viernes, 28 de septiembre de 2018

28.09.2018 - Santa Misa en 13tv - Félix Castedo






Palabra de Vida 28/9/18:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho»
Por P. Jesús Higueras




Camino Católico

Publicado el 28 sep. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 28 de septiembre de 2018, viernes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: san Lucas 9, 18-22:

Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».


Padre Don: Jesús Higueras Esteban


00:14
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho». Jesús pregunta a sus Discípulos: «que dice la gente que soy yo». Y Simón Pedro toma la iniciativa, es el primero entre los Apóstoles y dice: «Tú eres el Mesías, el hijo de Dios Vivo». Y efectivamente Jesucristo reconoce que Él, es el Mesías, que Él va a triunfar, pero dice: «pero antes, el hijo del hombre tiene que padecer mucho». Todo en la vida tiene un precio, efectivamente, si queremos comprar un coche, queremos comprar una casa, queremos aprobar una carrera, queremos sacar adelante una familia.

00:43
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Todo tiene un precio, una mujer que quiere dar a luz a su hijo, pues tiene que pagar el precio de lo que es un embarazo, del cansancio. Y Jesucristo pagó el precio y el precio de ser el Mesías, el Liberador de Israel, no era el liberador en el sentido político. Era el Liberador de todas las almas, no solamente de Israel, de toda la humanidad. Y Él pagó el precio de derramar su sangre preciosa, por nosotros. Porque hemos sido salvados por su sangre y por tanto dice: «si, el hijo de hombre para llegar a ser y cumplir su misión del Mesías pues tiene que derramar su sangre, tiene que padecer mucho».

01:14
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Esto los Apóstoles no les gustó nada, de hecho Simón Pedro, le dice: «bueno Señor que eso no puede ser». Jesús le regaña: «apartate de mí satanás, porque piensas como los hombres y no como Dios». Pero que importante es que nosotros valoremos, que demos gracias a Dios porque es que Él ha derramado su sangre. No es el Mesías tipo de, «te voy a resolver todos tus problemas, te va a ir muy bien si vas conmigo, si me sigues, te va a ir fenomenal. Dice pues no, eso no es la Promesa que nos hace Jesucristo, el quiere ser el Liberador en otro sentido. Él quiere Liberarnos de la esclavitud del pecado, Él quiere Liberarnos de nuestras tinieblas, de nuestros miedos, de nuestras limitaciones.

01:52
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Y para eso efectivamente Él vivió un combate con el Misterio del mal, con el demonio que es el autor del mal y en la cruz derramando su sangre preciosa efectivamente le vence. Y esa victoria de Cristo es nuestra victoria, nos asocia a su victoria y nos hace capaces de vencer el misterio del mal por su sangre preciosa. Antiguamente había una fiesta se ha recuperado de la preciosísima sangre de Cristo. La gente tenía mucha Devoción a la Sangre de Cristo, de hecho San Ignacio de Loyola en esa Oración en las aspiraciones decía: «Sangre de Cristo embriagame», embriagame, como me quiero emborrachar, me quiero euforizar, con el poder de esa sangre preciosa.

02:32
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - No olvidemos que cada vez que recibimos la Eucaristía comemos su cuerpo y bebemos sangre. Sangre derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Una sangre de la Alianza Nueva y Eterna, por eso nosotros no nos podemos olvidar que ese es el precio que Cristo pagó. También nosotros a lo mejor tenemos que pagar un poquito, apoyarle al Señor en ese precio derramando también simbólicamente hablando, nuestra propia sangre. Con Él, junto a Él ¿para qué? para que esa sangre derramada sea la causa de la salvación de muchos.


Santa Misa de hoy viernes 28 de septiembre de 2018, 25ª semana de Tiempo Ordinario




Camino Católico

Publicado el 28 sept. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa de hoy viernes de la 25ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. Félix Castedo, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Inicio de la Santa Misa y Dedicación


00:52
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

℟.  Amen.

00:56
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el Amor del Padre y la Comunión
del Espíritu Santo,
estén con Todos Vosotros.

01:05
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Pues al escuchar la Primera Lectura vamos a oír insistentemente como el Autor Sagrado nos dice «hay un tiempo para esto y un tiempo para esto». Estamos ahora en un tiempo de Encuentro con Dios, lo más grande que va a ocurrirnos a lo largo de todo el día. Dios viene a nuestro encuentro, Dios nos llama, quiere estar con nosotros, quiere estar en nosotros. Preparémonos para este encuentro, reconociéndonos humildemente pecadores en su Presencia:



Confiteor Deo...


Confiteor Deo omnipotenti et Vobis, fratres,
quia peccavi nimis
cogitatione, verbo, opere et omissione:
mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa.
Ideo precor beatam Mariam semper Virginem,
omnes Angelos et Sanctos,
et vos, fratres, orare pro me
ad Dominum Deum nostrum.


Misereatur nostri omnipotens Deus
et, dimissis peccatis nostris,
perducat nos ad vitam æternam.


℟.  Amen.
Yo Confieso...


Yo confieso ante Dios Todopoderoso
y ante vosotros hermanos
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa
por eso ruego a Santa María, siempre Virgen
a los Ángeles, a los Santos
y a vosotros hermanos
que intercedaís por mí ante Dios nuestro Señor

Dios Todopoderoso
tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.

℟.  Amen.


02:24
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

℣.  Cristo, Ten Piedad
℟.  Cristo, Ten Piedad

℣.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

02:37
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Oremos.
Oh Dios que has puesto
la plenitud de la ley
en el amor a ti y al prójimo

concédenos cumplir
tus Mandamientos para llegar
así a la Vida Eterna
Por Nuestro Señor Jesucristo

Tu Hijo, que Contigo Vive y Reina
en la Unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los Siglos de los Siglos

℟.  Amen.

03:13
Lectora de la Primera Lectura:


Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1 -11 1ª lectura: Cada cosa tiene su momento bajo el cielo.

03:17
Lectora de la Primera Lectura: - Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:

Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de destruir; tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de arrojar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz.

¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen en ella: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo, pero el hombre no puede llegar a comprender la obra que hizo Dios, de principio a fin.


℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.

04:32
Lectora de los Salmos:


Salmo: Sal 143, la y 2abc. 3-4 ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

04:34
Lectora de los Salmos:

℣.  ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
℟.  ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

℣.  Bendito el Señor, mi Roca,
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo
a salvo, mi escudo y mi refugio.  ℟.

℣.  Señor, ¿qué es el hombre
para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán
para que pienses en ellos?

El hombre es igual que un
soplo; sus días,
una sombra que pasa.  ℟.

05:05
Rvrndo.: Don Félix Castedo:


Aleluya Mc 10, 45 El Hijo del hombre ha venido a servir y dar su vida en rescate por muchos.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

℣.  El Hijo del hombre ha venido
a servir y dar su vida
en rescate por muchos.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

05:30
Rvrndo.: Don Félix Castedo:


  Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 18-22 Evangelio: Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

05:08
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  El Señor esté con vosotros
℟.  y con tu espíritu

℣.  Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
℟.  Gloria a ti, Señor.

05:43
Rvrndo.: Don Félix Castedo: - Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

«¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas». Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie, porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».


℣.  Palabra del Señor
℟.  Gloria a Ti Señor, Jesús


HOMILIA

06:47
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Estamos leyendo como Primera Lectura en estos últimos días, algunos de los Libros llamados Sapienciales, son Escrituras de la época, última del Antiguo Testamento. Muy influenciado por, diríamos una Literatura fuera de Israel. Que también tenía esos tintes diríamos, de Búsqueda de la Sabiduría. Sólo que Israel busca la Sabiduría no al margen de Dios, sino precisamente inspirándose en la Palabra de Dios. Entre estos «Libros Sapienciales» hemos leído algunos Versículos del «Libro de los Proverbios» en días anteriores y ayer hemos comenzado a escuchar algunos párrafos del «Libro del Eclesiastés».

07:38
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Comenzábamos ayer con ese famoso texto que comienza diciendo: «vanidad de vanidades y todo vanidad», etcétera. Y no deja de ser un Libro un tanto enigmático, porque es evidentemente alguien que a base de reflexión y reflexión iluminado por la Palabra de Dios, busca Sabiduría, busca diríamos contestar enigmas de nuestra vida, del universo. Están de hecho muy enraizados en la vida de cada día y así hemos podido comprobarlo en esta reflexión que hacía hoy. «Todo tiene su momento», comenzaba diciendo: «y cada cosa su tiempo bajo el cielo».

08:22
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Hay tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo de plantar, tiempo de arrancar y así va haciendo antítesis entre unas cosas y otras. Algunas son muy generales que nos ocurre a todo el mundo, otras son más especiales. Unas se refieren a cada individuo, otros a las colectividades a los pueblos, tiempo de guerra, tiempo de paz, etc. ¿Qué es lo que quiere el Autor?, evidentemente está haciendo una reflexión, acerca del sentido del tiempo en nuestra vida. Una reflexión que nos viene también a nosotros muy bien. Una reflexión que también nosotros deberíamos hacer. Porque no podemos olvidarlo, se nos ha dado un tiempo, ni más, ni menos. No tenemos facultad nosotros, para alargar ese tiempo y sí quisiéramos acortarlo mediante la drástica decisión de acabar con nuestra vida cometeríamos un gran pecado contra el Único que tiene poder sobre la vida y la muerte.

09:39
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Se nos ha dado un tiempo y ese es el tiempo que según nos enseña Jesús, tenemos que aprovechar para poder encontrar el Camino de la Eternidad. Porque este tiempo que acaba, nos introduce en la Eternidad, el tiempo que ya no acaba. O mejor dicho, la situación en la que ya no habrá tiempo. No habrá sucesión de minutos, de segundos de días, de meses. No, será un ser, un existir, sin que pase el tiempo. Por eso será eternidad, un instante si queremos llamarlo así, que no acaba nunca. Pues bien, para poder llegar a ese momento y que ese momento sea feliz en nuestra vida tenemos el Don del Tiempo aquí. Por lo tanto, es vital, como usemos el tiempo, es vital.

10:36
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Hay cosas que nos vienen dadas ya por la vida, por la naturaleza y por lo que Dios mismo nos ha dicho. Hay tiempo de comer y tenemos que comer, hay tiempo de dormir y tenemos que dormir, hay tiempo de trabajar y tenemos que trabajar. Hay tiempo de descansar y también tenemos que descansar, etcétera. Hay una serie de cosas que de alguna manera diríamos nos vienen dadas, son necesarias, obligatorias. Pero hay otras cosas, en las que nuestro tiempo lo podemos utilizar de una manera o de otra. Podemos usar el tiempo para hacer el bien o podemos usar el tiempo para hacer el mal. Podemos usar el tiempo, nuestro tiempo, para aprender a amar, a ser generosos, pero también pudimos podemos utilizar el tiempo para vivir enredados en rencores, imaginaciones maquiavélicas, para hacer daño o vengarnos de otros y hacer el mal, en definitiva.

11:38
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Es ahí donde efectivamente tenemos que especialmente darnos cuenta, ¿cómo uso mi tiempo?, ¿qué estoy haciendo con mi tiempo?, cuando este tiempo se me acabe y el Señor me llame a su presencia y me pregunte. Aunque no necesite preguntarnos, porque toda nuestra vida transcurre ante sus ojos. Pero Jesús describiendo ese momento nos dice que habrá un juicio y para unos será: «venid benditos de mi Padre» y para otros será: «apartaos de mí, malditos». Y eso ¿en función de qué?, pues precisamente de cómo hemos aprovechado nuestro tiempo en la vida. Si para hacer el bien, aprendiendo a amar, amando a Cristo en el prójimo o viviendo encerrados en nuestro egoísmo.

12:31
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Lo que no nos conduce a la posibilidad de entrar en el ámbito de Dios, que es Amor. Quien no ha querido amar, no puede entrar en el ámbito de Dios que es amor. Quienes lo han intentado, aunque no lo hayan conseguido del todo y busquen amar esos podrán entrar en el ámbito de Dios. También nos dice Jesús en el Evangelio, este Evangelio que por cierto, hemos escuchado en las últimas semanas, al menos un par de veces. Una también de San Marcos, el Domingo pasado y otra en la versión de San Lucas, en alguno de los días de diario también. Y por eso no nos vamos a centrar ahora en la pregunta que hace Jesús ¿quién decís vosotros que soy yo? En aquellos momentos ya tuvimos ocasión de pensar en ello.

13:29
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Me voy a fijar en lo que Jesús dice después que Pedro contesta a la pregunta de Jesús: «Tú eres el Mesías, el Mesías de Dios». Eres el que ha sido prometido desde todo el Antiguo Testamento, eres el Anunciado por los Profetas, eres el que Dios envía en la versión de San Mateo incluso llegará a decir: «el Hijo de Dios Vivo, el Mesías el Hijo de Dios Vivo». Bien todo eso efectivamente es Jesús y ¿como es el tiempo de Jesús?, su tiempo fue un continuo triunfo, un continuo pasarlo bien, un continuo disfrutar, no, no.

14:16
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

También para Jesús hubo un tiempo de nacer y hubo un tiempo de morir. También para Jesús hubo un tiempo de crecer y un tiempo de fenecer. También para Jesús hubo un tiempo de trabajar y un tiempo de descansar. Pero sobre todo para Jesús hubo un tiempo de Cruz y un tiempo de Resurrección. Y esto es en lo que debemos nosotros fijarnos. Normalmente huimos de todo lo que suponga Cruz, no queremos saber nada de dolor, de sufrimiento. No queremos saber nada de eso, sólo quisiéramos Resurrección, Triunfo eso es lo que nos apetece. Es normal a Jesús tampoco le gustaba el dolor, recordemos su Oración en el Huerto de los Olivos: «Padre si es posible, que pase de mí este cáliz». Pero era también tiempo de mostrar el Amor al Padre en la Obediencia: «No se haga mi voluntad, sino la Tuya».

15:17
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Y Jesús acepta humildemente el tiempo de dolor, porque también era tiempo de Amor. Amor al Padre y a su Voluntad y Amor a la humanidad por quién ofrecía su vida en redención. Y todo eso fue lo que condujo al tiempo de Triunfo, al tiempo de Resurrección recordemos el Himno que recoge San Pablo en la Carta a los Filipenses: «por eso Dios le otorgó el Nombre sobre todo Nombre, por eso, porque se humilló hasta la muerte y muerte de Cruz, fue recompensado con la Resurrección». En nuestra vida, ciertamente hay aunque no nos guste, aunque no queramos tiempo de Pasión, tiempo de Cruz. Pero no tengamos miedo, miremos a Jesús, dejémonos acompañar por Él, agarremonos fuertemente a su mano. Pasemos por el valle de las tinieblas unidos a Él que es el Buen Pastor, en el Salmo 22, el Salmo del Buen Pastor habla de esto del valle de las tinieblas donde no se pasa miedo porque vas conducido por el Buen Pastor.

16:26
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Él nos conducirá, también como nos ha prometido a la Gloria de la Resurrección. Tiempo por lo tanto en nuestra vida, de tomar decisiones aunque supongan Sacrificio y Cruz porque mediante eso cuando se nos acabe el tiempo de aquí en esta vida podremos entrar así Dios nos lo conceda, en la Gloria de la Resurrección.

17:18
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Oremos al Señor del Universo
del Tiempo y de la Historia
de la Vida y de la Muerte.


PETICIONES

17:25
PETICIONES DE LOS FIELES:

℣.  Por la Iglesia
para que ayude a todo el mundo
a conocer y comprender a Jesús.

℣.  Rogemos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por el Papa, los Obispos
y demás Ministros de la Iglesia para
que sepan comunicar su
Experiencia Cristiana a los demás.

℣.  Rogemos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por los Gobiernos de todas
las Naciones para que en lugar de seguir
persiguiendo a Cristo descubran
en Él al único que nos
puede salvar.

℣.  Rogemos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por todos los que sufren
en su cuerpo, o en su espíritu para que
al ver a Cristo tan decidido

caminar hacia su Pasión se fortalezcan
con la esperanza de
resucitar también con Él.

℣.  Rogemos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por los que sólo buscan diversión
y pasarlo bien para que aprendan
pronto que también tiene que haber
tiempo para el trabajo honrado
la solidaridad y la generosidad.

℣.  Rogemos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por todos nosotros para que
acompañemos confiadamente
a nuestro Señor aprendiendo

a sacrificarnos y llevar la Cruz
de cada día preparando así
la entrada en la Vida Eterna.

℣.  Rogemos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

15:48
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Padre Santo te pedimos
que nos ayudes a vencer las cadenas
que nos atan a tantas cosas
que nos aprisionan para que podamos

vivir en la libertad
de los hijos de Dios
por Jesucristo nuestro Señor.

℟.  Amen.

19:13
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Bendito seas por siempre, Señor.

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Bendito seas por siempre, Señor.

20:18
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Orad, hermanos,
para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

℟.  El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

℟.  Amen.

20:33
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Recibe Señor en Tu bondad
las ofrendas de tu pueblo
para que cuanto creemos por la Fe

lo alcancemos por el
Sacramento Celestial
por Jesucristo Nuestro Señor

℟.  Amen.

20:45
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  El Señor esté con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Levantemos el corazón.
℟.  Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣.  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟.  Es justo y necesario.

20:56
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracia siempre
y en todo lugar Señor Padre Santo

Dios Todopoderoso y Eterno
por Cristo Señor Nuestro
porque con Amor Celebramos
su muerte con Fe Viva

proclamamos su resurrección
y con firme esperanza anhelamos
su venida gloriosa

por eso con los Santos
y todos los Ángeles
te alabamos proclamando sin cesar

21:27
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo
y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

21:48
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda Santidad
por eso te pedimos que
Santifique estos dones

con la efusión de tu Espíritu
de manera que se conviertan
para nosotros en el cuerpo
y la sangre de Jesucristo

Nuestro Señor el cual cuando
iba a ser entregado a su Pasión
voluntariamente aceptada

tomó pan dándote gracias
lo partió y lo dio a sus
discípulos diciendo:

TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

22:50
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el caliz, y, dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

TOMAD Y BEBED TODOS DE EL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

23:38
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Éste es el Sacramento de nuestra Fe:

℟.  Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
!Ven, Señor Jesús!

23:47
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la Muerte y Resurrección
de tu Hijo te ofrecemos

el Pan de Vida y el
Cáliz de Salvación y te damos
gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia

te pedimos humildemente que
el Espíritu Santo congregue
en la unidad a cuantos participamos
del cuerpo y la sangre de Cristo

acuérdate Señor de tu iglesia
extendida por toda la tierra
y con el Papa Francisco
con nuestro Obispo Carlos

y sus Obispos Auxiliares
y todos los Pastores que cuidan
de tu pueblo llévala a su
perfección por la caridad

acuérdate también de nuestros
hermanos que durmieron en la
esperanza de la resurrección
de .. y de todos los que

han muerto en tu misericordia
admitelos a contemplar la luz
de Tu rostro, Ten misericordia

de todos nosotros y así
con María la Virgen Madre de Dios
su esposo San José los Apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad

a través de los tiempos
merezcamos por Tu hijo Jesucristo
compartir la Vida Eterna
y cantar tus alabanzas

25:04
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Por Cristo, con Él y en Él,
a ti, Dios Padre Omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

25:22
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

El Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado digamos pues con fe y esperanza:


PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

25:59
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,

vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida

de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder
y la gloria, por siempre, Señor.

26:21
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy";
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia

y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

26:39
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Que la paz del Señor esté siempre con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Daos de todo corazón la paz.
℟.  La Paz esté contigo

26:58
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  danos la paz.

27:37
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  Éste es el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados
a la Cena del Señor.

℟.  Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo.
℟.  Amen.

30:21
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

Oremos.
Que tu auxilio Señor los acompañe
siempre a los que alimentas
con tus Sacramentos para que

por ellos y en nuestra propia
vida recibamos los frutos
de la redención
por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amen.

30:37
Rvrndo.: Don Félix Castedo:

℣.  El Señor Esté Con Vosotros
℟.  y Con Tu Espíritu

℣.  La Bendición de Dios Todopoderoso
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros.

℟.  Amen.

℣.  Podéis ir en Paz.
℟.  Demos Gracias al Señor.


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Parte primera: LITERATURA SAPIENCIAL ISRAELITA

Capitulo I: Sabiduria y literatura sapiencial
Capitulo II: Tradición sapiencial y expresiôn literaria

Parte segunda: LIBROS SAPIENCIALES

Capitulo III: El libro de los Proverbios
Capitulo IV: El libro de Job
Capitulo V: libro del Eclesiastés
Capitulo VI: El libro del Eclesiástico
Capitulo VII: El de la Sabiduría

Parte tercera: LITERATURA LIRICA

Capitulo VIII: El libro de los Salmos: aspectos literarios
Capitulo IX: Géneros literarios del Salterio
Capitulo X: Teologia del Salterio
Capitulo XI: Historia de la interpretación del Salterio
Capitulo XII: El Cantar de los Cantares
Capitulo XIII: El libro de las lamentaciones

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