jueves, 13 de agosto de 2020

13.08.2020 - Santa Misa de hoy, Heliodoro Mira






13.08.2020 - Santa Misa de hoy, Presidida por el P. Heliodoro Mira




Camino Católico

14 de agosto de 2020. (Camino Católico). Celebración de la Santa Misa de hoy, viernes de la 19ª semana de Tiempo Ordinario, San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir, presidida por el P. Félix Castedo, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.







Inicio de la Santa Misa



LITURGÍA DE LA PALABRA


Lectura de la profecía de Ezequiel 12, 1-12 1ª lectura: Emigra en pleno día, a la vista de todos.


00:04
Primera Lectura

Me fue dirigida esta palabra del Señor:

«Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde: tienen ojos para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen; pues son un pueblo rebelde.

Así pues, tú, hijo del hombre, prepara tu equipaje para el destierro, y emigra en pleno día, a la vista de todos; a la vista de todos emigra a otro sitio. Tal vez así comprendan que son un pueblo rebelde.

Sacarás tu equipaje de deportado en pleno día, a la vista de todos; partirás al atardecer, a la vista de todos, como quien va al destierro.

A la vista de todos abre una brecha en el muro y saca por allí tu equipaje.

00:57
Primera Lectura

Cárgalo al hombro a la vista de todos, sácalo en la oscuridad. Cúbrete la cara para no ver la tierra, porque hago de ti un signo para la casa de Israel».

Yo hice todo lo que me había ordenado. Saqué mi equipaje como quien va al destierro, en pleno día; al atardecer abrí una brecha en el muro con las manos, lo saqué en la oscuridad y me lo cargué al hombro, a la vista de todos.

A la mañana siguiente me fue dirigida esta palabra del Señor:

«Hijo de hombre, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es lo que hacías?

Pues respóndeles:


01:48
Primera Lectura

“Esto dice el Señor Dios: Este oráculo toca al príncipe en Jerusalén y a toda la casa de Israel que vive allí”.

Di: “Yo soy un signo para vosotros: como yo he hecho, así harán con ellos. Serán deportados irán al destierro.

El príncipe que vive entre ellos se cargará al hombro el equipaje, en la oscuridad saldrá, por una brecha que abrirán en el muro para sacarlo, se cubrirá la cara para no ver su tierra con sus propios ojos”».

℣.  Palabra de Dios.
℟.  Te Alabamos Señor.

02:28
Lectura de los Salmos:


Salmo: Sal 77, 56-57. 58-59. 61-62 No olvidéis las Acciones del Señor.

02:28
Lectura de los Salmos:

℣.  No olvidéis las Acciones del Señor.
℟.  No olvidéis las Acciones del Señor.

℣.  Ellos tentaron al Dios altísimo
y se rebelaron, negándose
a guardar sus preceptos;
desertaron y traicionaron como sus padres,
fallaron como un arco engañoso.  ℟.

℣.  Con sus altozanos lo irritaban,
con sus ídolos provocaban sus celos.
Dios lo oyó y se indignó,
y rechazó totalmente a Israel.  ℟.

℣.  Abandonó sus valientes al cautiverio,
su orgullo a las manos enemigas;
entregó su pueblo a la espada,
encolerizado contra su heredad.  ℟.

03:22
Aclamación del Evangelio:


Aleluya Sal 118, 135 Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tu decretos.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

℣.  Haz brillar tu rostro
sobre tu siervo,
enséñame tus decretos.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

04:05
Lectura del Santo Evangelio:


  Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-19, 1 Evangelio: No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

04:05
Lectura del Santo Evangelio:

℣.  El Señor esté con Vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Lectura del Santo Evangelio según San Mateo.
℟.  Gloria a ti, Señor.

04:19
Lectura del Santo Evangelio:

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:

«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?»

Jesús le contestó:

«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el Señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.

05:07
Lectura del Santo Evangelio:

El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo”.

Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:

“Págame lo que me debes”.

El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:

“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré”

Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

05:49
Lectura del Santo Evangelio:

Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:

“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”

Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.

℣.  Palabra del Señor
℟.  Gloria a Ti Señor, Jesús.

06:51
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

El Profeta Ezequiel como siempre da un toque de atención. Y ante lo que el Señor le pedía, que es que diera testimonio de que iba a llegar, la deportación. Que iban a salir todos, bajo el poder de aquellos que les iban a someter. Pues le recuerda el Señor que no hacen caso, que les estoy avisando, que no siguan, que no escuchan la Palabra de Dios.

07:21
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Que están rebeldes y constituye al Profeta como signo para todos ellos. «Yo soy un signo para vosotros», tienes que decirle, le dice a Ezequiel. «Como yo he hecho, así harán con ellos, serán deportados, irán al destierro». Es tremendo que el Señor les tenga que decir muchas veces esto: «te lo estoy diciendo, que no te enteras, que sigues ahí, que no acabas de entender, cuál es el camino por dónde tienes que ir». Y uno de los puntos capitales de nuestro camino que lo repetimos continuamente en el Padrenuestro es «perdonar».

08:01
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Dios nos muestra su Amor Misericordioso perdonándonos, nuestros pecados. Que son deudas infinitas, que tenemos con Él. Los pecados pequeñitos sí también, los graves por supuesto, los pecados mortales y los veniales. Todos ofenden a nuestro Dios y además Él nos ofrece su Misericordia para que también nosotros podamos ser misericordiosos con los demás. El Perdón es una característica del Amor Perfecto de Dios a los hombres. Es algo importantísimo, que aparece siempre en el Amor que nos tiene. Y Él ha querido necesitar de nosotros, para que su misericordia llegue a la gente.

08:39
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Desea que nosotros seamos instrumentos de su perdón, que perdonemos. Quiere mostrarle a los hombres su perdón, a través de nosotros. Cuando nos invita a Amar como Él mismo nos Ama, también se refiere al perdón. El Perdón es parte de la Perfección de la Caridad, pero nos cuesta mucho, porque quiere que vensamos nuestro orgullo y que seamos humildes. Y sin embargo, solamente así seremos sus Apóstoles y llevaremos su Amor al mundo. Dios nos necesita y nos llama, a esta Misión maravillosa de ser instrumentos de su Amor y de su Perdón, no lo olvidemos.

09:20
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

«¿Señor cuantas veces tengo que perdonar?» que ya pregunta, de Pedro. Pues es muy ilustrativa, hasta siete veces. El 7 era el número más grande que existe para la contabilidad de los hebreos. Y le contesta el Señor: «no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». O sea sin sin ningún límite, ¿cuando tengo que perdonar?, - todo. Con esa respuesta Jesús, no nos dice que perdonar sea fácil y que tampoco exijamos lo que en justicia hay que exigir, con paciencia. Sino que es un requisito absolutamente indispensable para nuestra vida.

10:02
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Y todos los hemos de convertirse y aprender a perdonar. Aunque algo algunas veces muy resistimos a convertirnos. El Santo Padre decía: «es que hay Cristianos que tienen esa mentalidad. ¿Porqué nos deberíamos convertir? La conversión concierne a quien de ateo se vuelve creyente, de pecador, se hace justo. Pero nosotros no tenemos necesidad, ya somos Cristianos. Entonces estamos bien, no necesitamos nada, yo me porto bien, yo no hago ninguna cosa mala, yo no tengo que convertirme. Un momento, un momento, ahonda un poco, que te estás en la superficie.

10:36
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Pensando así, -decía el Santo Padre-, no nos damos cuenta de que es precisamente de esa presunción que tienes, de lo que te tienes que convertir. En el cual de que soy Cristiano y somos todos buenos y que estamos bien. Todo el mundo es bueno, todo el mundo bueno, no. Todo el mundo tiene las malas inclinaciones, habrá de todo claro. Personas muy buenas personas, personas menos buenas y personas muy malas. Pero lo que no puede hacer es presumir que yo ya pues de esa suposición de que en general va bien así y no necesito ningún tipo de conversión.

11:10
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

De eso te tienes que convertir, preguntémonos -decía el Santo Padre-, ayudándonos a hacer examen un poquito claro. ¿Es realmente cierto que en diversas situaciones y circunstancias de la vida tenemos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús? - Pues no, hay muchas veces que no, ¿es verdad que sentimos como Él lo vive? - Lo que nos pasa en la vida, la Pandemia, las Dificultades, lo que estamos viviendo ¿lo vivo como Jesús? Por ejemplo, cuando sufrimos algún mal o alguna afrenta, ¿logramos reaccionar sin animosidad y perdonar de corazón a los que me piden disculpas?

11:49
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Qué difícil es perdonar -decía el Santo Padre-, como es difícil que además nos brota y decimos me las pagarás. Pues esa frase viene de dentro, de dentro del corazón, e indica que no, que no hemos perdonado de verdad. Cuando estamos llamados a compartir alegrías y tristezas, cuando estamos llamados a acompañar a los demás. ¿Lloramos sinceramente con los que lloran y nos regocijamos con quienes se alegran? Cuando expresamos nuestra Fe, ¿lo hacemos con valentía, con sencillez, sin avergonzarnos del Evangelio? Y así podríamos hacernos -decía el Papa-, muchas preguntas.

12:32
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

No estamos bien, no todo el mundo es bueno, que no, que no siempre, tenemos que convertirnos. Y tener los sentimientos que Jesús tiene y tenía. Tampoco podemos caer en el extremo opuesto, todo el mundo es malo, no te puedes fiar de nadie. Dónde vas, dónde vas, para el carro macabeo que ese no es el camino. Tenemos que tener la visión de que somos personas imperfectas, y que todos podemos rectificar y mejorar. Pero en nuestro corazón debe ser, un Castillo donde solo Reine Dios. Él es Amor y como dice San Juan en su Primera Epístola «y como tal aborrece el odio».

13:07
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Si por el contrario permitimos entrar el odio en nuestro corazón, Cristo abandonará el sitio que estaba ocupando dentro de nosotros. Porque no puede ser amigo de quien odia, por ese motivo debemos perdonar en lugar de buscar venganza. ¿Qué decía el siervo deudor?, ¿qué pedía?, - misericordia. «¡Ten paciencia conmigo!». Para los Primeros Cristianos lo tenían muy claro. San Juan Crisóstomo les dice: «hemos de pedir, Cristo nos pide dos cosas. Que tenemos que llevar a la práctica y hay que pedirlas. Primero condenar mis pecados, condenar nuestros pecados, o sea, aborrecer mis pecados. Eso ya lo hago, bueno lo haces, como decía el Santo Padre a veces a medias.

13:53
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Y segunda parte, perdonar los pecados de los otros. Que es lo que decimos en el Padre Nuestro: «perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos, a los que nos ofenden». Ah, le has puesto a Dios la condición, de que te perdone, según perdones tú. Y decía el Crisóstomo, hacer la primera cosa a causa de la segunda, claro. Que así será más fácil, porque el que se acuerda de sus pecados, será menos severo hacia su compañero de miseria. Y perdonar no sólo de palabras, sino desde el fondo del corazón.

14:24
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

Para no volver contra nosotros mismos, el hierro con el cual queremos perforar a los otros. ¿Qué mal puede hacerte tu enemigo, que sea comparable al que tú mismo te haces con esa acritud, te haces daño. El odio mata, odiando matamos nuestra alma. El deseo de venganza, significa que se quiere superar al otro en hacer el mal. Y eso en lugar de sanar la situación, la empeora. Pues le vamos a pedir eso al Señor. Se lo vamos a pedir a Jesucristo por intercesión de Santa María, su Madre y Madre Nuestra.

14:56
Rvrndo.: Don Heliodoro Mira:

La gracia, de contar con un corazón como el suyo, que sepa Amar y Perdonar. A pesar de las grandes o pequeñas dificultades de la vida, que así sea.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.