuo figlio!».

Poi disse al discepolo:

«Ecco tua madre!».

E da quell’ora il discepolo l’accolse con sé.

È compiuto!

Dopo questo, Gesù, sapendo che ormai tutto era compiuto, affinché si compisse la Scrittura, disse:


«Ho sete».

Vi era lì un vaso pieno di aceto; posero perciò una spugna, imbevuta di aceto, in cima a una canna e gliela accostarono alla bocca.

Dopo aver preso l’aceto, Gesù disse:

«È compiuto!».

E, chinato il capo, consegnò lo spirito.

Qui ci si genuflette e si fa una breve pausa.


E subito ne uscì sangue e acqua


Era il giorno della Parasceve e i Giudei, perché i corpi non rimanessero sulla croce durante il sabato – era infatti un giorno solenne quel sabato –, chiesero a Pilato che fossero spezzate loro le gambe e fossero portati via. Vennero dunque i soldati e spezzarono le gambe all’uno e all’altro che erano stati crocifissi insieme con lui. Venuti però da Gesù, vedendo che era già morto, non gli spezzarono le gambe, ma uno dei soldati con una lancia gli colpì il fianco, e subito ne uscì sangue e acqua.

Chi ha visto ne dà testimonianza e la sua testimonianza è vera; egli sa che dice il vero, perché anche voi crediate.

Questo infatti avvenne perché si compisse la Scrittura:

“Non gli sarà spezzato alcun osso”.

E un altro passo della Scrittura dice ancora:

“Volgeranno lo sguardo a colui che hanno trafitto”.

Presero il corpo di Gesù
e lo avvolsero con teli insieme ad aromi

Dopo questi fatti Giuseppe di Arimatea, che era discepolo di Gesù, ma di nascosto, per timore dei Giudei, chiese a Pilato di prendere il corpo di Gesù. Pilato lo concesse. Allora egli andò e prese il corpo di Gesù.

Vi andò anche Nicodemo – quello che in precedenza era andato da lui di notte – e portò circa trenta chili di una mistura di mirra e di aloe. Essi presero allora il corpo di Gesù e lo avvolsero con teli, insieme ad aromi, come usano fare i Giudei per preparare la sepoltura. Ora, nel luogo dove era stato crocifisso, vi era un giardino e nel giardino un sepolcro nuovo, nel quale nessuno era stato ancora posto. Là dunque, poiché era il giorno della Parasceve dei Giudei e dato che il sepolcro era vicino, posero Gesù.

℣.  Parola del Signore.
℟.  Lode a te, o Cristo.



55:54
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Ahora sí, ha concluido, la Lectura de la Pasión del Señor según San Juan. Y nos disponemos a escuchar la Homilía del Padre del Cardenal Raniero Cantalamessa, el Predicador de la Casa Pontificia.

Raniero Cantalamessa, O.F.M. Cap.: (Colli del Tronto, 22 de julio de 1934) es un cardenal católico italiano de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y teólogo. Fue ordenado sacerdote en la orden capuchina en 1958.​ Tiene títulos de doctorado en teología y literatura clásica. Fue profesor de historia cristiana antigua y director del Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Milán, renunciando en 1979. Cantalamessa también fue miembro de la Comisión Teológica Internacional desde 1975 hasta 1981.​



HOMILIA

56:36
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Cuando hayan levantado en alto al Hijo del hombre, sabrán que yo soy. Hay un crecendo, en comparación con los anteriores «yo soy» pronunciados por Jesús en el Evangelio de Juan. Él ya no dice, yo soy, esto o aquello, el Pan de Vida, la Luz del Mundo, la Resurrección y la Vida, él simplemente dice: «yo soy», sin especificación. Esto da a su afirmación, un significado metafísico absoluto, recuerda intencionalmente las palabras del Éxodo e Isaías, en las que Dios mismo proclama su divino «Yo Soy». La novedad absoluta de esta palabra de Cristo, se descubre, solo si prestamos atención a lo que precede, a la autoafirmación de Cristo.

58:04
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

«Cuando hayan levantado en alto al Hijo del hombre, sabrán que yo soy». Como si dijera, lo que yo soy y por tanto, lo que Dios es, solo se sabrá desde la Cruz. La expresión ser levantado, en el Evangelio de Juan, se refiere como sabemos, al acontecimiento de la Cruz. Estamos ante una inversión total de la idea humana de Dios y en parte también de la del Antiguo Testamento. Jesús no vino a retocar y a perfeccionar la idea que los hombres tienen de Dios, sino en cierto sentido a trastocarla y revelar el verdadero rostro de Dios.

58:58
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Esto es lo que el Apóstol Pablo, fue el primero en comprender cuando escribe. Y puesto que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por el camino de la sabiduría. Quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los que creen. Pues los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo Crucificado, escándalo para los judíos. Escándalo para los judíos, necedad para los gentiles, pero para los llamados judíos y griegos un Cristo, que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. (1ª Corintios 1, 17-25).

59:58
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Entendida desde esta perspectiva, la Palabra de Cristo, adquiere un significado universal, que interpela a quienes la leen en cualquier época y situación, incluida la nuestra. Esa inversión de la idea de Dios, de hecho, siempre necesita ser renovada. Desafortunadamente dentro de nosotros, en nuestro inconsciente, todos, todavía cargamos con la idea de Dios, que Jesús vino a cambiar. Podemos hablar de un Dios espíritu puro, ser supremo, etcétera. Pero, ¿cómo podemos verlo, en la aniquilación, de su muerte en la Cruz? Dios es omnipotente, por supuesto, pero ¿qué tipo de omnipotencia es la suya?

01:00:51
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Frente a las criaturas humanas, Dios se encuentra desprovisto de cualquier capacidad, no solo coercitiva, sino también defensiva. No puede intervenir con autoridad para imponerse a ellos. No puede hacer otra cosa, que respetar hasta el infinito, la libre elección de los hombres. Y así, el Padre revela, el verdadero rostro de su omnipotencia, en su Hijo, que se arrodilla ante los discípulos, para lavarles los pies. En su Hijo, que reducido a la impotencia más radical en la Cruz, continúa amando y perdonando sin condenar jamás.

01:01:38
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

La verdadera omnipotencia de Dios, es la impotencia total del Calvario. Se necesita poco poder, para mostrarse, pero hace falta mucho, para dejarse de lado, para borrarse. Dios es esta ilimitada capacidad de ocultamiento de sí mismo, se aniquiló a sí mismo, a nuestra voluntad de poder, Dios opuso su impotencia voluntaria. Qué lección para nosotros, que más o menos, conscientemente siempre queremos relucir. Que lección especialmente para los poderosos de la tierra, para aquellos, entre ellos, que no piensan ni remotamente en servir, sino solo en el poder por el poder.

01:02:52
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Aquellos -dice Jesús-, en el Evangelio, que oprimen al pueblo y además se hacen llamar benefactores. Pero el triunfo de Cristo, en su resurrección, no anula esta visión, reafirmando la invencible omnipotencia de Dios. Sí, pero en un sentido muy diferente al que solemos pensar, muy diferente de los triunfos, que se celebraban al regreso del emperador, de sus campañas victoriosas, recorriendo una calle, que aún hoy en Roma, lleva el nombre de vía triunfal. Hubo por supuesto, un triunfo en el caso de Cristo y un triunfo definitivo e irreversible. Pero ¿Cómo se manifiesta este triunfo?, la resurrección ocurre en el misterio, sin testigos.

01:04:02
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Su muerte, hemos oído en el relato de la pasión, fue vista por una gran multitud y en ella participaron, las más altas autoridades religiosas y políticas. Una vez resucitado, Jesús, aparece solo a unos pocos discípulos, fuera del foco de atención. Con esto, quería decirnos que, después de haber sufrido, no debemos esperar un triunfo externo, visible, como la gloria terrenal. El triunfo se da en lo invisible y es de orden infinitamente superior, porque es eterno, los mártires de ayer y de hoy, son testigos de ello. El Resucitado se manifiesta a través de sus apariciones, de manera suficiente, para dar un fundamento sólido a la fe.

01:05:03
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

A quienes no se niegan a creer a priori, pero no es una revancha, que humille a sus oponentes. No aparece entre ellos, para demostrarles que están equivocados, ni para burlarse de su ira impotente. Cualquier venganza, sería incompatible con el amor que Cristo, quiso testimoniar a los hombres, con su pasión. Se comporta humildemente, en la gloria de la Resurrección, como en la aniquilación del Calvario. La preocupación de Jesús Resucitado, no es confundir a sus enemigos, sino ir inmediatamente a tranquilizar, a sus discípulos desmayados. Y antes que ellos, a las mujeres, que nunca habían dejado de creer en él.

01:06:00
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

En el pasado, hablábamos a menudo del triunfo de la Santa Iglesia, se Rezaba por ello y se recordaban de buena gana, sus motivos históricos. Pero ¿qué tipo de triunfo, se tenía en mente? Hoy nos damos cuenta, de cuán diferente era ese tipo de triunfo, del de Jesús. Pero no juzguemos el pasado, siempre hay el riesgo de ser injusto, cuando juzgamos el pasado, con la mentalidad del presente. Más bien, acojamos la invitación, a que Jesús dirige al mundo, desde lo alto, de su Cruz, «vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré».

01:06:57
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Pareciera casi una ironía, una burla, aquel que no tiene una piedra, sobre la que apoyar su cabeza. Aquel que ha sido rechazado por los suyos, condenado a muerte, aquel ante quien uno se cubre el rostro, para no ver. Se dirige a toda la humanidad, de todos los lugares y de todos los tiempos y dice: «vengan a mí todos y yo los aliviaré». Vengan ustedes ancianos, enfermos y solos, ustedes, que el mundo deja morir en la pobreza, el hambre, bajo las bombas o en el mar. Ustedes que por su fe en mí, o por su lucha por la libertad, languidecen, en una celda de prisión.

01:07:57
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Vengan mujeres, víctimas de la violencia. En definitiva, todos, sin excluir a nadie, vengan a mí y les daré un refrigerio. No he prometido, tal vez solemnemente y cuando yo sea elevado sobre tierra, atraeré a todos hacia mí. «Pero ¿qué alivio puedes darnos, oh hombre de la Cruz?, más abandonado y cansado, que aquellos a quienes quieres consolar». Vengan a mí, porque yo soy, yo soy Dios, he renunciado a vuestra idea de omnipotencia. Pero mantengo intacta, mi omnipotencia, que es la omnipotencia del Amor. Está escrito, lo débil de Dios, es más fuerte, que los hombres. Puedo dar refrigerio, incluso sin quitar la fatiga y el cansancio en este mundo, ¿pregúntale a los que lo han experimentado?

01:09:11
Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Raniero Cantalamessa
Cardenal - Predicador de la Casa Pontificia

Sí, oh Señor Crucificado, con el corazón lleno de gratitud, en el día que conmemoramos tu pasión y muerte. Proclamamos en voz alta, con tu Apóstol Pablo «¿quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia, la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?». Pero en todo esto vencemos de sobra, gracias a aquel que nos ha amado. «Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura, podrá separarnos del amor de Dios, manifestado en Jesucristo Nuestro Señor».


01:10:54
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

En este momento, tenemos una pausa de reflexión, después de la Homilía. Para quienes están conectándose en este momento con las imágenes de Vatican Media, a través de Mundo Visión. Estamos transmitiendo la Celebración de la Pasión del Señor, en este Viernes Santo, presidida por el Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Viernes Santo Día de la Pasión de Jesús, Inmolado en la Cruz, el día más duro de la Historia de la Salvación. En silencio, en penitencia, contemplamos a Jesús en la Cruz, en su desnudez, vemos al hijo de Dios Omnipotente, clavado en una Cruz. Una Cruz que sin embargo, también nos habla de Las Cruces de la humanidad que los hombres han cargado a lo largo de la historia.

01:12:22
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Jesús, nos salva con su Cruz, ahora nos disponemos a la Lectura de las Oración Universal.


ORACIÓN UNIVERSAL


01:12:50
I. Por la Santa Iglesia

El Diácono

℣.  Oremos hermanos y hermanas
por la Santa Iglesia de Dios
para que el Señor
le de la paz,

la mantenga en la unidad
la proteja en toda la Tierra
y a todos nos conceda

una vida confiada y serena
para la gloria
de Dios Padre todopoderoso.

Se reza en silencio

01:13:37
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
que en Cristo manifiesta
tu Gloria a todas las naciones

vela solícito por la obra
de tu amor para que la Iglesia
extendida por todo el mundo

percevere con Fe inquebrantable
en la confesión de tu Nombre.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:14:01
II. Por el Santo Padre

El Diácono

℣.  Oremos también
por nuestro Santo Padre
el Papa Francisco para que Dios
que lo llamó al Orden Episcopal

lo asista y proteja
para el bien de la Iglesia
como Guía del Pueblo Santo de Dios.

Se reza en silencio

01:14:40
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
cuya sabiduría gobierna el universo
escucha a tu familia en oración
y protege con tu bondad a mi

indigno servidor
para que el Pueblo Cristiano
confiado por tu providencia

a mi cuidado pastoral
progrese siempre en la Fe.
Por Jesucristo nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:15:11
III. Por todos los Fieles de todo Orden y Grado

El Diácono

℣.  Oremos también
por todos los Obispos
Presbíteros y Diáconos de la Iglesia
y por todo el Pueblo Santo de Dios.

Se reza en silencio

01:15:32
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
cuyo Espíritu
Santificas y Gobiernas

todo el cuerpo de la Iglesia
escucha las Oraciones
que te dirigimos, para que
con la ayuda de tu Gracia

todos los miembros de la comunidad
de su orden y rango
puedan servirte fielmente.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:15:54
IV. Por los Catecúmenos

El Diácono

℣.  Oremos también
por los Catecúmenos
para que Dios Nuestro Señor

les abra los oídos del espíritu
y la puerta de la misericordia
de modo que recibida
la remisión de sus pecados

por el baño de la regeneración
sean incorporados
a Jesucristo Nuestro Señor.

Se reza en silencio

01:16:41
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
que haces fecunda a tu Iglesia
dándole nuevos hijos acrecienta
la fe y la sabiduría

de los Catecúmenos para que al renacer
en la Fuente Bautismal sean contados
entre tus hijos de adopción.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:17:03
V. Por la Unidad de los Cristianos

El Diácono

℣.  Oremos también
por todos los hermanos nuestros
que creen en Cristo
para que Dios Nuestro Señor

asista y congrege
en la una sola Iglesia
a los que viven
de acuerdo con la verdad.

Se reza en silencio

01:17:34
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
que vas reuniendo a tus hijos dispersos
y velas por la unidad ya lograda

mira con amor
a toda la grey de tu Hijo
para que la integridad de la Fe
y el vínculo de la Caridad

congregue a los que consagró
en un solo Bautismo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:17:59
VI. Por los Judios

El Diácono

℣.  Oremos también
por el pueblo Judíos
el primero al quién Dios habló

para que el Señor acreciente
en ellos el amor de su Nombre
y la fidelidad a la Alianza.

Se reza en silencio

01:18:26
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
que confiaste tus promesas
a Abraham y a su descendencia
escucha con piedad

las suplicas de tu iglesia
para que el pueblo de la primera alianza
llegue a conseguir en plenitud, la redención.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:18:51
VII. Por los que no creen en Cristo

El Diácono

℣.  Oremos también
por los que no creen en Cristo
para que iluminados por el Espíritu Santo
encuentren el Camino de la Salvación.

Se reza en silencio

01:19:17
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
concede a quienes no creen en Cristo
encontrar la verdad caminando
en tu presencia con sincero corazón

y a nosotros deseosos de ahondar
en el misterio de tu vida,
ser ante todo el mundo

testigos auténticos de tu amor
y crecer en la caridad fraterna.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:19:46
VIII. Por los que no conocen a Dios

El Diácono

℣.  Oremos también
por los que no conocen a Dios
para que merezcan llegar a él
por la rectitud y la sinceridad
de su vida.

Se reza en silencio

01:20:12
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
que creastes a todos los hombres
para que te busquen

y cuando te encuentren descansen en ti
concédeles que en medio
de las dificultades los signo de tu amor

y el testimonio de los creyentes
les lleven al gozo de reconocerte
como Dios y Padre de todos los hombres.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:20:46
IX. Por los Gobernantes de las Naciones

El Diácono

℣.  Oremos por aquellos
que son llamados a gobernar
la comunidad civil

para que Dios Nuestro Señor
ilumines sus pensamientos y corazones
para buscar el bien común
en la verdadera paz y libertad.

Se reza en silencio

01:21:12
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
que tienes en tus manos las esperanzas
de los hombres y los derechos
de todos los pueblos,

asiste con tu sabiduría
a los que gobernan
para que con tu ayuda se logren
en toda las naciones

la paz, el desarrollo,
y la libertad religiosa.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:21:38
X. Por los que sufren las atrocidades de la guerra

El Diácono

℣.  Oremos hermanos a Dios Padre
por todos los pueblos atormentados
por las atrocidades de la guerra
que sus lágrimas y la sangre de las víctimas

no se derramen en vano
sino que aceleren una era de paz
que brote de las heridas gloriosas
de Cristo Jesús.

Se reza en silencio

01:22:12
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Misericordioso y Pontente
que aniquilas las guerras
y derribas a los soberbios

aleja lo mas pronto posible
de la humanidad los horrores
y las lágrimas para que todos

podamos ser llamados
verdaderamente tus hijos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.

01:22:49
X. Por los Atribulados

El Diácono

℣.  Oremos Hermanos muy queridos
a Dios Padre Todopoderoso
para que libre al mundo
de todos los errores

aleje las enfermedades, destierre el hambre
abra las prisiones injustas
rompa las cadenas
conceda seguridad a los caminantes

el retorno a casa a los peregrinos
la salud a los enfermos
y la salvación a los moribundos.

Se reza en silencio

01:23:30
El Santo Padre - El Papa Francisco

Dios Todopoderoso y Eterno
consuelo de los que lloran
y fuerza de los que sufren
lleguen hasta ti las suplicas

de quienes te invocan en la tribulación,
para sientan en sus adversidades
el gozo de tu misericordia.
Por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amén.


Segunda parte:

ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ


01:24:22
Procesión de la Santa Cruz

℣.  Ecce lignum Crucis,
℟.  in quo salus mundi pependit.

Miren el Árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado,
El Salvador del mundo.

01:24:39
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Bien, nos adentramos a la Segunda Parte de esta Celebración, con la Adoración de la Santa Cruz. El Diácono lleva en Procesión la Cruz, que ya no está velada, a través de la Basílica, haciendo tres paradas. Y en cada una de estas paradas, canta: «Miren el Árbol de la Cruz, donde estuvo clavado El Salvador del mundo. Vengan y Adoremos».

01:25:17
La schola e l’assemblea:

℣.  Venite, adoremus - Venid a Adoradlo.

01:25:18
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

E invita a todos a arrodillarse.

01:25:22
El Cantor

Flectamus genua - Arrodillánse.

01:25:51
El Cantor

Levate - Levántense.

01:26:04
Procesión de la Santa Cruz

℣.  Ecce lignum Crucis,
℟.  in quo salus mundi pependit.

Miren el Árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado,
El Salvador del mundo.

01:26:53
El Cantor

Flectamus genua - Arrodillánse.

01:27:27
El Cantor

Levate - Levántense.

01:27:41
Procesión de la Santa Cruz

℣.  Ecce lignum Crucis,
℟.  in quo salus mundi pependit.

Miren el Árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado,
El Salvador del mundo.

01:28:18
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

«Miren el Árbol de la Cruz, donde estuvo clavado, El Salvador del mundo. Vengan y Adoremos».

01:28:31
El Cantor

Flectamus genua - Arrodillánse.

01:29:07
El Cantor

Levate - Levántense.

01:28:58
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Para quienes nos siguen a través de la Radio, en este momento la Cruz está frente al Altar, en la tercera parada de esta Procesión. Y en este momento el Diácono, junto a dos Acólitos portando las Velas acercan el Crucifijo al Santo Padre.


ADORACIÓN A LA SANTA CRUZ
Exposición de la Santa Cruz


Antiphona
La schola e l’assemblea: Ps 66, 2
IV


℟.  Crucem tuam * adoramus,
Domine, et sanctam
resurrectionem tuam laudamus
et glo rificamus: ecce enim
propter lignum venit
gaudium in universo mundo.

“Tu Cruz adoramos, Señor,
y tu santa Resurrección
alabamos y glorificamos,
por el madero ha venido
la alegría al mundo entero”.

01:30:09
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

El Papa ha besado la Cruz y en este momento nuevamente, el Diácono se ha dirigido hacia el Altar para exponer, a Jesús Crucificado. Para que sea Adorado Conmemorado, Besado por los presentes. En este caso pasan seguidamente los Cardenales, que han Concelebrada con el Santo Padre, esta Celebración de la Pasión del Señor, en la Basílica Vaticana en este Viernes Santo.

01:31:38
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Besar la Cruz, en este día, es también un signo de amor. Cuando dirigimos nuestra mirada a la Cruz donde Jesús estuvo clavado, contemplamos el signo de su Amor, del amor infinito de Dios Padre por cada uno de nosotros. Nos ha liberado, de nuestros pecados y nos ha salvado. Una Cruz de la que brota misericordia, perdón, la bondad de Dios que abraza al mundo, a través de su Hijo Crucificado.

01:34:00
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

La Cruz, adoramos Señor
y tu Santa Resurrección
Alabamos y Glorificamos.
Por el Madero ha venido
la alegría al mundo entero.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros
y tenga Piedad.

01:35:16
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Ya ha concluido este momento de Adoración, por parte de los Cardenales. Algunos Fieles, en este momento, junto algunos Monseñores, se acercan a la Cruz.

01:35:59
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Una Cruz, que es fuente de salvación, la Cruz del Señor, que hoy vemos con dolor, con indignación, con silencio, es fuente de salvación. La Cruz es el lugar donde Jesús, ha venido a buscar, con misericordia a la humanidad extraviada. Y en la Cruz el hijo de Dios se hizo solidario con todos los hombres. Especialmente con los que sufren y con los que aparentemente han perdido la esperanza.

01:36:56
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Nuevamente el Diácono lleva el Crucifijo al Santo Padre, que lo eleva ante la Asamblea, para su Adoración.

01:37:35
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Miren el árbol de la Cruz
donde estuvo clavado
El Salvador del mundo.
Venid Adoremosle.

01:39:08
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Para quienes nos siguen a través de la Radio, el Altar de la Basílica de San Pedro, está despojado. El Diácono ha colocado, mirando hacia la Asamblea al Cristo Crucificado. Y en este momento se prepara el Altar, para llevar a cabo el Rito de la Comunión, sin partir Hostia, la sin el Canto del Cordero de Dios. Se comulga con las Hostias que han sido Consagradas, en la Celebración de la Cena del Señor, ayer Jueves Santo. Y en este momento, se están llevando hacia el Altar.

01:41:01
Comentarios: Doña Alina Florina Tufani Díaz
Periodista de Vatican News

Estamos transmitiendo, con las imágenes de Vatican Media y a través de Mundo Visión. La Celebración de la Pasión del Señor, en este Viernes Santo, presidida por el Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Nos adentramos a esta tercera parte de la Celebración de la Pasión del Señor con la Sagrada Comunión. En este día, en la Basílica se encuentran unas 4500 personas y recordamos que hacia las 9 hora de Roma, a las 21:00 hora de Roma. El Papa estará en el Coliseo de Roma, para Celebrar el Vía Crucis, este año particularmente con las Meditaciones, escritas por el propio Papa Francisco, por el mismo Papá Francisco.



IMPROPERIOS


La schola: Mich 6, 3

Popule meus, quid feci tibi? Aut in quo contristavi te? Responde mihi!

Sanctus Deus. Sanctus Fortis. Sanctus et Immortalis, miserere nobis.

1.  Ego propter te flagellavi Ægýptum cum primogenitis suis: et tu me flagellatum tradidisti.


Sanctus Deus. Sanctus Fortis. Sanctus et Immortalis, miserere nobis.

2.  Ego eduxi te de Ægýpto, demerso Pharaone in Mare Rubrum: et tu me tradidisti principibus sacerdotum.

Popule meus, quid feci tibi? Aut in quo contristavi te? Responde mihi!

3.  Ego ante te aperui mare: et tu aperuisti lancea latus meum.

Sanctus Deus. Sanctus Fortis. Sanctus et Immortalis, miserere nobis.

4.  Ego ante te præivi in columna nubis: et tu me duxisti ad prætorium Pilati.

Popule meus, quid feci tibi? Aut in quo contristavi te? Responde mihi!

5.  Ego te pavi manna per desertum: et tu me cecidisti alapis et flagellis.

Sanctus Deus. Sanctus Fortis. Sanctus et Immortalis, miserere nobis.

6.  Ego te potavi aqua salutis de petra: et tu me potasti felle et aceto.


Popule meus, quid feci tibi? Aut in quo contristavi te? Responde mihi!

7.  Ego propter te Chananæorum reges percussi: et tu percussisti arundine caput meum.

Sanctus Deus. Sanctus Fortis. Sanctus et Immortalis, miserere nobis.

8.  Ego dedi tibi sceptrum regale: et tu dedisti capiti meo spineam coronam.

Popule meus, quid feci tibi? Aut in quo contristavi te? Responde mihi!

9.  Ego te exaltavi magna virtute: et tu me suspendisti in patibulo Crucis.

Sanctus Deus. Sanctus Fortis. Sanctus et Immortalis, miserere nobis.

LAMENTOS DEL SEÑOR


La schola: Mich 6, 3

Pueblo mío, ¿qué os he hecho? ¿O en qué te entristecí? ¡Respóndeme!

Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

1.  Por tu causa azoté a Egipto y a sus primogénitos, y tú me entregaste para que fuera azotado.

Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

2.  Yo os saqué de Egipto, sumergí a Faraón en el Mar Rojo y vosotros me entregasteis en manos de los principales sacerdotes.

Pueblo mío, ¿qué os he hecho? ¿O en qué te entristecí? ¡Respóndeme!

3.  Yo abrí el mar delante de ti, y tú me abriste el costado con la lanza.

Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

4.  Yo abrí el camino con la nube luminosa, y tú me condujiste al pretorio de Pilato.

Pueblo mío, ¿qué os he hecho? ¿O en qué te entristecí? ¡Respóndeme!

5.  Te alimenté con maná en el desierto, y me golpeaste con bofetadas y azotes.

Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

6.  Yo sacié vuestra sed desde la roca con agua de salvación, y vosotros saciasteis mi sed con hiel y vinagre.

Pueblo mío, ¿qué os he hecho? ¿O en qué te entristecí? ¡Respóndeme!

7.  Por ti herí a los reyes de los cananeos, y tú me golpeaste la cabeza con tu bastón.

Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.

8.  He puesto un cetro real en tu mano, y tú has puesto una corona de espinas sobre mi cabeza.

Pueblo mío, ¿qué os he hecho? ¿O en qué te entristecí? ¡Respóndeme!

9.  Te he exaltado con gran poder, y me has suspendido en el patíbulo de la cruz.

Santo Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.



NOTA: Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros
y del mundo entero
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