martes, 18 de septiembre de 2018

18.09.2018 - Santa Misa en 13tv - José Blanco






Palabra de Vida 18/9/18:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántale!»
Por P. Jesús Higueras




Camino Católico

Publicado el 18 sept. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 18 de septiembre de 2018, martes de la 24ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: san Lucas 7, 11-17:

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.

Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:

«No llores».

Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:

«¡ Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».

El muerto se incorporo y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.

Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios, diciendo:

«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo.»

Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.


Padre Don: Jesús Higueras Esteban


00:15
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - ««¡Muchacho, a ti te lo digo, levántale!»». Cerca de una ciudad llamada Naín, Jesús va con sus Discípulos y ve que hay un entierro. Y una pobre mujer que era viuda, había perdido a su hijo único. Que bonito como dice el Evangelista que Jesús se compadeció. Compadecerse significa «padecer con la persona». Es decir, «sentir lo que esa persona siente». Claro, esta mujer estaba rota de dolor, destruida por el dolor. No solamente había perdido a su marido, sino que había perdido a su hijo único. Y esa sensación de destrucción, esa sensación de error, de rotura interior, Jesús también la siente.

00:56
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Y esa compasión de Jesús se convierte en una intervención extraordinaria. Efectivamente Señor, hombre pues, en sus planes de sabiduría no ha decidido resucitar a todos los muertos, hijos únicos o no únicos de las personas. Y sin embargo ha querido mostrarnos que por supuesto que Él es el Señor de la Vida, de la muerte y que Él es capaz por supuesto de vencer no solamente su propia muerte, sino vencer nuestras muertes. Por eso tenemos que pensar y considerar y darle vueltas, que nosotros creemos en un Dios que es compasivo, en un Dios que no es indiferente, a lo que nos pasa a los hombres.

01:29
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Claro, la tentación de nuestro tiempo, es para los que somos Creyentes es, pensar que el Señor está como tan lejos en su Trono de la Gloria. Que nuestras cosas al fin y al cabo le dan igual. No es real, eso no es verdad, eso es como una deformación de la idea de Dios. A Dios le importamos muchísimo y Dios se compadece, es decir, que cada gota de dolor que cada ser humano experimenta. Él también la está experimentando, lo que te dure a ti, le duele a Él, lo que te importa a ti, le importa a Él, lo que te agobia a ti, le agobia Él.

01:58
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Y por eso claro, es muy bonito pensar, que tú no estás solo en tu dolor. Que hay alguien que desde dentro de ti, porque el día tu Bautismo el Señor se quedó dentro de ti. Que desde dentro de ti, Él pasa lo que tú pasas, Él siente, lo que tú sientes. Porque Él se compadece, es decir, ha decidido con Su libertad padecer contigo. Y claro cuando uno está acompañado, cuando uno se sabe comprendido, acompañado, apoyado, es otra cosa. Uno puede vivir su dolor con un sentido nuevo, uniendolo a la Pasión de Cristo, tiene como una salida. Sabe que hay una esperanza, que hay un futuro y que el Señor que es todopoderoso, su compasión algún día se convertirá también en ese acto, de decir, de devolver la vida, de reunirnos con aquellos que amamos.


Santa Misa de hoy martes 18 de septiembre de 2018, 24ª semana de Tiempo Ordinario




Camino Católico

Publicado el 18 sept. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa de hoy martes de la 24ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. José Blanco, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.


Inicio de la Santa Misa y Dedicación


00:31
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

℟.  Amen.

00:37
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el Amor del Padre y la Comunión
del Espíritu Santo,
estén con Todos Vosotros.

00:48
Rvrndo.: D. José Blanco:

Hermanos buenos días, sed bienvenidos a la Celebración de la Eucaristía de este martes de la 24ª semana del Tiempo Ordinario. Un saludo también como siempre cercano y cordial a todos aquellos hermanos nuestros que a través de Canal 13 de Televisión se unen a nosotros en la Celebración Eucarística. Y ahora como hacemos siempre al comenzar estos Sagrados Misterios pedimos perdón al Señor en unos momentos de silencio.

01:36
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Palabra Eterna del Padre
por la que todo ha venido
a la existencia.

℣.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

℣.  Luz Verdadera que has venido al mundo
y a quién el mundo no recibió.

℣.  Cristo, Ten Piedad
℟.  Cristo, Ten Piedad

℣.  Hijo de Dios que hecho carne
has acampado entre nosotros.

℣.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

02:02
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la Vida Eterna

℟.  Amen.

02:11
Rvrndo.: D. José Blanco:

Oremos.
Oh Dios Creador y Dueño
de todas las cosas

míranos para que sintamos
el efecto de tu amor
concédenos servirte
de todo corazón

Por Nuestro Señor Jesucristo
Tu Hijo, que Vive y Reina Contigo
en la Unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los Siglos de los Siglos

℟.  Amen.

02:50
Lectora de la Primera Lectura:


Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,12-14. 27-31a 1ª lectura: Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.

02:55
Lectora de la Primera Lectura: - Hermanos:

Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro, sino muchos.

Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Pues en la Iglesia Dios puso en el primer lugar a los Apóstoles; en el segundo lugar, a los Profetas; en el tercero, a los Maestros; después, los Milagros; después el Carisma de Curaciones, la Beneficencia, el Gobierno, la Diversidad de Lenguas. ¿Acaso son todos Apóstoles? ¿O todos son Profetas? ¿O todos Maestros? ¿O hacen todos Milagros? ¿Tienen todos Don para Curar? ¿Hablan todos en Lenguas o todos las Interpretan?

Ambicionad los Carismas Mayores.


℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.

04:09
Lectora de los Salmos:


Salmo: Sal 99, 2. 3. 4. 5 Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

04:08
Lectora de los Salmos:

℣.  Nosotros somos su pueblo
y ovejas de su rebaño.

℟.  Nosotros somos su pueblo
y ovejas de su rebaño.

℣.  Aclama al Señor,
tierra entera, servid al Señor
con alegría, entrad en su
presencia con vítores.  ℟.

℣.  Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos
suyos, su pueblo
y ovejas de su rebaño.  ℟.

℣.  Entrad por sus puertas
con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias
y bendiciendo su nombre.  ℟.

℣.  El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas
las edades.  ℟.

05:08
Rvrndo.: D. José Blanco:


Aleluya Lc 7, 16 Aleluya, aleluya, aleluya

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

℣.  Un gran Profeta ha surgido
entre nosotros. Dios
ha visitado a su pueblo.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

05:49
Rvrndo.: D. José Blanco:


  Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17 Evangelio: ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántale!

05:49
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  El Señor esté con vosotros
℟.  y con tu espíritu

℣.  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas
℟.  Gloria a ti, Señor

06:00
Rvrndo.: D. José Blanco: - En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.

Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:

«No llores».

Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:

«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».

El muerto se incorporo y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.

Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios, diciendo:

«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo.» Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.


℣.  Palabra del Señor
℟.  Gloria a Ti Señor, Jesús


HOMILIA

07:21
Rvrndo.: D. José Blanco:

Sentáos un momento, en todos estos días, que estamos leyendo como Primera Lectura la Primera Carta de Pablo a los Corintios, insiste y así lo hemos ido viendo en que todos somos hijos del Espíritu. Que se nos ha dado el Espíritu del Señor, que debemos ser Fieles a Él y coherentes con el Espíritu. Y hoy en la Lectura nos dice que el Espíritu es el mismo para todos. Todos somos, hemos sido bautizados en el Señor, todos por lo tanto hemos recibido el mismo Espíritu. Pero sin embargo todos somos diferentes y eso es lo que viene a decir Pablo. La unidad en la diversidad, unidad porque todos participamos del mismo Espíritu que se nos ha dado como digo en el Bautismo.

08:28
Rvrndo.: D. José Blanco:

Pero diversidad, porque cada uno o a cada uno, Dios nos ha dado unos Dones diferentes todos ellos importantes, todos ellos valiosos. Y por eso hace la comparación, una comparación que hemos oído mil veces, pero que es hermosa. Una comparación con el cuerpo humano. Dice el cuerpo humano tiene, pues tiene órganos más importantes, órganos menos importantes. Pero todos, todos colaboran al bien del cuerpo. Y si un órgano funciona mal, por muy insignificante que parezca. Todo el cuerpo se resiente y eso es lo grande que nos dice San Pablo al compararlo con el cuerpo humano.

09:24
Rvrndo.: D. José Blanco:

Porque es verdad, si en la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo hay una persona o un sector, un colectivo, que funciona mal, toda la Iglesia se resiente. Y hemos visto en los últimos tiempos, precisamente a gente de Iglesia que ha obrado mal públicamente y ha cometido un pecado verdaderamente no sé cómo decir condenables, absolutamente condenables. Por lo que el propio Papa en nombre de toda la Iglesia ha pedido perdón. Y vemos como eso repercute en toda la Iglesia, nos hace daño al resto de la Iglesia. ¿Por qué?, porque precisamente somos el cuerpo.

10:26
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y si importante es la cabeza, si importante son los ojos, si importante es la boca o los oídos. También son importantes hasta las uñas. Serán más o menos importantes, dentro del cuerpo, pero todos son importantes, todos los órganos son importantes. Porque todos colaboran al bien de la Comunidad al bien del cuerpo. Y eso es lo que nos viene a decir una y otra vez y Pablo en esta Primera Carta a los Corintios. Unidad en la diversidad, todos somos diversos o como solemos decir con el refrán español: «cada uno es de su padre y de su madre».

11:14
Rvrndo.: D. José Blanco:

Pero si somos coherentes con el Espíritu, hasta el que parece menos importante, es importante para el cuerpo de la Iglesia. Una Iglesia que tiene que ser, que tiene que tener siempre como Cabeza a Jesús. Nosotros somos el cuerpo, pero la Cabeza es Jesús. Y eso es lo que vemos también en el Evangelio de hoy. Que Jesucristo va enseñando, va haciendo el bien, va pues como dice el Evangelio de hoy, compadeciéndose de los que sufren. Y hoy vemos a esta viuda cuyo hijo único ha muerto. Sabéis que la viuuda en el Antiguo Israel era la persona digamos más pobre.

12:17
Rvrndo.: D. José Blanco:

La viuda era el símbolo de la persona que es que no tiene nada y encima el único digamos, la única esperanza que podría tener que era el que su hijo la mantuviera, a muerto. Por lo tanto es el símbolo de la persona absolutamente necesitada, que no tiene nada. Y Jesús cuando la ve se compadece, no es el hijo de Dios que viene a hacer milagros, es el hijo de Dios pero que a la vez como humano participa de los sufrimientos nuestros, de los sufrimientos de los humanos. Y por eso se compadeció y le dice no llores y a continuación se acerca al ataúd: «muchacho a ti te lo digo, levántate».

13:27
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y ahí viene la sorpresa y el estupor y no sé cómo describirlo. De esa gente qué va acompañando a la viuda, sobrecogidos dice el Evangelio. Daban gloria a Dios diciendo, es decir, que Jesús no solamente se compadece de la persona más necesitada que es la viuda. No solamente el encuentro con Jesús genera vida, que es la Resurrección del chico, del muchacho. Sino que también hace, que todos los que les rodean, la muchedumbre que acompañaba a la viuda termina diciendo: «un gran profeta ha surgido entre nosotros». Es decir, hay una confesión de la gente, que sorprendida y sobrecogida se da cuenta de que ahí en medio de ellos hay un Gran Profeta.

14:37
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y al mismo tiempo una confesión qué hace el pueblo importante: «Dios ha visitado a su pueblo». Es decir, Dios no nos abandona, Dios nos acompaña Dios, Dios está a nuestro lado. Y esta es una muestra, que este Profeta en medio del pueblo es capaz de realizar estos milagros tan sorprendentes. Dios no nos ha abandonado, Dios está visitando a su pueblo y lo hace a través de Jesucristo, el Mesías, el Señor, el Salvador. Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante. La Buena Noticia, las Buenas Noticias siempre cunden de mucho y de prisa.

15:41
Rvrndo.: D. José Blanco:

La gente de alrededor, en tal sitio, ese Profeta que se llama Jesús está acompañando al pueblo y resucitando y dando vida al pueblo. Y eso es lo que hace también con nosotros, el propio Jesús, cuando nos encontramos con Él. Él nos da la vida, a lo largo de los domingos del mes de agosto, si recordáis los Evangelios de los diferentes domingos. Insistían en lo mismo, yo Soy el Pan de Vida, nos decía Jesús, en el Evangelio de San Juan. Bueno pues el encuentro con Jesús efectivamente nos da vida, pues que al Celebrar la Eucaristía donde Jesús se hace presente en medio de nosotros.

16:43
Rvrndo.: D. José Blanco:

A través del pan y del vino digámosle que nos de vida, una vida capaz de contagiar a los que nos rodean el amor de Dios a todos los hombres. Vamos a pedírselo así al Señor.

17:08
Rvrndo.: D. José Blanco:

Decía San Pablo, os ruego que hagáis Oraciones, Plegarias, Súplicas, Acciones de Gracias, por todos los hombres. Es lo que hacemos ahora nosotros, Orar Fraternalmente, por todos los hombres y respondemos Padre Escúchanos.


PETICIONES

17:32
PETICIONES DE LOS FIELES:

℣.  Por los Cristianos
y las Instituciones de la Iglesia
que trabajan al servicio
de los pobres.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

℣.  Por los empresarios
que se esfuerzan por mantener
y crear puestos de trabajo.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

℣.  Por los pobres
por los que no pueden
participar de los bienes
que Dios ha querido que
fueran para todos.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

℣.  Por los ricos que viven
endurecidos en su riqueza.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

℣.  Por las actividades
que se realizan en
nuestra parroquia.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

℣.  Por los fieles difuntos.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

℣.  Por nosotros y por nuestros
familiares y amigos.

℣.  Roguemos al Señor
℟.  Padre Escúchanos.

18:22
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Padre tú quieres que todos
los hombres se salven
escucha las Oraciones
que te dirigimos y mira

con bondad los deseos
y necesidades de todos
tus hijos te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor.

℟.  Amen.

19:27
Rvrndo.: D. José Blanco:

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Bendito seas por siempre, Señor.

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Bendito seas por siempre, Señor.

20:14
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Oremos, hermanos,
para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

℟.  El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

℟.  Amen.

20:29
Rvrndo.: D. José Blanco:

Se propicio a nuestra súplica
Señor y recibe complacido
estas ofrendas de tus

siervos para que la
Oblación que ofrece
cada uno en honor de tu

nombre sirva para la
salvación de todos
por Jesucristo nuestro Señor

℟.  Amen.

20:46
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  El Señor esté con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Levantemos el corazón.
℟.  Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣.  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟.  Es justo y necesario.

20:59
Rvrndo.: D. José Blanco:

En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracia siempre
y en todo lugar Señor Padre Santo

Dios Todopoderoso y Eterno
por Cristo Señor Nuestro
porque con amor Celebramos
su muerte con Fe viva

proclamamos su resurrección
y con firme esperanza
anhelamos su venida gloriosa
por eso con los Santos

y todos los Ángeles
te alabamos proclamando
sin cesar:

21:34
Rvrndo.: D. José Blanco:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo
y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

21:54
Rvrndo.: D. José Blanco:

Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;
por eso te pedimos
que santifiques estos dones

con la efusión de tu Espíritu,
de manera que se conviertan
para nosotros en el Cuerpo y en la Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

El cual, cuando iba
a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,

tomó pan; dándo gracias,
te bendijo lo partió
y lo dio a sus discípulos diciendo:

TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

22:57
Rvrndo.: D. José Blanco:

Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el caliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:

TOMAD Y BEBED TODOS DE EL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

23:46
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Y éste es el Sacramento de nuestra Fe:

℟.  Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
!Ven, Señor Jesús!

23:55
Rvrndo.: D. José Blanco:

Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida

y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de estar aquí en tu presencia.
celebrando esta Eucarístia.

Te pedimos, humildemente,
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

24:24
Rvrndo.: D. José Blanco:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por todo el mundo;
y así con el Papa Francisco,
con nuestro Obispo Carlos

y todos los pastores
que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección
por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron
en la esperanza de la resurrección,
recordamos especialmente

en esta Eucaristia a nuestros hermanos
.. y a ellos y a cuantos murieron
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen, Madre de Dios,
su esposo San José
los Apostoles, y cuantos vivieron

en tu amistad a través de los
tiempos, merezcamos, por tu
Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

25:31
Rvrndo.: D. José Blanco:

Por Cristo, con Él y en Él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

25:48
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y ahora todos unidos bajo la acción del espíritu que hemos recibido en el Bautismo. Nos dirigimos al Padre para darle gracias y lo hacemos con las palabras que el propio Jesucristo nos enseñó:


PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

26:35
Rvrndo.: D. José Blanco:

Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder
y la gloria, por siempre, Señor.

27:00
Rvrndo.: D. José Blanco:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy";
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia

y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

27:21
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  La paz del Señor sea siempre con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Demonos la paz como hermanos
℟.  La Paz esté contigo

27:39
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  danos la paz.

28:00
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Éste es Jesucristo Nuestro Señor,
el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a esta cena.

℟.  Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo.
℟.  Amen.

30:11
Rvrndo.: D. José Blanco:

Oremos.
la Acción de este Sacramento
Señor penetre en nuestro
cuerpo y nuestro espíritu

para que sea su fuerza
no nuestro sentimiento
renueva nuestra vida
por Jesucristo Nuestro Señor.

℟.  Amen.

30:35
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  El Señor Esté Con Vosotros
℟.  y Con Tu Espíritu

℣.  la bendición de Dios todo poderoso
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros

Podéis ir en Paz.

℟.  Demos Gracias al Señor.


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