jueves, 2 de junio de 2016

02.06.2016 - Jubileo de los Sacerdotes - 1




Primera meditación - San Giovanni in Laterano


Publicado el 2 jun. 2016
Retiro predicado por el Santo Padre

00:19
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Laudetur Iesu Christus, Alabado Sea Jesucristo

00:26
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Aquí Radio Vaticana en Crónica Extraordinaria en el Jubileo de los Sacerdotes. Retiro Espiritual que Inicia Papa Francisco, en este Momento, la Imagen del Buen Pastor. El Sacerdote es Hombre de Misericordia, y de Compasión, cercano a Sus Gentes y Servidor de Todos, Papa Francisco.

01:29
Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - El Himno Ven Creator Espiritu, la Invocación al Espíritu, al Comenzar este Retiro

Ven Espíritu Creador
Visita la Mente de los Tuyos
Llena de la Gracia Divina
los Corazones que Tú Has Creado


01:59
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - En la Basilica San Juan de Letrán, Basilica Mayor en este Segundo Día del Jubileo de los Sacerdotes. Que ha Comenzado ayer Miércoles Segundo Día. La Primera Meditación, de Papa Francisco del Retiro Espiritual, para los Sacerdotes en San Juan de Letrán. Cuando son las 09:55 de la mañana de Roma.

02:40
Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Estamos en la Oración de la Hora Tercia, en el Oficio Divino, el Salmo 118.

Abreme los Ojos Señor,
y Contemplaré las Maravillas
de Tu Voluntad

03:34
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Este Segundo Día del Jubileo de los Sacerdotes, se Desarrollará en Tres Basilicas, los Sacerdotes están también en la Basilica Mayor, Santa María Mayor y en San Pablo Extramuros. Siguiendo esto por Monitores, dentro de las Basilicas, el Papa se trasladará posteriormente para la Segunda Meditación a Santa María Mayor y por la Tarde a San Pblo Extramuros. Radio Vaticana en Crónica Extraordinaria,

04:30
Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - El Salmo 24, Oración por toda Clase de Necesidades, Haz Señor que Camine con Lealtad

Salmo 24, 1ª parte
ORACIÓN POR TODA CLASE DE NECESIDADES

A ti, Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos,

pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:

haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura

y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,

por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,

enseña su camino a los humildes.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
Por el honor de tu nombre, Señor,

perdona mis culpas, que son muchas.
¿Hay alguien que tema al Señor
El le enseñará el camino escogido:
su alma vivirá feliz,

su descendencia poseerá la tierra.
El Señor se confía con sus fieles,
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor,
porque El saca mis pies de la red.




Gloria al Padre, y al Hijo y al Espiritu Santo
como era en un Principio ahora y Siempre
por los Siglos de los Siglos
Amen

05:50
Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - La Segunda Parte del Salmo 24, Mirame Dios que estoy Solo y Afligido

Salmo 24, 2ª parte
ORACIÓN POR TODA CLASE DE NECESIDADES

Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí,
que estoy solo y afligido.
Ensancha mi corazón oprimido
y sácame de mis tribulaciones.

Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados;
mira cuántos son mis enemigos,
que me detestan con odio cruel.

Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti.

Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus peligros.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espiritu Santo
como era en un Principio ahora y Siempre
por los Siglos de los Siglos
Amen

07:40
Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia:

El Profeta Amós 4.13

El Señor Formó las Montañas
Creó el Viento

Descubre al Hombre Su Pensamiento
Hace la Aurora y el Crepúsculo
y Camina Sobre el Dorso de la Tierra
Se llama Señor, Dios de los Ejércitos

08:20
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - La Oración con la que Inicia en San Juan de Letrán este día de Ejercicios Espirituales, de Retiro. Que Predica Papa Francisco en el Jubileo de los Sacerdotes, 02 de Junio de 2016.

08:48
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Señor Tu que a la Hora Tercia enviaste el Espíritu Santo sobre los Apóstoles Reunidos en Oración Concédenos también a Nosotros, tener parte en los Dones de este Espíritu.

09:19
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Papa Francisco está en su propio Campo, que ha sido desde muy joven la Guía de los Sacerdotes, la Formación Espiritual a través del Encuentro con Cristo.

09:40
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Comenzamos esta Jornada de Retiro Espiritual, creo que nos hará bien, Rezar Unos por los Otros. Así estamos en Comunión, un Retiro pero Todos en Comunión, Elegí el Tema de la Misericordia. Primero una pequeña Introducción, para todo el Retiro, "La Misericordia en Su Aspecto más Femenino es el Visceral Amor Materno que se Conmueve ante la Fragilidad de Su Creatura, Recién Nacida y la Abraza. Supliendo todo lo que le falta para que pueda Vivir, Crecer (rahamim).

10:52
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Y en Su Aspecto más Masculino es la Piedad Fuerte del Padre que Sostiene Siempre, Perdona y Vuelve a Poner en Camino a Sus Hijos. La Misericordia es tanto el Fruto de una «Alianza», —por eso se dice que Dios Acuerda de Su (Pacto) de Misericordia (hesed)— como un «acto» gratuito de benignidad y bondad que brota de nuestra psicología más profunda y se traduce en una obra externa (eleos, que se convierte en limosna).

11:44
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Esta inclusividad hace que esté siempre a la mano de todos el «misericordiar», el compadecerse del que sufre, conmoverse ante el necesitado, indignarse, que se revuelvan las tripas ante una injusticia patente y ponerse inmediatamente a hacer algo concreto, con respeto y ternura, para remediar la situación.

12:20
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Y, partiendo de este sentimiento visceral, está al alcance de todos mirar a Dios desde la perspectiva de este atributo primero y último con el que Jesús lo ha querido revelar para nosotros: el nombre de Dios es Misericordia.

12:40
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Cuando meditamos sobre la Misericordia sucede algo especial. La dinámica de los Ejercicios Espirituales se potencia desde dentro. La misericordia hace ver que las vías objetivas de la mística clásica —purgativa, iluminativa y unitiva— nunca son etapas sucesivas, que se puedan dejar atrás. Siempre tenemos necesidad de una nueva conversión, de más contemplación y de un amor renovado.

13:27
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Estas tres fases se entrecruzan y vuelven a aparecer. Nada une más con Dios que un acto de misericordia —y esto no es una exageración: nada une más con Dios que un acto de misericordia—, ya sea que se trate de la misericordia con que el Señor nos perdona nuestros pecados, ya sea de la gracia que nos da para practicar las obras de misericordia en su nombre.

14:04
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Nada ilumina más la fe que el purgar nuestros pecados y nada más claro que Mateo 25, y aquello de «Dichosos los misericordiosos porque alcanzarán misericordia» (Mt 5,7), para comprender cuál es la voluntad de Dios, la misión a la que nos envía. A la misericordia se le puede aplicar aquella enseñanza de Jesús: «Con la medida que midan serán medidos» (Mt 7,2).

14:46
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Permítanme, pero pienso aquí a esos confesores que «apalean» a los penitentes, que los riñen. Pero, ¡así los tratará Dios a ellos! Aunque no sea más que por eso, no hagan estas cosas. La misericordia nos permite pasar de sentirnos misericordiados a desear misericordiar, Ofrecer misericordia. Pueden convivir, en una sana tensión, el sentimiento de vergüenza por los propios pecados con el sentimiento de la dignidad a la que el Señor nos eleva.

15:35
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Podemos pasar sin preámbulos de la distancia a la fiesta, como en la parábola del Hijo Pródigo, y utilizar como receptáculo de la misericordia nuestro propio pecado. Repito esto, que es la clave de la primera meditación: utilizar como receptáculo de la misericordia nuestro propio pecado. La misericordia nos impulsa a pasar de lo personal a lo comunitario. Cuando actuamos con misericordia, como en los milagros de la multiplicación de los panes, que nacen de la compasión de Jesús por su pueblo y por los extranjeros, los panes se multiplican a medida que se reparten.

16:35
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Tres sugerencias, Tres sugerencias para esta jornada de retiro. La alegre y libre familiaridad que se establece a todos los niveles entre los que se relacionan entre sí con el vínculo de la misericordia —familiaridad del Reino de Dios, tal como Jesús lo describe en sus parábolas— me lleva a sugerirles tres cosas para su oración personal de este día.

17:03
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - La primera tiene que ver con dos consejos prácticos que da san Ignacio —me excuso por la publicidad «de familia»— y que dice: «No el mucho saber llena y satisface el alma, sino el sentir y gustar las cosas de Dios interiormente» (Ejercicios Espirituales, 2). San Ignacio agrega que allí donde uno encuentra lo que quiere y siente gusto espiritual, allí se quede rezando «sin tener ansia de pasar adelante, hasta que me satisfaga» (ibíd., 76).

17:52
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Así que, en estas meditaciones sobre la misericordia, uno puede comenzar por donde más le guste y quedarse allí, pues seguramente una obra de misericordia le llevará a las demás. Si comenzamos dando gracias al Señor, que maravillosamente nos creó y más maravillosamente aún nos redimió, seguramente esto nos llevará a sentir pena por nuestros pecados. Si comenzamos por compadecernos de los más pobres y alejados, seguramente necesitaremos ser misericordiados también nosotros.

18:35
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - La segunda sugerencia para rezar tiene que ver con una forma de utilizar la palabra misericordia. Como se habrán dado cuenta, al hablar de la misericordia a mí me gusta usar la forma verbal: hay que hacer misericordiar para ser misericordiados, (misericordiar en español, «misericordiare», tenemos que forzar la lengua) para recibir misericordia, para ser «misericordiati» (ser misericordiados). «Pero Padre, esto no es italiano». «Sí, pero es la forma que yo encuentro para ir adentro: “Misericordiare” para ser “misercordiato”».

19:38
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - El hecho de que la misericordia ponga en contacto una miseria humana con el corazón de Dios hace que la acción surja inmediatamente. No se puede meditar sobre la misericordia sin que todo se ponga en acción. Por tanto, en la oración, no hace bien intelectualizar. Con prontitud, y con la ayuda de la gracia, nuestro diálogo con el Señor tiene que concretarse en qué pecado tiene que tocar su misericordia en mí, dónde siento, Señor, más vergüenza y más deseo reparar; y rápidamente tenemos que hablar de aquello que más nos conmueve, de esos rostros que nos llevan a desear intensamente poner manos a la obra para remediar su hambre y sed de Dios, de justicia, de ternura.

20:41
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - A la misericordia se la contempla en la acción. Pero un tipo de acción que es omniinclusiva: la misericordia incluye todo nuestro ser —entrañas y espíritu— y a todos los seres.

20:59
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - La última sugerencia para la jornada de hoy va por el lado del fruto de los ejercicios, es decir de la gracia que tenemos que pedir y que es, directamente, la de convertirnos en sacerdotes más misericordiados y más misericordiosos. Una de las cosas más más bellas, que me conmueven, es la confesión de un sacerdote: es algo grande, hermoso, porque este hombre que se acerca para confesar sus pecados es el mismo que después ofrece el oído al corazón de otra persona que viene a confesar los suyos. Nos podemos centrar en la misericordia porque ella es lo esencial, lo definitivo.

22:11
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Por los escalones de la misericordia (cf. Laudato si’, 77) podemos bajar hasta lo más bajo de la condición humana —fragilidad y pecado incluidos— y ascender hasta lo más alto de la perfección divina: «Sean misericordiosos (perfectos) como su Padre es misericordioso». Pero siempre para «cosechar» sólo más misericordia. De aquí deben venir los frutos de conversión de nuestra mentalidad institucional: si nuestras estructuras no se viven ni se utilizan para recibir mejor la misericordia de Dios y para ser más misericordiosos para con los demás, se pueden convertir en algo muy extraño y contraproducente.

23:24
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - De esto se habla frecuentemente en algunos documentos de la Iglesia y en algunos discursos de los Papas, se habla muy seguido, de la conversión institucional, la conversión pastoral.

23:38
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Este retiro espiritual, por tanto, irá por el lado de esa «simplicidad evangélica» que entiende y practica todas las cosas en clave de misericordia. Y de una misericordia dinámica, no como un sustantivo cosificado y definido, ni como adjetivo que decora un poco la vida, sino como verbo —misericordiar y ser misericordiados—. Esto es lo que nos lanza a la acción en medio del mundo.

24:23
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Y, además, como misericordia «siempre más grande», como una misericordia que crece y aumenta, dando pasos de bien en mejor, y yendo de menos a más, ya que la imagen que Jesús nos pone es la del Padre siempre más grande —Deus semper maior— y cuya misericordia infinita «crece», si se puede decir así, y no tiene techo ni fondo, porque proviene de su soberana libertad.

24:55
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Primera meditación: de la distancia a la fiesta. Y ahora pasemos a la primera meditación. Aquella que se hace en Esta Basílica. He puesto como título «De la distancia a la fiesta». Si la misericordia del Evangelio es, como hemos dicho, un exceso de Dios, un desborde inaudito, lo primero es mirar dónde el mundo de hoy, y cada persona, necesita más un exceso de amor así.

25:39
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Lo primero es preguntarnos cuál es el receptáculo para tal misericordia; cuál es el terreno desierto y seco para tal desborde de agua viva; cuáles las heridas para ese aceite balsámico; cuál es la orfandad que necesita tal desvivirse en cariños y atenciones; cuál la distancia para tanta sed de abrazo y de encuentro…

26:12
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - La parábola que les propongo para esta meditación es la del padre misericordioso (cf. Lc 15,11-31). Nos situamos en el ámbito del misterio del Padre. Y me viene al corazón comenzar por ese momento en que el hijo pródigo está en medio del chiquero, en ese infierno del egoísmo, que hizo todo lo que quiso y, en vez de ser libre, se encuentra esclavo.

26:52
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Mira a los cerdos que comen bellotas…, siente envidia y le viene la nostalgia. Nostalgia: palabra clave. Nostalgia por el pan recién horneado que los empleados de su casa, la casa de su padre, comen para el desayuno. La nostalgia es un sentimiento poderoso. Tiene que ver con la misericordia porque nos ensancha el alma.

27:33
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Nos hace recordar el bien primero —la patria de donde salimos— y nos despierta la esperanza de volver. En este horizonte amplio de la nostalgia, este joven —dice el Evangelio— entró en sí y se sintió miserable. Y cada uno de nosotros puede buscar o dejarse llevar a ese punto donde se siente más miserable. Cada uno de nosotros tiene su secreto de miseria dentro... Hace falta pedir la gracia de encontrarlo.

28:38
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Sin detenernos ahora a describir lo mísero de su estado, pasemos a ese otro momento en que, después de que su Padre lo abrazó y lo besó efusivamente, él se encuentra sucio pero vestido de fiesta. Porque el padre no le dice: «Vete, dúchate y después vuelve». No, sucio y vestido de fiesta. Se pone en el dedo el anillo de par con su padre. Tiene sandalias nuevas en los pies. Está en medio de la fiesta, entre la gente.

29:27
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Algo así como nosotros, si alguna vez nos pasó, que nos confesamos antes de la misa y ahí nomás nos encontramos «revestidos» y en medio de una ceremonia.

29:47
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Es un estado de avergonzada dignidad. Avergonzada dignidad. Detengámonos en esa «avergonzada dignidad» de este hijo pródigo y predilecto. Si nos animamos a mantener serenamente el corazón entre esos dos extremos —la dignidad y la vergüenza—, sin soltar ninguno de ellos, quizás podamos sentir cómo late el corazón de nuestro Padre. Era un corazón que palpitaba de ansia cuando todos los días subía a la terraza para mirar, lejos, ¿Qué miraba? Si acaso el hijo vuelve... si el hijo regresaba.

30:42
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Pero en este punto, en este puesto donde hay dignidad y vergüenza, podemos percibir cómo late el corazón de nuestro Padre. Podemos imaginar que la misericordia le brota como sangre. Que él sale a buscarnos —a nosotros pecadores—, nos atrae a sí, nos purifica y nos lanza de nuevo, renovados, a todas las periferias a misericordiar a todos.

31:24
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Su sangre es la sangre de Cristo, sangre de la Nueva y Eterna Alianza de misericordia, derramada por nosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Esta sangre la contemplamos entrando y saliendo de su corazón, y del corazón del Padre. Esto es nuestro único tesoro, lo único que tenemos para dar al mundo: la sangre que purifica y pacifica todo y a todos.

32:10
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - La sangre del Señor que perdona los pecados. La sangre que es verdadera bebida, que resucita y da la vida a lo que está muerto por el pecado.

32:20
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - En nuestra oración serena, que va de la vergüenza a la dignidad, de la dignidad a la vergüenza —las dos juntas—, pedimos la gracia de sentir esa misericordia como constitutiva de nuestra vida entera; la gracia de sentir cómo ese latido del corazón del Padre se aúna con el latir del nuestro. No basta sentirla como un gesto que Dios tiene de vez en cuando, perdonándonos algún pecado gordo, y luego nos las arreglamos solos, autónomamente. No basta.

33:18
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - San Ignacio propone una imagen caballeresca propia de su época, pero, como la lealtad entre amigos es un valor perenne, puede ayudarnos. Dice que, para sentir «confusión y vergüenza» por nuestros pecados (y no dejar de sentir la misericordia), podemos usar un ejemplo: imaginemos que «un caballero se hallase delante de su rey y de toda su corte, avergonzado y confundido en haberle mucho ofendido, siendo que de él primero recibió muchos dones y muchas mercedes» (Ejercicios Espirituales, 74).

34:21
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Imaginemos esta escena. No obstante, siguiendo la dinámica del hijo pródigo en la fiesta, imaginemos a este caballero como alguien que, en vez de ser avergonzado delante de todos, el rey lo toma inesperadamente de la mano y le devuelve su dignidad. Y vemos que no sólo lo invita a seguirlo en su lucha, sino que lo pone al frente de sus compañeros.

35:09
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - ¡Con qué humildad y lealtad lo servirá este caballero de ahora en adelante! Esto me hace pensar en la última párrafo del capítulo 16 de Ezequiel, la última parte.

35:43
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Ya sea sintiéndonos como el hijo pródigo festejado o como el caballero desleal convertido en superior, lo importante es que cada uno se sitúe en esa tensión fecunda en la que la misericordia del Señor nos pone: no solamente de pecadores perdonados, sino de pecadores dignificados. El Señor no solamente nos limpia, sino que nos corona, nos da dignidad.

36:23
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Simón Pedro nos ofrece la imagen ministerial de esta sana tensión. El Señor lo educa y lo forma progresivamente y lo ejercita en mantenerse así: Simón y Pedro. El hombre común, con sus contradicciones y debilidades, y el que es Piedra, el que tiene las llaves, el que conduce a los demás. Cuando Andrés lo lleva a Cristo, así como está, vestido de pescador, el Señor le pone el nombre de Piedra. Apenas acaba de alabarle por la confesión de fe que viene del Padre, cuando ya le recrimina duramente por la tentación de escuchar la voz del mal espíritu al decirle que se aparte de la cruz.

37:30
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Lo invitará a caminar sobre las aguas y lo dejará hundirse en su propio miedo, para tenderle enseguida una mano; apenas se confiese pecador lo misionará a ser pescador de hombres; lo interrogará prolijamente sobre su amor, haciéndole sentir dolor y vergüenza por su deslealtad y cobardía, pero también por tres veces le confiará el pastoreo de sus ovejas. Siempre estos dos polos.

38:09
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Ahí tenemos que situarnos, en ese hueco en el que conviven nuestra miseria más vergonzante y nuestra dignidad más alta. ¿Qué sentimos cuando la gente nos besa la mano y miramos nuestra miseria más íntima, mientras el Pueblo de Dios nos honra? He aquí otra situación para entender esto, esta contradicción. Debemos situarnos aquí, en el espacio en el que conviven nuestra miseria más vergonzante y nuestra dignidad más alta.

39:17
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - El mismo espacio. Sucios, impuros, mezquinos, vanidosos —la vanidad es el pecado de los curas—, egoístas y, a la vez, con los pies lavados, llamados y elegidos, repartiendo sus panes multiplicados, bendecidos por nuestra gente, queridos y cuidados. Sólo la misericordia hace soportable ese lugar. Sin ella, o nos creemos justos como los fariseos o nos alejamos como los que no se sienten dignos.

40:09
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - En ambos casos, se nos endurece el corazón. O cuando nos sentimos justos como los fariseos, o cuando nos alejamos como aquellos que no se sienten dignos. Yo no me siento digno, pero no debo alejarme: debo estar ahí, en la vergüenza con la dignidad, las dos cosas juntas.

40:42
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - La Primera Meditación de Papa Francisco, en estos Ejercicio Espirituales, en este Retiro para los Sacerdotes. En el Jubileo de los Sacerdotes, en el Segundo Día.

40:59
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Profundizamos un poco más. Nos preguntamos: Y, ¿por qué es tan fecunda esta tensión entre miseria y dignidad, entre distancia y fiesta? Diría que es fecunda porque mantenerla nace de una decisión libre. Y el Señor actúa principalmente sobre nuestra libertad, aunque nos ayude en todo. La misericordia es cuestión de libertad.

41:45
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - El sentimiento brota espontáneo y cuando decimos que es visceral parecería que es sinónimo de «animal». Pero los animales desconocen la misericordia «moral», aunque algunos puedan experimentar algo de esa compasión, como un perro fiel que permanece al lado de su dueño enfermo. La misericordia es una conmoción que toca las entrañas, pero puede brotar también de una percepción intelectual aguda —directa como un rayo, pero no por simple menos compleja—: uno intuye muchas cosas cuando siente misericordia.

42:37
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Uno comprende, por ejemplo, que el otro está en una situación desesperada, al límite; le pasa algo que excede sus pecados o sus culpas; también uno comprende que el otro es un par, que él mismo podría estar en su lugar; y que el mal es tan grande y devastador que no se arregla sólo con justicia… En el fondo, uno se convence de que hace falta una misericordia infinita, como la del corazón de Cristo, para remediar tanto mal y tanto sufrimiento como vemos que hay en la vida de los seres humanos…

43:32
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Si la misericordia está por debajo de este nivel, no sirve. ¡Tantas cosas comprende nuestra mente con sólo ver a alguien tirado en la calle, descalzo, en una mañana fría, o al Señor clavado en la cruz por mí!

43:56
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Además, la misericordia se acepta y se cultiva, o se rechaza libremente. Si uno se deja llevar, un gesto trae el otro. Si uno pasa de largo, el corazón se enfría. La misericordia nos hace experimentar nuestra libertad y es allí donde podemos experimentar la libertad de Dios, que es misericordioso con quien es misericordioso (cf. Dt 5,10), como le dijo a Moisés. En su misericordia el Señor expresa su libertad. Y nosotros, la nuestra.

44:55
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Podemos vivir mucho tiempo «sin» la misericordia del Señor. Es decir: podemos vivir sin hacerla consciente y sin pedirla explícitamente. Hasta que uno cae en la cuenta de que «todo es misericordia» y llora con amargura no haberla aprovechado antes, siendo así que la necesitaba tanto.

45:32
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - La miseria de la que hablamos es la miseria moral, intransferible, esa donde uno toma conciencia de sí mismo como persona que, en un punto decisivo de su vida, actuó por su propia iniciativa: eligió algo y eligió mal. Este es el fondo que hay que tocar para sentir dolor de los pecados y para arrepentirse verdaderamente. Porque, en otros ámbitos, uno no se siente tan libre ni siente que el pecado afecte toda su vida y, por tanto, no experimenta su miseria, con lo cual se pierde la misericordia, que sólo actúa con esa condición.

46:29
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Uno no va a la farmacia y dice: «Por misericordia, le pido una aspirina». Por misericordia pide que le den morfina para una persona sumida en los dolores atroces de una enfermedad terminal.

46:56
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - O todo o nada. O se va hasta el fondo o no se entiende nada.

46:59
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - El corazón que Dios une a esa miseria moral nuestra es el corazón de Cristo, su Hijo amado, que late como un solo corazón con el del Padre y el del Espíritu. Recuerdo cuando Pío XII escribió la Encíclica sobre el Sagrado Corazón; recuerdo que alguno decía: «¿Por qué una encíclica sobre esto? Son cosas de monjas...». Es el centro, el Corazón de Cristo, es el centro de la misericordia.

47:49
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Tal vez las monjas entienden más que nosotros, porque son madres en la Iglesia, son icono de la Iglesia, de la Virgen María. Pero el centro es el corazón de Cristo. Nos hará bien leer esta semana o mañana la «Haurietes aquas»... «Pero, ¡es preconciliar!». Sí, pero nos hará bien. Se puede leer, nos hará mucho bien.

48:38
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - El corazón que Dios nos une a esa miseria moral nuestra es el Corazón de Cristo, Su Hijo Amado, que late como un solo Corazón, con el del Padre y el del Espíritu. Es un Corazón que elige el camino más cercano y que lo compromete. Esto es propio de la misericordia, que se ensucia las manos, toca, se mete en juego, quiere involucrarse con el otro, se dirige a lo personal con lo más personal, no «se ocupa de un caso» sino que se compromete con una persona, con su herida. Fijémonos en nuestro lenguaje.

49:23
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Cuántas veces decimos, sin darnos cuenta: «Tengo un caso...». ¡Alto! Di más bien: «Tengo una persona que...». Esto muy clerical: «Tengo un caso...», «he encontrado un caso...». También a mí me sale a menudo. Hay un poco de clericalismo: reducir lo concreto del amor de Dios, de todo lo que Dios nos da, de la persona, a un «caso». Y así me distancio y no me toca.

50:06
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Así no me mancho las manos; así hago una pastoral limpia, de horarios, pero no arriesgo nada. Ni tampoco —no se escandalicen— donde no tengo la posibilidad de un pecado vergonzoso. La misericordia excede la justicia y lo hace saber y lo hace sentir; queda implicado uno con el otro. Al dignificar —y esto es decisivo, no se debe olvidar: la misericordia da dignidad—, la misericordia eleva a aquel hacia el que uno se abaja y vuelve pares a los dos, al misericordioso y al misericordiado. Como la pecadora del Evangelio (cf. Lc 7,36-50), a la cual se la perdonó mucho, porque amó mucho y había pecado mucho.

51:19
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - De aquí la necesidad del Padre de hacer fiesta, para que se restaure todo de una sola vez, devolviendo a su hijo la dignidad perdida. Esto posibilita mirar al futuro de manera nueva. No es que la misericordia no tome en cuenta la objetividad del daño hecho por el mal. Pero le quita poder sobre el futuro —y este es el poder de la misericordia—, le quita poder sobre la vida que corre hacia delante.

52:06
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - La misericordia es la verdadera actitud de vida que se opone a la muerte, que es el fruto amargo del pecado. En eso es lúcida, no es para nada ingenua la misericordia. No es que no vea el mal, sino que mira lo corta que es la vida y todo el bien que queda por hacer. Por eso hay que perdonar totalmente, para que el otro mire hacia adelante y no pierda tiempo en culparse y compadecerse de sí mismo y en lo que se perdió.

52:55
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - En el camino de ir a curar a otros, uno irá haciendo su propio examen de conciencia y, en la medida en que ayuda a otros, reparará el mal que hizo. La misericordia es fundamentalmente esperanzada. Es madre de esperanza.

53:19
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Dejarse atraer y enviar por el movimiento del corazón del Padre es mantenerse en esa sana tensión de avergonzada dignidad. Dejarse atraer por el centro de su corazón, como sangre que se ha ensuciado yendo a dar vida a los miembros más lejanos, para que el Señor nos purifique y nos lave los pies; dejarse enviar llenos del oxígeno del Espíritu para llevar vida a todos los miembros, especialmente a los más alejados, frágiles y heridos.

54:08
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Un cura hablaba —esto es histórico— de una persona en situación de calle que terminó viviendo en una hospedería. Era alguien cerrado en su propia amargura que no interactuaba con los demás. Persona culta, se enteraron después. Pasado algún tiempo, este hombre fue a parar al hospital por una enfermedad terminal y le contaba al cura que, estando allí, sumido en su nada y en su decepción por la vida, el que estaba en la cama de al lado le pidió que le alcanzara la escupidera y que luego se la vaciara.

55:16
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Y ese pedido de alguien que verdaderamente lo necesitaba y estaba peor que él, le abrió los ojos y el corazón a un sentimiento poderosísimo de humanidad y a un deseo de ayudar al otro y de dejarse ayudar él por Dios. Y se confesó. De este modo, un sencillo acto de misericordia lo conectó con la misericordia infinita, se animó a ayudar al otro y luego se dejó ayudar él: murió confesado y en paz. Este es el misterio de la misericordia.

56:20
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Así, los dejo con la parábola del padre misericordioso, una vez que nos hemos «situado» en ese momento en que el hijo se siente sucio y revestido, pecador dignificado, avergonzado de sí y orgulloso de su padre. El signo para saber si uno está bien situado son las ganas de ser misericordioso con todos en adelante. Ahí está el fuego que vino a traer Jesús a la tierra, ese que enciende otros fuegos.

57:11
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Si no se prende la llama, es que alguno de los polos no permite el contacto. O la excesiva vergüenza, que no «pela los cables» y, en vez de confesar abiertamente «hice esto y esto», se tapa; o la excesiva dignidad, que toca las cosas con guantes.

57:42
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Los excesos de la misericordia. Para terminar, una palabrita sobre los excesos de la misericordia.

57:53
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Papa Francisco, la Meditación de Retiro de los Sacerdotes, en el Jubileo de los Sacerdotes. Radio Vaticana en Crónica Extraordinaria.

58:09
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Los excesos de la misericordia. El único exceso ante la excesiva misericordia de Dios es excederse en recibirla y en desear comunicarla a los demás. El Evangelio nos muestra muchos lindos ejemplos de los que se exceden para recibirla: el paralítico, cuyos amigos lo hacen entrar por el techo en medio del sitio donde estaba predicando el Señor —exageran—; el leproso, que deja a sus nueve compañeros y regresa glorificando y dando gracias a Dios a grandes voces y va a ponerse de rodillas a los pies del Señor;

58:49
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - el ciego Bartimeo, que logra detener a Jesús con sus gritos y consigue superar incluso la «aduana de los sacerdotes» para ir hacia el Señor; la mujer hemorroisa, que en su timidez se las ingenia para lograr una estrecha cercanía con el Señor y que, como dice el Evangelio, cuando tocó el manto, el Señor sintió que salía de él una dynamis…; todos son ejemplos de ese contacto que enciende un fuego y desencadena la dinámica, la fuerza positiva de la misericordia.

59:36
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - También está la pecadora, cuyas excesivas muestras de amor al Señor al lavarle los pies con sus lágrimas y secárselos con sus cabellos, son para el Señor signo de que ha recibido mucha misericordia, y por eso lo expresa de ese modo exagerado. Pero la misericordia siempre exagera, es excesiva. La gente más simple, los pecadores, los enfermos, los endemoniados…, son exaltados inmediatamente por el Señor, que los hace pasar de la exclusión a la inclusión plena, de la distancia a la fiesta.

01:00:29
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Y esto no se entiende si no es en clave de esperanza, en clave apostólica, en clave del que es misericordiado para misericordiar.

01:00:46
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Podemos terminar rezando, con el Magnificat de la misericordia, el Salmo 50 del rey David, que recitamos en los laudes todos los viernes. Es el Magnificat de «un corazón contrito y humillado» que, en su pecado, tiene la grandeza de confesar al Dios fiel que es más grande que el pecado. Dios es más grande que el pecado. Situados en el momento en que el hijo pródigo esperaba ser tratado con frialdad y, en cambio, el padre lo metió de lleno en una fiesta, podemos imaginarlo rezando el Salmo 50.

01:01:54
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Y rezarlo a dos coros con él, nosotros y el hijo pródigo. Podemos escucharlo cómo dice: «Misericordia, Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa…». Y nosotros decir: «Si también yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado». Y a una voz, decir: «Contra ti, Padre, contra ti solo pequé».

01:02:30
Papa Franciso - Rvrdo.: Jaime Castellón Covarrubia: - Y rezamos desde esa tensión íntima que enciende la misericordia, esa tensión entre la vergüenza que dice: «Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa»; y esa confianza que dice: «Rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame; quedaré más blanco que la nieve». Confianza que se vuelve apostólica: «Devuélveme la alegría de la salvación, afiánzame con espíritu firme y enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti».

01:03:19
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Primera Meditación de Papa Francisco, en este Segundo Día del Jubileo de los Sacerdotes. Retiro Espiritual según los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, que ha Citado el Papa Varias Veces, en esta Primera Meditación.

01:03:48
Papa Franciso - Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Todos juntos recitamos el Salmo y nos imaginamos hacerlo

Piedad de Mí Señor
en Tu Gran Misericordia
Cancela Mi Iniquidad
Lávame Todo de Mi Culpa

Contra Tí, Contra Ti
He Pecado
En la Culpa He Nacido
Pecador Me Concibió Mi Madre

en el Secreto del Corazón
Me Enseñaste la Sabiduría
Lávame y Quedaré
Más Blanco que las Nieves

Hazme Sentir la Alegría
en el Gozo y Exultaran
que se alegren los huesos quebrantados

11Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa

12Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme

13No me arrojes fuera de tu rostro,
no me quite tu santo espíritu


01:06:54
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Lo que el Papa ha llamado el Magnificat de la Misericordia, el Salmo 50 del Rey David, Un Corazón Contrito y Humillado. Los Sacerdotes se quedan Rezando, en este lugar, en la Basilica de San Juan de Letrán, en el Jubileo de los Sacerdotes. Y el Papa se traslada a la otra Basilica ahora, de Santa María Mayor, para hacer ahí la Segunda Meditación de este Día de Retiro Ritual, según los Ejercicios Espirituales Ignacianos.

01:07:55
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - En el que dentro del Jubileo, de los Sacerdotes, esa Imagen del Buen Pastor, el Sacerdote es hombre de Misericordia y de Compasión. Cercano a Sus Gentes, y Servidor de Todos, como ha dicho el Papa Francisco hablando de los Sacerdotes. Otros Sacerdotes están en Santa María Mayor, y también en San Pablo Extramuros, participando de esto, por Televisión.

01:08:29
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Escuchando al Papa en Grandes Monitores y así también estos de aquí de la Basilica de San Juan de Letrán continuarán todo el día en esta misma Basilica, siguiendo al Papa también desde otras Basilicas.

01:08:59
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Este Jubileo de los Sacerdotes, ha comenzado ayer miércoles, primero de Junio a las 09 de la mañana. En los Templos Jubilares, cerca de San Pedro y de las Otras Basilicas. El Papa ahora se ha retirado, un momento para ir al Confecionario a Confesar. Otros recordemos que el tema Misericordia, se habla de la Confesión, en el mismo San Juan de Letrán. Para dirigirse después dentro de unos momentos a la Otra Basilica, a las 11:50 dentro de 50 minutos comienza la Siguiente Meditación en Santa María Mayor, que como sabemos está muy cerca de San Juan de Letrán.

01:10:20
Rvrdo.: Guillermo Ortiz: - Queda Confesionario uno de los Confesionarios de San Juan de Letrán lo esperamos en la Próxima Segunda Meditación del Papa en el Jubileo de los Sacerdotes. Radio Vaticana en Crónica Extraordinaria, Laudetur Iesu Christus

Enlaces externos



Laudato si': es el título de la segunda encíclica del papa Francisco, firmada el 24 de mayo, Solemnidad de Pentecostés, del año 2015; y que fue presentada el 18 de junio de 2015
Basílica de San Juan de Letrán: La Archibasílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista, más conocida como Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral de la diócesis de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del obispo de Roma. Wikipedia
Dirección: Piazza di S. Giovanni in Laterano, 4, 00184 Roma RM, Italia
La Basílica Papal de Santa María la Mayor: en idioma italiano, Basilica di Santa Maria Maggiore, también conocida como Basilica di Santa Maria della Neve y Basílica Liberiana — es una basílica católica situada en Roma. Wikipedia
Basílica Papal de Santa María la Mayor: La Basílica Papal de Santa María la Mayor es una auténtica joya de belleza de valor inestimable. Desde hace dieciséis siglos domina la ciudad de Roma: es el templo mariano por excelencia y cuna de la cultura artística, representa un punto de referencia para los cives mundi que desde todas las partes del mundo llegan a la Ciudad Eterna para deleitarse con lo que la Basílica les ofrece a través de su monumental grandeza.
Amós, Profeta: Amós fue uno de los doce profetas hebreos conocidos como los Profetas menores. Era un pastor y productor de higos en Técoa, en el límite del desierto de Judá. Fue profeta en Israel y el Reino del Norte durante el reinado de Jeroboam II. Wikipedia
La mística clásica: La dinámica de los Ejercicios Espirituales se potencia desde dentro. La misericordia hace ver que las vías objetivas de la mística clásica —purgativa, iluminativa y unitiva— nunca son etapas sucesivas, que se puedan dejar atrás. Siempre tenemos necesidad de una nueva conversión, de más contemplación y de un amor renovado.


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