viernes, 20 de abril de 2018

20.04.2018 - Santa Misa en 13tv - Félix Castedo






Palabra de Vida 20/4/18:
«Mi carne es verdadera comida»
Por P. Jesús Higueras




Camino Católico

Publicado el 20 abr. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 20 de abril de 2018, viernes de la 3ª semana de Pascua, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 6, 52-59:

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:

– «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».

Entonces Jesús les dijo:

– «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida Eterna, y yo lo Resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.

Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


Padre Don: Jesús Higueras Esteban


00:22
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - «Mi Carne es Verdadera Comida y mi Sangre es Verdadera Bebida». La Iglesia siempre ha enseñado, que la Eucaristía es el Alimento que nutre efectivamente. Pero atención y esto es importante la Eucaristía no es, o la Comunión no es el premio de los justos. Es el remedio de los débiles, no comulgan los buenecitos, los que son tan Santos que como no tienen ningún pecado, pues no.

00:49
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Comulgamos los que realmente tenemos debilidades, tropezamos a diario. Es verdad que la Iglesia enseña y bien enseñado que para recibirlas a la Comunión hay que estar en Gracia de Dios. Y vivir una vida pues regular evidentemente, sin escándalos, sin esas cosas. Pero buenos, si tuviéramos la desgracia de cometer un pecado lo suficientemente grave para que nos apartará o nos desvinculara de la Gracia de Dios pues para eso está el Sacramento de la Penitencia, por supuesto que sí.

01:13
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Pero precisamente, porque nos hemos confesado porque tenemos pecados importantes podemos Comulgar. Claro que sí y en ese sentido vamos a que nunca nos creamos superiores a la gente que no Comulga. Hay personas efectivamente pues que por sus circunstancias o porque no han podido encontrar un Confesor o porque han faltado al Ayuno Eucarístico. Pues de momento sería o a lo mejor durante una temporada no pueden comulgar. No pasa nada, no son peores, no son menos buenos, tienen Fe en la Eucaristía. De hecho cuanta gente por ejemplo viven una cosa muy bonita que se llama la Comunión Espiritual.

01:44
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Por ejemplo, las personas que escucháis la Misa en la Televisión y que efectivamente no podéis Comulgar en ese momento de escuchar la Misa. Y sin embargo, sería precioso que el momento que el Sacerdote está Distribuyendo la Comunión que tú dijeras Señor yo quiero recibirte con todo el cariño, con toda la pureza, con toda la humildad. Como te recibió Tu Santísima Madre, como te han recibido todos los Santos. Hacer una Comunión Espiritual en ese momento aunque yo no puedo acercarme incluso si estoy en la Iglesia pero no debo acercarme Comulgar.

02:11
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Pues nadie te quita hacer una Comunión Espiritual, las Comuniones Espirituales tienen un valor grandísimo. ¿Porqué?, porque es con mi deseo, con mi corazón, decirte: «Señor, yo te quiero recibir», por supuesto que sí. Y bueno y los que tengan la fortuna de poder Comulgar Sacramentalmente, pues cuidar mucho esos momentos. Porque es el Alimento que Nutre efectivamente. «Mi carne es verdadera comida, mi Sangre es verdadera bebida».

02:34
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Si es verdad, en la medida en que nosotros no dejamos que eso nos nutra, que eso nos sacie pues hay gente que comulga y a lo mejor es que no les sirve de nada. Porque no se enteran de nada, porque han recibido la Sagrada Comunión y a los 20 segundos ya tienen a lo mejor no el Santo en el Cielo, lo tienen en el partido de fútbol. En la compra que van a hacer mañana, en la crítica de no sé quién y el Santo se les va pues fuera del cielo.

02:56
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - ¿Cómo Comulgamos?, ¿cómo recibimos a Jesucristo en la Eucaristía? si no podemos Comulgar físicamente o Sacramentalmente. ¿Cómo cuidamos nuestra Comunión Espiritual?, eso qué importante es. Porque entonces efectivamente si eso lo cuidamos con todo el cariño especialmente las Comuniones Espirituales, entonces Jesús será el Alimento que Nutre, la Bebida que Sacia nuestra Sed.


Santa Misa del viernes 20 de abril de 2018, 3ª Semana de Pascua




Camino Católico

Publicado el 20 abr. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa del viernes de la 3ª semana de Pascua, presidida por el P. Félix Castedo, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Inicio de la Santa Misa y Dedicación


Este es el día (salmo 117)(Manzano)

Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna Su misericordia.
¡Aleluya, aleluya!

Que lo diga la casa de Israel:
es eterna Su misericordia.
Que lo diga la casa de Aarón:
es eterna Su misericordia.
Que lo digan lo fieles del Señor:
es eterna Su misericordia.

Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
"la diestra del Señor es poderosa;
es excelsa la diestra del señor".
"La diestra del Señor es poderosa;
es excelsa la diestra del Señor".

Abridme las puertas del triunfo
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del señor:
los vencedores entrarán por ella.
Yo no he de morir, yo viviré
para contar las hazañas del Señor.

La piedra que el cantero desechó
es ahora la piedra angular.
Es el señor quien lo ha hecho,
esto ha sido un milagro patente.
Te doy gracias porque me escuchaste,
porque fuiste mi salvación.

01:01
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
℟.  Amen.

℣.  El Dios de la Vida que ha Resucitado
a Jesucristo rompiendo las ataduras
de la muerte esté con todos vosotros.
Y con tu espíritu.

01:14
Padre Don: Félix Castedo:

Pues con este Dios de la Vida, nos encontramos ahora en la Celebración de la Eucaristía. En la que el mismo se hace Pan y Vino para Alimentarnos con su Cuerpo y su Sangre. Es Él quien quiere darnos Vida, a través del Sacramento que Celebramos. Es algo grandioso, no hay nada más importante que podamos hacer a lo largo del día, o a lo largo de toda nuestra vida. Pongámonos reconociendo humildemente ante el Señor, que no somos dignos porque somos pecadores.

01:53
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  Tú que has destruido el pecado
y la muerte con tu resurrección
℟.  Señor, Ten Piedad

℟.  Señor, Ten Piedad

℣.  Tú que has renovado
la creación entera
con tu resurrección
℟.  Cristo, Ten Piedad

℟.  Cristo, Ten Piedad

℣.  Tú que das la alegría a los vivos
y la vida a los muertos
con tu resurrección.
℟.  Señor, Ten Piedad

℟.  Señor, Ten Piedad.

02:14
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  Dios Todopoderoso
Tenga Misericordia de nosotros
Perdone de nuestros pecados
y nos lleve a la Vida Eterna.

℟.  Amén

02:23
Padre Don: Félix Castedo:

Oremos.
Te pedimos Señor
que ya que nos has dado
la gracia de conocer la Resurrección

de tu hijo nos concedas
también que el Espíritu Santo
con su amor nos haga Resucitar
a una Vida Nueva

por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo
que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios
por los siglos de los siglos

℟.  Amén.

03:07
Padre Don: Félix Castedo:


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 1-20 1ª lectura: Ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a los pueblos.

03:13
Lectora de la Primera Lectura: - En aquellos días, Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres.

Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una Luz Celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:

«Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?». Dijo él:

«¿Quién eres, Señor?». Respondió:


03:53
Lectora de la Primera Lectura: - «Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá que tienes que hacer».

Sus compañeros de viaje se quedaron muertos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:

«Ananías». Respondió él:

«Aquí estoy, Señor.» El Señor le dijo:

«Levántate y ve a la calle llamada Recta, y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Mira, está orando, y ha visto en visión a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista». Ananías contestó:

«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén, y que aquí tiene autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre». El Señor le dijo:


05:14
Lectora de la Primera Lectura: - «Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel. Yo le mostraré lo que tiene que sufrir por mi nombre». Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:

«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo».

Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y fue bautizado. Comió, y recobró las fuerzas.

Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a anunciar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.


℣.  Palabra de Dios.
℟.  Te alabamos, Señor.

06:13
Lector del Salmo Responsorial:


Salmo: Sal 116, 1. 2 Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

℣.  Id al mundo entero
y proclamad el Evangelio.

℟.  Id al mundo entero
y proclamad el Evangelio.

℣.  Alabad al Señor,
todas las naciones, aclamadlo,
todos los pueblos.  ℟.

℣.  Firme es su misericordia
con nosotros, su fidelidad
dura por siempre.  ℟.

Aleluya Jn 6, 56 No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

06:39
Lectora del Aleluya, aleluya, aleluya:

℣.  Aleluya, aleluya, aleluya

℣.  El que como mi carne
y bebe mi sangre - dice el Señor
habita en mí y yo en él.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.


  Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 52-59 Evangelio: Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

07:19
Padre Don: Félix Castedo:

℣.  El Señor esté con Todos Vosotros.
℟.  y con tu espíritu

℣.  Lectura del Santo Evangelio según San Juan.
℟.  Gloria a ti Señor Jesús.

07:30
Padre Don: Félix Castedo:

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:

- «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo:

- «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.

Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


℣.  Palabra del Señor.
℟.  Gloria a Ti, Señor, Jesús.


HOMILIA

08:52
Padre Don: Félix Castedo:

De esta manera concluye el «Discurso llamado del Pan de Vida», que Jesús pronunció después de haber realizado, lo escuchábamos el viernes pasado, «el Signo de la Multiplicación de los Panes y los Peces». Que de alguna manera era como decir pues bien, el mismo que con este poder, multiplica el Pan para que toda una multitud pueda alimentarse con unos poquitos panes, y unos pocos peces. Ese mismo es el que os asegura que va a dar a comer su Carne y a beber su Sangre.

09:30
Padre Don: Félix Castedo:

Naturalmente estas palabras dichas así, le sonaron muy mal y por eso protestaron pero como puede éste darnos a comer su Carne y su Sangre. Y Jesús no solamente rectifica o suaviza la expresión, es que parece como que quiere machacar, insistir, en la realidad de que lo que se va a comer y beber es realmente su Cuerpo y su Sangre. Realmente es una insistencia que vemos en el Evangelio de San Juan, como para decir que sí, que sí, que aunque os escandaliceis. Nosotros hoy no nos escandalizamos, porque sabemos que evidentemente Jesús no se cortó a sí mismo en filetitos para dárselos a comer.

10:17
Padre Don: Félix Castedo:

Lo hizo de una manera milagrosa, que es lo que nosotros vivimos en cada Eucaristía. Esto es lo que haría, en la tarde del Jueves Santo cuando tomando el Pan pronunció sobre Él aquellas Palabras: «esto es mi Cuerpo y sobre el Vino este es el cáliz de mi Sangre». De esta manera nos da a comer su Cuerpo y su Sangre, es decir, su Misma Persona. Pero todo ello, para darnos Vida, porque «Él es el Pan de Vida». Es una afirmación, que juntándola con todas las demás, que sobre todo San Juan nos ha recogido en su Evangelio es muy fuerte.

11:01
Padre Don: Félix Castedo:

Esas Palabras que dice Jesús: «Yo Soy el Pan de Vida, el que me come tiene Vida Eterna», «lo Resucitaré en el último día», «habita en Mí y Yo en él». Y después esas otras afirmaciones: «Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida», o «Yo Soy la Resurrección y la Vida», o «Yo Soy la Luz del Mundo». Solamente se puede entender de una manera, que realmente está hablando de que en Su Persona, se concentra el Sentido del Universo Entero de la Vida, absolutamente todo.

11:46
Padre Don: Félix Castedo:

Él es la explicación de todo y Él es el origen de todo. Claro estas afirmaciones tan tajantes, evidentemente no las ha dicho nadie más en el mundo entero. Y solamente tienen dos posibilidades o son verdad, estas afirmaciones o ciertamente responden a la realidad. O son mentira, no hay posibilidades intermedias o verdad o mentira. Si son verdad, entonces la conclusión necesariamente es eso solo lo puede afirmar quién es Dios. Si son mentira entonces son las afirmaciones de un loco. No hay más posturas intermedias, esta es la razón por la que Jesús en algún momento dirá: «el que no está Conmigo, está contra Mí, el que no recoge Conmigo, desparrama».

12:46
Padre Don: Félix Castedo:

Y es que efectivamente ante Jesús que decidirse, hay que tomar partido, o con Él o contra Él. Porque no hay posturas intermedias, sencillamente el no optar por Él, es ya estar optando en contra de Él. No elegirLe como el que realmente puede darnos Vida y puede darnos el Sentido de la Vida. Esto que aparentemente es como muy decisivo, pero es que es verdad. Responde a la realidad, mirando la historia, desde el siglo I hasta nuestros días. Vemos que efectivamente como ya había anunciado el anciano Simeón a María y a José cuando fueron a presentar al niño en el templo. Éste será puesto como «Signo de Contradicción».

13:41
Padre Don: Félix Castedo:

Porque efectivamente está llamando a los hombres a tomar partido, a creer en Él o rechazarlo. Y eso es algo que sigue ocurriendo hoy, a los seres humanos de nuestro tiempo se les presenta Cristo diciéndoles lo mismo. «Soy la Luz del Mundo», «Soy el Pan de Vida», «el que Cree en Mí, no tendrá Hambre», «el que Come mi Carne y Bebe Mi Sangre tendrá Vida Eterna», «lo Resucitaré en el Último Día». El que no cree en Mí, ya está condenado, por no haber creído en Mí.

14:19
Padre Don: Félix Castedo:

Cuando habría que decir, que ha dado suficientes Signos tanto en Vida, como lo sigue dando a lo largo de los siglos. No olvidemos que hoy siguen ocurriendo milagros, cuando se proclama a alguien Santo no olvidemos que la Iglesia ha exigido que previamente se haya aprobado algún milagro realizado por intercesión de ese Santo. Probado, es decir, no sólo que se piense, no, no, probado eso quiere decir, que realmente haya habido normalmente son Curaciones de enfermos que no tiene explicación la Medicina y por lo tanto es algo que sólo puede haber ocurrido por intervención de Dios.

15:05
Padre Don: Félix Castedo:

Pues esos signos, siguen siendo los que testifican, que las afirmaciones de Jesús son auténticas. Pero todavía hay otros signos que testifican esa verdad de las afirmaciones de Jesús de otra manera. Por ejemplo, cuando ocurre que una persona se encuentra con el Señor y lo cambia de arriba a abajo. Es lo que hemos escuchado en la Primera Lectura, es el relato precioso de la Conversión de San Pablo. Los Primeros Cristianos le dieron muchísima importancia a la Conversión de este hombre y prueba de ello es que solamente en el Libro de los Hechos de los Apóstoles está narrada la Conversión de San Pablo en tres ocasiones.

15:49
Padre Don: Félix Castedo:

Una es ésta, en la que es el mismo narrador quien lo va contando y luego más adelante dos veces en boca del mismo San Pablo. Una vez ante el pueblo, les explica lo que había ocurrido con él y con su vida. Y otra vez ante el Rey Agripa, explicando también lo que le había ocurrido. Y de nuevo nos encontramos con que este cambio brutal, de esta persona solo se puede explicar. Si realmente se ha encontrado con lo sobrenatural, si realmente se ha encontrado con alguien a quien percibe como Dios. ¿Porqué perseguía Pablo a los Cristianos, antes de su Conversión?

16:35
Padre Don: Félix Castedo:

Porque era un hombre celoso de la ley de Dios. Y estaba convencido que Cristo era eso, mentira. Que lo que Él afirmaba, no era verdad que era por lo tanto un hereje y alguien a quien había que eliminar porque hacía daño. Que engañaba a la gente y por eso perseguía, porque estaba convencido de que ahí no había ninguna verdad. Hasta que camino de Damasco, se encuentra con Jesús en persona. Que le dice: «Saúl, Saúl por qué me persigues. ¿Quién Eres Tú, Señor? Soy Jesús, a quien tú persigues». Pero Pablo, no estaba persiguiendo Jesús, Jesús ya había ascendido a los cielos.

17:21
Padre Don: Félix Castedo:

Estaba persiguiendo a sus Seguidores, pero Jesús dice: «¿porqué me persigues?». Vemos ahí un precioso dato de cómo Jesús efectivamente habita en quienes Comen su Carne y Beben su Sangre. Él se identifica con su pueblo, de tal manera que quienes hoy dicen ingenuamente y por desgracia tantos. Que creen en Jesús, pero no en su Iglesia, están contradiciendo totalmente la intención de Jesús. Que identifica a la Iglesia con Él mismo, es decir, a nosotros. Nosotros, somos la Iglesia, todo el Pueblo de Dios y Él se identifica con el Pueblo de Dios.

18:06
Padre Don: Félix Castedo:

Perseguir a la Iglesia es perseguir a Cristo, creer en la Iglesia es creer en Cristo. O a través de ella, Creer en Jesucristo. Es a Él a quien anuncia la Iglesia, de quien sigue dando testimonio en nuestros días. Y es Él quien hoy también puede realizar ese milagro, de un hombre que creía que era todo mentira hasta que se encuentra con el Señor. Y a partir de ese momento, todas sus energías que eran muchas, las emplea en adelante, no solo no perseguir a la Iglesia de Jesús, sino él mismo convertirse en el Principal Heraldo del Evangelio.

18:45
Padre Don: Félix Castedo:

El primero que proclama que Jesús es el Hijo de Dios. Naturalmente Pablo, lo primero que hace lo hemos escuchado es a través de los Sacramentos ingresar en ese Pueblo de Dios. Es Bautizado, después dice a continuación, que comió y recuperó las fuerzas. Muy probablemente hay una alusión ahí a que por primera vez recibió a Cristo en la Eucaristía. Y con eso recibió las fuerzas, pero no sólo las del Cuerpo sino sobre todo esa fuerza interior, que en adelante lo va a convertir en el principal anunciador de Jesucristo por todas partes.

19:26
Padre Don: Félix Castedo:

Es admirable, la Obra de Evangelización que hizo San Pablo en unos pocos años. Es admirable, parece que rebasa todas las fuerzas humanas. No olvidemos que no había entonces ni aviones, ni trenes, ni autobuses y que recorrer la cantidad de kilómetros que Él recorrió, por tierra y por mar es sencillamente una proeza. Solo eso, añadamos además el esfuerzo para Snunciar a Jesucristo, su resistencia ante las persecuciones de sus hermanos de raza, de los Judíos, incluso a veces también de por otra parte del Imperio Romano. Que termina acabando con él, decapitándolo, así se cumple lo que Jesús ya había anunciado a Ananías.

20:17
Padre Don: Félix Castedo:

Le voy a mostrar lo que va a tener que sufrir por mi Nombre. Y todo eso lo acepta, San Pablo y lo acepta de una manera admirable. Para mí dirá en una de sus Cartas, para mí, la Vida es Cristo. La Vida, es Cristo, no tiene otro sentido la vida. Sino Cristo, Él lo es todo para mí. Y por lo tanto, el morir para mí, es una ganancia. Cuando muera voy a estar con Cristo, le voy a ver, voy a estar gozando de Él. Ahora vivo muy unido a Él, pero es que cuando muera lo veré personalmente cara a cara.

20:58
Padre Don: Félix Castedo:

No ya como en un espejo, es admirable ver las expresiones que tiene San Pablo, que denotan el amor inconmensurable de un corazón convertido de verdad. «Yo Soy el Pan de Vida», nos dice hoy Jesús a nosotros. El mismo que a Pablo lo transformó y le dio una potencia increíble para anunciarlo. Es el mismo que nosotros vamos a recibir dentro de unos momentos en la Comunión. Es el mismo que puede darnos la alegría de vivir, el sentido de nuestra existencia, la fuerza para soportar lo que nos venga. La fuerza para combatir nuestras debilidades, sin Él no podemos hacer nada, con Él lo podemos todo.


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Porque era un hombre celoso de la ley de Dios. Y estaba convencido que Cristo era eso, mentira. Que lo que Él afirmaba, no era verdad que era por lo tanto un hereje y alguien a quien había que eliminar porque hacía daño. Que engañaba a la gente y por eso perseguía, porque estaba convencido de que ahí no había ninguna verdad. Hasta que camino de Damasco, se encuentra con Jesús en persona. Que le dice: «Saúl, Saúl por qué me persigues. ¿Quién Eres Tú, Señor? Soy Jesús, a quien tú persigues». Pero Pablo, no estaba persiguiendo Jesús, Jesús ya había ascendido a los cielos.

Estaba persiguiendo a sus Seguidores, pero Jesús dice: «¿porqué me persigues?». Vemos ahí un precioso dato de cómo Jesús efectivamente habita en quienes Comen su Carne y Beben su Sangre. Él se identifica con su pueblo, de tal manera que quienes hoy dicen ingenuamente y por desgracia tantos. Que creen en Jesús, pero no en su Iglesia, están contradiciendo totalmente la intención de Jesús. Que identifica a la Iglesia con Él mismo, es decir, a nosotros. Nosotros, somos la Iglesia, todo el Pueblo de Dios y Él se identifica con el Pueblo de Dios.

Perseguir a la Iglesia es perseguir a Cristo, creer en la Iglesia es creer en Cristo. O a través de ella, Creer en Jesucristo. Es a Él a quien anuncia la Iglesia, de quien sigue dando testimonio en nuestros días. Y es Él quien hoy también puede realizar ese milagro, de un hombre que creía que era todo mentira hasta que se encuentra con el Señor. Y a partir de ese momento, todas sus energías que eran muchas, las emplea en adelante, no solo no perseguir a la Iglesia de Jesús, sino él mismo convertirse en el Principal Heraldo del Evangelio.


¿Quién es Pablo?:  Saulo de Tarso, más conocido como San Pablo de Tarso, fue un ferviente apóstol del cristianismo que en los primeros años de nuestra era se ocupó especialmente de difundir el mensaje que Jesucristo vino a dejarnos en la tierra y en ese camino terminó por convertir al Cristianismo, la doctrina religiosa que nació con ...

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¿Quién fue el apóstol Pablo antes de ser apóstol?:  El capítulo 8 de los Hechos de los Apóstoles muestra en los primeros versículos un cuadro panorámico de la primera persecución cristiana en Jerusalén, en el que Saulo Pablo se presenta como el alma de esa persecución. Sin respetar ni a las mujeres, llevaba a los cristianos a la cárcel. Saulo aprobaba su muerte.

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¿Cómo fue la conversión de Saulo?:  Mientras se dirigía a ese destino, un resplandor del cielo le hizo caer del caballo dejándolo ciego, mientras él y los que cabalgaban con él oían una voz que decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» (Saulo era su nombre hebreo y Pablo su nombre romano).

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