martes, 30 de enero de 2018

30.01.2018 - Santa Misa en 13tv






Palabra de Vida 30/1/18:
«Contigo hablo, niña, levántate»
Por P. Jesús Higueras




Camino Católico

Publicado el 30 ene. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 30 de enero de 2018, martes de la 4ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Marcos 5, 21-43:

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.

Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:

«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».

Se fue con él, y loo seguía mucha gente que lo apretujaba.

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: «Con sólo tocarle el vestido curaré».

Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba: «¿Quién me ha tocado el manto?».

Los discípulos le contestaban:

«Ves como te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”».

Él seguía mirando alrededor, para ver quién había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.

Él le dice:

«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:

«No temas; basta que tengas fe».

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encontra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:

«¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida».

Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:

«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.

Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.


Santa Misa del martes de la 4ª semana de Tiempo Ordinario, 30 de enero de 2018




Camino Católico

Publicado el 30 ene. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa del martes de la 4ª semana de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Inicio de la Santa Misa y Dedicación


00:04
Música de la Basílica:

℟.  Reunidos en el nombre del Señor
que nos ha congregado ante su altar,
celebremos el misterio de la fe
bajo el signo del amor y la unidad.
  ℟.

Tú, Señor, das sentido a nuestra vida,
tu presencia nos ayuda a caminar,
tu palabra es fuente de agua viva
que nosotros sedientos a tu mesa
venimos a buscar.  ℟.

Purifica con tu gracia nuestras manos,
ilumina nuestra mente con tu luz,
que la fe se fortalezca en tu palabra
y tu cuerpo tomado en alimento
nos traiga la salud.  ℟.

00:51
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

℟.  Amen.

00:56
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el Amor del Padre y la Comunión
del Espíritu Santo,
estén con Todos Vosotros.

01:07
Rvrdo.: Don José Blanco: - Hermanos buenos días, sed bienvenidos a la Celebración de la Eucaristía de este martes de la 4ª Semana del Tiempo Ordinario. Como acabamos de oír en el Canto de Entrada, vamos a Celebrar la Fe bajo el Signo del Amor y la Unidad. Eso es en resumen, diriamos el objetivo de nuestra presencia aquí en el Templo. Celebrar como Miembros de una Gran Familia, Celebrar la Fe y esa Fe tiene que estar bajo el Signo del Amor que todo lo puede y de la Unidad que nos fortalece. Un saludo como siempre también muy cordial y cercano a todos aquellos hermanos nuestros que a través de canal 13 de televisión se unen a nosotros en la Celebración Eucarística.

02:02
Rvrdo.: Don José Blanco: - Que ahora en un momento de silencio comenzamos estos Sagrados Misterios acogiéndonos al Perdón y a la Misericordia de Dios.

02:27
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Tú qué viniste al mundo
para salvarnos
℟.  Señor, Ten Piedad

℣.  Tú que nos visitas continuamente
con la gracia de tu espíritu
℟.  Cristo, Ten Piedad

℣.  Tú que vendrás un día
a juzgar nuestras obras
℟.  Señor, Ten Piedad

02:50
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la Vida Eterna

℟.  Amen.

02:58
Rvrdo.: Don José Blanco:

Oremos
Señor concedenos Amarte
con todo el corazón
y que nuestro amor se extienda
también a todos los hombres
Por Nuestro Señor Jesucristo

Tu Hijo, que Vive y Reina Contigo
en la Unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los Siglos de los Siglos

℟.  Amen.

03:33
Lectora de la Primera Lectura:


Lectura del Segundo libro de Samuel 18, 9 -10. 14b. 24-25a. 31 - 19, 3 1ª lectura: ¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar!

03:36
Lectora de la Primera Lectura: - En aquellos días, Absalón se encontró frente a los hombres de David.

Montaba un mulo y, al pasar el mulo debajo el ramaje de una gran encina, la cabeza se le enganchó en la encina y quedó colgando entre el cielo y la tierra, mientras el mulo que montaba siguió adelante. Alguien lo vio y avisó a Joab:

«He visto a Absalón colgado de una encina».

Cogiendo Joab tres venablos en la mano y los clavó en el corazón de Absalón. David estaba sentado entre las dos puertas.

El vigía subió a la terraza del portón, sobre la muralla. Alzó los ojos y vio que un hombre venía corriendo en solitario. El vigía gritó para anunciárselo al rey.

El rey dijo:


04:26
Lectora de la Primera Lectura: - «Si es uno solo, trae buenas noticias en su boca». Cuando llegó el cusita, dijo:

«Reciba una buena noticia el rey, mi señor: El Señor te ha hecho justicia hoy, librándote de la mano de todos los que se levantaron contra ti». El rey preguntó:

«¿Se encuentra bien el muchacho Absalón?». El cusita respondió:

«Que a los enemigos de mi señor, el rey, y a todos los que se han levantado contra ti para hacerte mal les ocurra como al muchacho» Entonces el rey se estremeció. Subió a la habitación superior del portón y se puso a llorar.

Decía al subir:

«¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar !¡Absalón, hijo mío, hijo mío!». Avisaron a Joab:

«El rey llora y hace duelo por Absalón».

Así, la victoria de aquel día se convirtió en duelo para todo el pueblo, al oír decir que el rey estaba apenado por su hijo.


℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.

05:34
Lectora de los Salmos:


Salmo: Sal 85, 1-2. 3-4. 5-6 Inclina tu oído, Señor, escúchame.

05:41
Lectora de la Primera Lectura:

℣.  Inclina tu oído,
Señor, escúchame.

℟.  Inclina tu oído,
Señor, escúchame.

℣.  Inclina tu oído, Señor,
escúchame, que soy
un pobre desamparado;
protege mi vida,

que soy un fiel tuyo;
salva, Dios mío, a tu siervo,
que confía en ti.  ℟.

℣.  Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy
llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto
mi alma hacia ti, Señor.  ℟.

℣.  Porque tú, Señor,
eres bueno y clemente,
rico en misericordia
con los que te invocan.

Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz
de mi súplica.  ℟.

06:31
Rvrdo.: Don José Blanco:


Aleluya Mt 8, 17b Aleluya, aleluya, aleluya

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

℣.  Cristo tomó nuestras dolencias
y cargó con nuestras enfermedades.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

07:11
Rvrdo.: Don José Blanco:


  Lectura del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43 Evangelio: Contigo hablo, niña, levántate

07:13
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  El Señor esté con vosotros
℟.  y con tu espíritu

℣.  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos
℟.  Gloria a ti, Señor

07:22
Rvrdo.: Don José Blanco: - En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.

Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:

«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva». Se fue con él, y lo seguía mucha gente que lo apretujaba.

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: «Con sólo tocarle el manto curaré».


08:26
Rvrdo.: Don José Blanco: - Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:

«¿Quién me ha tocado el manto?». Los discípulos le contestaban:
«Ves como te apretuja la gente y preguntas: '¿Quién me ha tocado?'».

Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. Él le dice:

«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada en tu enfermedad».

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:


09:33
Rvrdo.: Don José Blanco: - «No temas; basta que tengas fe».

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encontra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:

«¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida».

Se reían de Él. Pero Él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:

«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña .


℣.  Palabra del Señor
℟.  Gloria a Ti Señor, Jesús


HOMILIA

10:43
Rvrdo.: Don José Blanco: - Sentados un momento, estamos leyendo como Primera Lectura los llamados Libros Históricos del Antiguo Testamento. Que bueno, pues nos narran todos los avatares en los enfrentamientos, las guerras, que tuvo que pasar el Reino de Israel para consolidarse en su tierra. La Lectura de hoy del Segundo Libro de Samuel nos habla de una rebelión contra el propio rey David. Siempre pues buscando eso el poder, el ponerse uno en lugar del otro.

11:29
Rvrdo.: Don José Blanco: - Pero la casualidad quiere que uno de los que se rebelan contra David sea su propio hijo Absalón. El joven hijo Absalón y en esta rebelión tal como hoy se nos narra muere bajo las flechas del general del rey David. Y este hombre pues cree que va a dar la gran noticia a David diciéndole que su hijo Absalón ha sido abatido. David reacciona de la forma más contraria a lo que el general esperaba. Entonces el rey dice la palabra, entonces el rey se estremeció cuando escuchó la noticia. Subió a la habitación y se puso a llorar, decía: «hijo mío Absalón, hijo mío».

12:32
Rvrdo.: Don José Blanco: - Y así termina diciéndonos: «quien me diera haber muerto en tu lugar». Es decir, incluso en momentos de enfrentamiento. Absalón es su hijo y el amor a un hijo está por encima de las enemistades, de los enfrentamientos. Está por encima de los criterios de poder y está por encima de todo lo político. El amor está por encima de todo y por eso David que es padre, a pesar de todas las circunstancias esta estremecido, conmovido, disgustado, con duelo.

13:17
Rvrdo.: Don José Blanco: - Así dicen: «el rey llora y hace duelo por Absalón». Y termina la Lectura diciendo: «todo lo que tenía que haber sido jolgorio y alegría, victoria». Pues no, se convierte en duelo, para todo el pueblo al oír decir que el rey estaba apenado por su hijo. Como tal digamos esos acontecimientos bélicos, a nosotros no nos dice mucho, puesto que son acontecimientos históricos de hace miles de años. Pero sin embargo la Lectura sí que nos hace ver que el amor tiene que estar por encima de todo. Por encima de las enemistades, por encima, como digo del ansia de poder, por encima de todo lo político, por encima de lo económico, por encima de cualquier criterio.

14:12
Rvrdo.: Don José Blanco: - El amor tiene que estar por encima de todo y así es como lo muestra y lo demuestra ante el pueblo el propio rey David. Y en el Evangelio que es lo que se nos dice, podríamos decir también otro mensaje telegráfico: «la Fe». La Fe es lo que mueve, lo que mueve al hombre cuando es verdaderamente creyente y surge en esa Fe surge la adhesión a Jesucristo. Lo vemos en dos acontecimientos en el Evangelio de hoy. El acontecimiento de la mujer que tenía en sus flujos de sangre y que con esa Fe, pues un tanto rudimentaria, un tanto elemental, pero ella oído hablar de Jesús.

15:09
Rvrdo.: Don José Blanco: - Y ha oído que enseña cosas buenas y ha oído que hace cosas buenas. Y entonces la mujer con toda su, pues eso, su simplicidad que lo que hace se acerca a ver si tocándole simplemente el manto puedo curarme. Y efectivamente se cura, pero Jesús lo nota Jesús, lo nota y cuando llega esta mujer pues eso, la pobrecita poniéndose delante de Él, como pidiéndole perdón. La reacción de Jesús es todo lo contrario: «hija tu Fe te ha salvado, vete en paz, y queda curada de tu enfermedad».

15:57
Rvrdo.: Don José Blanco: - La Fe cura, la Fe es elemento de salvación, la Fe nos hace intimar con Dios. Y eso es lo que nos viene a traer Jesús. En el otro acontecimiento, el hijo de Jairo, perdón la hija de Jairo. Esa niña hija del jefe de la sinagoga, otras veces vemos a las autoridades de la sinagoga, en contra de Jesús. Hoy no, hoy vemos a este jefe de la sinagoga, que viene tranquilamente a Jesús y se postra ante Él y le ruega con insistencia.

16:44
Rvrdo.: Don José Blanco: - Mi niña está en las últimas, ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva. Y cuando le dan la noticia, de que no molesten más al maestro, porque la niña a muerto. La reacción de Jesús es la misma, que con la mujer: «no temas basta que tenga su Fe». Por eso os decía que el Evangelio de hoy de forma telegráfica lo que nos está diciendo es: «ten Fe». Pero ¿Fe en quién?, no ¿en qué? si no en quién. Fe en Jesús, Fe en Jesús, cuando hablamos de la Fe, de los Cristianos estamos hablando de la Fe, en una persona concreta que se llama Jesucristo.

17:31
Rvrdo.: Don José Blanco: - A veces sorprendente, cuando oímos opinar a la gente, que dice: «bueno ¿tú crees?, - sí yo creo porque algo tiene que haber. Como que algo tiene que haber, eso no es Cristiano. Sí yo creo que algo tiene que haber, después de la muerte. No el Cristiano, no es algo, es alguien. Nuestra Fe es en una persona, en la persona de Jesucristo que ha venido hasta nosotros para revelarnos, para desvelarnos el amor que Dios nos tiene. ¿Quien es Dios?, ¿cómo es Dios?, ¿que quiere Dios de nosotros?, ¿cómo podemos relacionarnos con ese Dios? De esa forma íntima, como el hijo que se dirige al Padre.

18:31
Rvrdo.: Don José Blanco: - Todo eso nos lo ha venido a descubrir Jesucristo y entonces nosotros creemos en Jesucristo porque Él es el hijo único de Dios. Porque Él nos ha traído esa gran noticia y por eso creemos en Él y la Fe en Él está hasta por encima de la muerte. El creer en Jesús nos ofrece incluso la superación de la muerte, como es el caso de esta niña. Y Jesús además es tan humano, es que hasta se ocupa de un detalle con el que termina el Evangelio de hoy, un detalle e que no va solamente a lo trascendente.

19:21
Rvrdo.: Don José Blanco: - Sino que dice: «les insiste en que nadie se enterase», esto es muy propio de San Marcos, lo de que nadie se entere. Y les dijo: «que dieran de comer a la niña», hasta se preocupa de ese pequeño detalle. Que den de comer a la niña, porque Jesús es humano, plenamente humano y por eso se ocupa de nosotros y se preocupa de nuestras necesidades. Por eso la invitación de la Palabra de Dios es: «Ten Fe, Fe en Jesús». En ese Jesús que es capaz de ofrecernos la salvación, hasta límites insospechados. Que se preocupa de nosotros hasta de los pequeños detalles.

20:09
Rvrdo.: Don José Blanco: - En ese Jesús nosotros Creemos y a ese Jesús nosotros Adoramos. Pues que el Señor en la Eucaristía de hoy nos deje esos dos mensajes. En la Primera Lectura que: «el amor está por encima de todo» y en la Segunda que: «tengamos la Fe en Jesucristo que nos descubre el Amor de Dios a todos los hombres y se preocupa de todos y cada uno de nosotros». En la Eucaristía hoy, lo reconocemos y le pedimos al Señor por todos nosotros.

20:54
Rvrdo.: Don José Blanco: - Oremos juntos dando gracias al Señor que nos Ama entrañablemente.

℣.  Para que los Cristianos
sintamos el gozo de la Fe.

℣.  Oremos Hermanos
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Para que los que han
recibido la luz del Evangelio
lleguen a conocer
y amar a Jesucristo.

℣.  Oremos Hermanos
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Para que los jóvenes
sean una fuerza
renovadora de la iglesia.

℣.  Oremos Hermanos
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Para que se acabe
la carrera de armamentos
y los pueblos puedan
vivir en paz.

℣.  Oremos Hermanos
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Para que los que hoy
Celebramos esta Eucaristía
sepamos estar atentos
a las Llamadas de Dios y.

℣.  Oremos Hermanos
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por los enfermos,
sus cuidadores y sus familiares
para que encuentren
todos la paz
y la alegría del Señor.

℣.  Oremos Hermanos
℟.  Te Rogamos Oyenos.

21:58
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Escucha Padre
la Oración de tu Iglesia
y concédele
lo que confiadamente te pide
por Jesucristo Nuestro Señor

℟.  Amen.

22:54
Rvrdo.: Don José Blanco:

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Bendito seas por siempre, Señor.

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Bendito seas por siempre, Señor.

23:40
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Oremos, hermanos,
para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

℟.  El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

℟.  Amen.

23:55
Rvrdo.: Don José Blanco:

Presentamos Señor estas ofrendas
en tu altar como signo
de nuestro reconocimiento

concédenos al aceptarlas
con bondad transformarlas
en Sacramento

de nuestra redención
por Jesucristo nuestro Señor.

℟.  Amen.

24:13
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  El Señor esté con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Levantemos el corazón.
℟.  Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣.  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟.  Es justo y necesario.

24:22
Rvrdo.: Don José Blanco:

En verdad es justo darte gracias
y deber nuestro alabarte
Padre Santo Dios Todopoderoso
y eterno en todos los momentos

y circunstancias de la vida
en la salud y en la enfermedad
en el sufrimiento y en el gozo
por tu siervo Jesús nuestro redentor

porque Él en su vida terrena
pasó haciendo el bien
y curando a los oprimidos
por el mal también hoy

como buen samaritano
se acerca a todo hombre
que sufre en su cuerpo
o en su espíritu y cura sus heridas

con el aceite del consuelo
y el vino de la esperanza
por este donde tu gracia
incluso cuando nos vemos sumergidos

en la noche del dolor
vislumbramos la Luz Pascual
en Tu hijo muerto y resucitado
por eso unidos a los Ángeles

y a los Santos cantamos a una voz
el Himno de tu Gloria
diciendo sin cesar

25:30
Rvrdo.: Don José Blanco:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo
y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

25:47
Rvrdo.: Don José Blanco:

Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;
por eso te pedimos
que santifiques estos dones

con la efusión de tu Espíritu,
de manera que se conviertan
para nosotros Cuerpo y Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

El cual, cuando iba
a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
tomó pan; dándote gracias, lo partió
y lo dio a sus discípulos diciendo:

TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

26:43
Rvrdo.: Don José Blanco:

Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el caliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:

TOMAD Y BEBED TODOS DE EL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

27:30
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Y éste es el Sacramento de nuestra fe:

℟.  Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
!Ven, Señor Jesús!

27:37
Rvrdo.: Don José Blanco:

Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida

y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de estar aquí en tu presencia.
celebrando esta Eucarístia.

Te pedimos, humildemente,
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

28:08
Rvrdo.: Don José Blanco:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa Francisco,
con nuestro Obispo Carlos

y todos los pastores
que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección
por la caridad.

Acuérdate también de nuestros
hermanos que durmieron
en la esperanza de la resurrección,
recordamos especialmente

en esta Eucaristia a los difuntos
de la familia ... a ellos
y a cuantos murieron en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen, Madre de Dios,
su esposo San José
los Apostoles,

y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

29:07
Rvrdo.: Don José Blanco:

Por Cristo, con Él y en Él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

29:26
Rvrdo.: Don José Blanco: - Y ahora todos juntos, nosotros también con Fe, como veíamos en el Evangelio. Basta con que tengas Fe, pues con Fe nos dirigimos al Padre. Y vamos a darle gracias por todo lo que nos ha transmitido en la persona de Jesucristo. Lo que nos ha dado y regalado en la persona de Jesucristo. Vamos a hacerlo con las Palabras que el propio Jesús nos enseñó:


PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

30:21
Rvrdo.: Don José Blanco:

Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder
y la gloria, por siempre, Señor.

30:44
Rvrdo.: Don José Blanco:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy";
no tengas en cuenta nuestros pecados,

sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.

Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

31:04
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  La paz del Señor sea siempre con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Demonos la paz como hermanos
℟.  La Paz esté contigo

31:24
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  danos la paz.

31:51
Rvrdo.: Don José Blanco:

℣.  Éste es Jesucristo Nuestro Señor,
el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a esta cena.

℟.  Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo.
℟.  Amen.

32:16
MÚSICA de la BASÍLICA:

No podemos caminar

℟.  No podemos caminar
con hambre bajo el sol
Danos siempre el mismo pan,
tu cuerpo y sangre, Señor


Comamos todos de este pan
El pan de la unidad
En un Cuerpo nos unió el Señor
Por medio del amor

Señor, yo tengo sed de Ti
Sediento estoy de Dios
Pero pronto llegaré a ver
El rostro del Señor

Por el desierto el pueblo va
Cantando su dolor
En la noche brillará tu luz
Nos guía la verdad

37:01
Rvrdo.: Don José Blanco:

Oremos
reanimados por estos dones
de nuestra salvación
te suplicamos Señor
que el pan de vida eterna

nos haga crecer continuamente
en la Fe verdadera
por Jesucristo nuestro Señor

℟.  Amen.

℣.  El Señor Esté Con Vosotros
℟.  y Con Tu Espíritu

℣.  la bendición de Dios todo poderoso
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros
podéis ir en Paz.

℟.  Demos Gracias al Señor.


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