martes, 20 de noviembre de 2018

20.11.2018 - Santa Misa en 13tv - José Blanco






Palabra de Vida 20/11/18:
«El Hijo del hombre ha venido a buscar»
Por P. Jesús Higueras




Camino Católico

Publicado el 20 nov. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 20 de noviembre de 2018, martes de la 33ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: san Lucas 19, 1-10:

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.

En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:

«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».

Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:

«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:

«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».

Jesús le dijo:

«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».


Padre Don: Jesús Higueras Esteban


00:08
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - «El Hijo del hombre ha venido a buscar, y a salvar lo que estaba perdido». Muchas veces pensamos que somos nosotros los que buscamos a Dios, bien puede ser verdad. Pero sobre todo, es Dios quien busca al hombre. De hecho Jesús dice: «el hijo de hombre ha venido a buscar a los que estaban perdidos, a salvar a los que estaban perdidos». De hecho el Catecismo de la Iglesia Católica y el Catecismo que promulgó San Juan Pablo II, una maravilla: «el 1º Capítulo es: - Dios en Búsqueda del Hombre».

00:37
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Dios tiene mucho más interés curiosamente que nosotros mismos, en nuestra salvación. Y Dios pues insiste y llama y Él no gana nada con nosotros. Pero es tan bueno, que nos busca constantemente. Recuerdo que una vez que leí una viñeta, en una revista. Me parece que era una Revista Religiosa, que decía lo siguiente: «era un hombre que buscaba a Dios y cruzaba los océanos buscando a Dios. Subía las montañas buscando a Dios. Atravesaba los desiertos buscando a Dios, bajaba las simas buscando a Dios.

01:08
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Hasta que por fin un día se paró y Dios le pudo dar alcance. Porque a veces estamos tan movidos buscando a Dios, haciendo tantas cosas, Obras Sociales, Voluntariados y tal. Parate quieto, deja que Dios te encuentre, deja que Dios tenga un momento de sosiego contigo. Y ahí creo que todos tendríamos como que preguntarnos: «¿tenemos tiempo para que Dios nos encuentre?, ¿sabemos hacer silencio? Porque se trata de viajar en el sentido material, de la palabra, de coger un tren o un avión, no.

01:35
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - En nuestro corazón a veces hacemos viajes tan lejos, en nuestro corazón a veces estamos tan preocupados con la compra, con los precios, con la política, con cosas familiares importantes. Que al final no tenemos, ni en nuestro corazón, ni silencio en nuestro corazón para que Dios nos pueda encontrar. Y claro Dios está ahí, llamando a la puerta, Dios está insistiendo. Oye que quiero estar contigo. De hecho el Libro del Apocalipsis lo dice así: «Estoy a la puerta llamando, si alguien me oye y abre, entraré y comeremos juntos».

02:06
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Pero claro, «si alguien oye la llamada y me abre la puerta». Y creo que las llamadas a través del Evangelio, a través estas palabras. Lo importante es que tú habras la puerta, que seas consciente que Dios te busca a ti, con mucho más interés, de lo que tú te crees. Aunque tú le puedes buscar a Él y por tanto que el protagonista de tu vida interior no eres tú. El protagonista tu vida interior es Jesucristo, es el Espíritu Santo.

02:32
Padre Don: Jesús Higueras Esteban: - Que Él envía desde el Padre es Dios nuestro Señor y por tanto qué bonito que Dios no se canse de buscarnos. Qué cosa tan impresionante: «Señor, perdóname por todas las veces que no me he dejado encontrar. Perdóname por toda vez que estoy tan ocupado, que es que no tengo tiempo para Ti. Y concédeme la gracia de pararme un poco y dejar que me alcances y dejar que me encuentres».


Santa Misa de hoy martes 20 de noviembre de 2018, 33ª semana de Tiempo Ordinario




Camino Católico

Publicado el 20 nov. 2018 (13 TV / caminocatolico.org/home/) Celebración de la Santa Misa de hoy martes de la 33ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. José Blanco, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.


Inicio de la Santa Misa y Dedicación


00:21
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

℟.  Amen.

00:26
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el Amor del Padre y la Comunión
del Espíritu Santo,
estén con Todos Vosotros.

00:37
Rvrndo.: D. José Blanco:

Hermanos, buenos días es bienvenidos a la Celebración de la Eucaristía de este martes de la 33º Semana del Tiempo Ordinario. Ya vamos terminando el Año Litúrgico son 34 Semanas, estamos en la 33. Como siempre vamos a escuchar la Palabra de Dios que debe interpelar nuestros corazones para vivir esa Palabra. Cuando salgamos a la calle, en la familia, en las relaciones humanas, en cualquier momento de nuestra vida. Un saludo muy cordial cercano a todos aquellos que a través de Canal 13 Televisión se unen a nosotros en la Celebración Eucarística.

01:25
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y ahora en un momento de silencio nos acogemos al perdón y a la misericordia de Dios.

01:48
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Apresura Tu Venida.

℣.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

℣.  Reúne a los Dispersos.

℣.  Cristo, Ten Piedad
℟.  Cristo, Ten Piedad

℣.  Alienta nuestra Esperanza.

℣.  Señor, Ten Piedad
℟.  Señor, Ten Piedad

02:06
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la Vida Eterna

℟.  Amen.

02:15
Rvrndo.: D. José Blanco:

Oremos.
Concédenos Señor Dios Nuestro
alegrarnos siempre en Tu
servicio porque en dedicarnos

a Ti, Autor de todos los
bienes consiste la felicidad
completa y verdadera.
Por Nuestro Señor Jesucristo

Tu Hijo, que Vive y Reina Contigo
en la Unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los Siglos de los Siglos

℟.  Amen.

02:51
Lectora de la Primera Lectura:


Lectura del libro del Apocalipsis 3, 1-6. 14-22 1ª lectura: Si alguien escucha la puerta, entraré en su casa y cenaré con él.

02:54
Lectora de la Primera Lectura: - Yo, Juan, escuché al Señor que me decía:

«Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes:

“Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Sé vigilante y reanima lo que te queda y que estaba a punto de morir, pues no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios. Acuérdate de cómo has recibido y escuchado mi palabra, y guárdala y conviértete. Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras, y pasearán conmigo en blancas vestiduras, porque son dignos. El vencedor será vestido de blancas vestiduras, no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.


04:01
Lectora de la Primera Lectura: - Escribe al ángel de la Iglesia en Laodicea:

“Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios: Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca. Porque dices: ‘Yo soy rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada’; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lastima, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten, pues, celo y conviértete. Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.


05:20
Lectora de la Primera Lectura: - Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.

El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias”».


℣.  Palabra de Dios
℟.  Te Alabamos Señor.

05:36
Lectora de los Salmos:


Salmo: Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 El vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.

05:40
Lectora de los Salmos:

℣.  Al vencedor le concederé sentarse
conmigo en mi trono.

℟.  Al vencedor le concederé sentarse
conmigo en mi trono.

℣.  El que procede honradamente y
practica la justicia, el que
tiene intenciones leales y no
calumnia con su lengua.  ℟.

℣.  El que no hace mal a su
prójimo ni difama al vecino,
el que considera despreciable
al impío y honra a los que
temen al Señor.  ℟.

℣.  El que no presta dinero a
usura ni acepta soborno contra
el inocente. El que así obra
nunca fallará.  ℟.

06:25
Rvrndo.: D. José Blanco:


Aleluya 1 Jn 4, 10b Dios nos amó y nos envío a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

℣.  Dios nos amó y nos envío a
su Hijo como víctima de propiciación
por nuestros pecados.  ℟.

℟.  Aleluya, aleluya, aleluya.

07:06
Rvrndo.: D. José Blanco:


  Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10 Evangelio: El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

07:06
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  El Señor esté con vosotros
℟.  y con tu espíritu

℣.  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
℟.  Gloria a ti, Señor

07:15
Rvrndo.: D. José Blanco: - En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.

En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:

«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:

«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:

«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».

Jesús le dijo:

«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».


℣.  Palabra del Señor
℟.  Gloria a Ti Señor, Jesús


HOMILIA

08:45
Rvrndo.: D. José Blanco:

Sentaoos un momento, como os decía al comenzar, estamos terminando el Año Litúrgico. Y también las Lecturas de la Palabra de Dios nos ponen pues Lecturas también un poco de los últimos tiempos, de los últimos días. Y por eso estamos leyendo el Libro del Apocalipsis. El Libro del Apocalipsis que en un estilo muy concreto, distinto, del resto de los Libros del Nuevo Testamento. Nos habla de cómo también a las Iglesias, las ha de juzgar el día de mañana el Señor. Y hoy hemos leído como analiza la Palabra de Dios a dos Iglesias concretas, la de Sardes y la de Laodicea.

09:52
Rvrndo.: D. José Blanco:

A esas dos Iglesias las analiza como con un bisturí, porque por una parte, les dice conozco a la primera, conozco tus Obras tienes nombre como de quien vive, pero está muerto. Por qué razón esta Iglesia se había burocratizado, esta Iglesia cumplía la normas a rajatabla. Pero no vivía el Espíritu Evangélico, no vivía el Espíritu del Señor. Y por eso el Ángel o el Profeta les dice: «sed vigilante y reanima lo que te queda y que estaba a punto de morir».

10:44
Rvrndo.: D. José Blanco:

«Si todavía queda un poquito de Espíritu Evangélico en tu seno, reanímalo no te dejes llevar por el cumplimiento de la burocracia. Pues no he encontrado tus Obras Perfectas, delante de Mi Díos. Acuérdate de cómo ha recibido y escuchado Mi Palabra, guárdala y conviértete». Es decir, por una parte le dice le echa en cara sus defectos, pero al mismo tiempo le anima a que se convierta de verdad, de corazón, a que vigile, para así poder reanimarla. Para así poder ser una Iglesia Testimonio del Amor de Dios.

11:38
Rvrndo.: D. José Blanco:

La segunda Iglesia Laodicea, pues que como era esta Iglesia al parecer, era rica materialmente hablando. Y por lo tanto no se preocupaba de nada. Y le dice las palabras más duras, el Profeta, porque no eres ni frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Si eres frío, pues mira allá tú, si eres caliente darás testimonio. Pero es que no eres ni lo uno, ni el otro, aparentemente quiere ser neutral. Y por eso, porque no eres ni frío, ni caliente, te vomitaré de mi boca. Son palabras duras, las que dirige a esta Iglesia, de Laodicea, el Profeta.

12:38
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y conozco tus Obras, porque eres tibio, estoy a punto de vomitarte de mi boca. Porque dices yo soy rico, me enriquecido y no tengo necesidad de nada. Es aquel que se crea autosuficiente, como vive con cierta holgura, pues no se preocupa de más. No se preocupa de los indigentes, no se preocupa de los que más lo necesitan. Yo soy rico y por lo tanto me recreo en mi riqueza. A las dos Iglesias les dice esas palabras, duras y difíciles. Pero también es verdad que en las dos Iglesias, el Ángel o el Profeta va a encontrar a algunas personas que si son Fieles.

13:42
Rvrndo.: D. José Blanco:

Va a encontrar algunas personas, que no responden a lo que estaba acusando. El vencedor, no antes de eso, dice, pero tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras. Y pasearán conmigo en blancas vestiduras, porque son dignos. El vencedor será vestido de blancas vestiduras, no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de Mi Padre. Siempre hay un resto, en el Antiguo Testamento también se hablaba del resto de Israel.

14:28
Rvrndo.: D. José Blanco:

Aquí ya, se habla de un resto de esas Iglesias que no son perfectas, pero que sin embargo ese pequeño resto, se ha mantenido Fiel. Y lo mismo dice de la Iglesia de Laodicea, al final de la Lectura de hoy. Yo a cuantos amo, reprendo y corrijo. «Bien pues ten celo y conviértete, mira Estoy de pie a la puerta y Llamo. Si alguien escucha Mi Voz y abre la puerta, Entraré en su casa y Cenaré con Él y Él Conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en Mi Trono como yo he vencido y me he sentado con Mi Padre en Su Trono».

15:15
Rvrndo.: D. José Blanco:

Veis, a las dos Iglesias les dice sus pecados, a una dice: «pareces viva, pero estás muerta», porque novio es el Espíritu del Evangelio. A la otra le dice: «eres rica y autosuficiente y por eso te vomito de mi boca, porque no eres ni frío ni caliente». Pero en una dice: «hay personas que han sabido ser Fieles y han cumplido. Y en la segunda lo mismo: «al vencedor le concederé el sentarse conmigo». Bueno estas palabras que oímos al Profeta de Patmos, que es San Juan. Que oímos esas palabras sobre unas Iglesias, tienen que ser también, como una llamada de alerta, a nosotros, a las Iglesias nuestras de hoy.

16:21
Rvrndo.: D. José Blanco:

A que no caigamos en la burocratización, como la de Sardes, porque entonces es que nos empobrecemos de tal manera que los valores del Evangelio se nos olvidan. Y no caigamos tampoco en la tibieza, como dice la otra Iglesia. Que no son ni frías, ni calientes, que aparentemente quieren ser neutrales, ante cualquier adversidad. No, el Cristiano tiene que tomar partido y confesar su Fe, incluso en medio de las dificultades y de las adversidades. Anteayer el Profeta Daniel, en la 1ª Lectura del Domingo, nos decía: «viviréis tiempos difíciles».

17:20
Rvrndo.: D. José Blanco:

Bueno pues si, vivimos tiempos difíciles, pero precisamente por eso tenemos que dar o tenemos que confesar valientemente nuestra Fe en el Señor. En un Señor que va recorriendo, como vemos hoy en el Evangelio, va recorriendo los Caminos de Galilea, de Judea. Y hoy le vemos en Jericó, en el mismo escenario que ayer. Ayer si recordáis era el ciego, el que sale corriendo hacia el Señor diciendo: «hijo de Davis, ten compasión de mí». Y hoy en el mismo escenario en Jericó, nos encontramos con un hombre rico, Jefe de Publicanos y rico.

18:16
Rvrndo.: D. José Blanco:

Dice el Evangelio, pero tenía curiosidad, había oído hablar de Jesús de Nazaret. Y entonces le quiere ver, pero es bajo, bajito y se tiene que subir a una higuera, un sicomoro, para poder verlo. Y así como ayer, veíamos al ciego gritando: «Hijo de David, ten compasión de mí». Es decir, es él, el que se dirige a Jesús, el que quiere encontrarse con Jesús. Hoy es al revés, hoy es al revés. Él está subido en su higuera, curioseando por decirlo así y es Jesús el que toma la iniciativa. Jesús le dice: «Zaqueo date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».

19:11
Rvrndo.: D. José Blanco:

La iniciativa ahora es de Jesús, además salvando las normas, normales de la convivencia. Es Él que dice: «quiero ser tu invitado». Cualquiera le diría oye yo no te he invitado para nada. Pero Jesús toma la iniciativa: «quiero ser tu invitado, y quiero quedarme hoy en tu casa». Reacción de Zaqueo, claro la gente murmura, la gente murmura, porque saben quién es Zaqueo. Porque saben que es un publicano, que es un rico, que es un opresor, que es un explotador.

19:54
Rvrndo.: D. José Blanco:

Porque es el que cobra los tributos y a veces de forma exagerada para guardarse en su propio bolsillo. Pues eso el fruto de los tributos. Pero sin embargo Zaqueo en ese encuentro que tiene con Jesús, se transforma, es otro. «Mira Señor la mitad de mis bienes, se lo doy a los pobres, ha encontrado un valor mucho más importante que el dinero, he encontrado el valor del Reino de Dios, en la persona de Jesús». «Si he defraudado alguno, le restituyo cuatro veces más».

20:42
Rvrndo.: D. José Blanco:

Como esté sí que se convierte de verdad, este sí que se transforma, este sí que ha encontrado la salvación. Y por eso ya el dinero le tiene sin cuidado. Y Jesús responde: «hoy ha sido la salvación de esta casa». Y al decir eso claro no solamente es de la persona física de Zaqueo sino de toda su familia. Y con la actitud de Zaqueo, de restituir hasta cuatro veces más y dar la mitad de lo que tiene a los pobres. Pues va a ser en perjuicio de sus hijos o de su esposa. Pero sin embargo, «hoy ha sido la salvación de esta casa».

21:34
Rvrndo.: D. José Blanco:

Está que hoy es su familia, todos, han encontrado la salvación. Pues eso tiene que ser nuestra Iglesia, es decir, nosotros. Cada uno de nosotros que formamos la Iglesia. Que desterremos cualquier valor material y nos centremos en el valor absoluto que es Jesús. Él es el único valor que merece la pena. Y Jesús nos habla de amor, nos habla de entrega, nos habla de generosidad, nos habla de fraternidad. Pues tomemos el ejemplo de Jesús, Él nos invita a que vivamos así en nuestra Iglesia.

22:20
Rvrndo.: D. José Blanco:

No como en la Primera que hemos leído, de Sardes y no como en la Segunda de la Laodicea por su tibieza. Confesemos valientemente en nuestro mundo y en nuestra sociedad los Valores Evangélicos. El Señor al Celebrar la Eucaristía nos ayude a vivirlos de verdad aquí y en la calle.

22:50
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Hermanos cada día de nuestra vida
es una gracia del Señor ocasión
que se nos ofrece para hacer el
bien y construir el reino de Dios.

Invocamos al Padre del cielo para
que nos conceda caminar siempre
según su voluntad.


PETICIONES

23:13
PETICIONES DE LOS FIELES:

℣.  Por por la Santa Iglesia
para que conducida por el Espíritu
del Señor sepa reconocer en la
vida de cada día los signos
que revelan la Presencia de Dios.

℣.  Oremos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por nuestros Pastores para que
mediante el ministerio y la
santidad personal sean educadores
y padres en la Fe.

℣.  Oremos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por los hombres que trabajan
para que el esfuerzo cotidiano
necesario para el sustento de

la familia contribuya a hacer
más justas y cordiales las
relaciones en la sociedad.

℣.  Oremos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por los enfermos, los que
les cuidan sus familias y los
médicos para que todos encuentren
la paz y la sanación.

℣.  Oremos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

℣.  Por todos nosotros los nacidos
en el bautismo para que el Señor
nos preserve del pecado y nos
haga crecer en la experiencia
viva de su Espíritu.

℣.  Oremos al Señor
℟.  Te Rogamos Oyenos.

24:17
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Asiste o Padre a tus hijos
en el camino de cada día y ayúdales
a vivir con gozo los acontecimientos
de la vida cotidiana.
Por Jesucristo nuestro Señor.

℟.  Amen.

25:19
Rvrndo.: D. José Blanco:

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Bendito seas por siempre, Señor.

Bendito seas, Señor,
Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid
y del trabajo del hombre,

que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Bendito seas por siempre, Señor.

26:00
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Oremos, hermanos,
para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

℟.  El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

℟.  Amen.

26:16
Rvrndo.: D. José Blanco:

Concédenos Señor que estos dones
ofrecidos ante la mirada de tu
majestad nos consigan la gracia

de servirte y nos obtengan el
fruto de una eternidad dichosa.
Por Jesucristo Nuestro Señor

℟.  Amen.

26:34
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  El Señor esté con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Levantemos el corazón.
℟.  Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣.  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟.  Es justo y necesario.

26:44
Rvrndo.: D. José Blanco:

En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracia siempre
y en todo lugar Señor Padre Santo

Dios Todopoderoso y Eterno
por Cristo Señor Nuestro a
quien hiciste fundamento de
todo y de cuya plenitud quisiste

que participaremos todos
siendo el de Condición Divina
se despojó de su rango y por
Su sangre derramada en la

Cruz puso en paz el universo y
así exaltado sobre todo cuanto
existe es fuente de salvación

eterna para cuantos creen en Él
por eso son los Ángeles y
Arcángeles, Tronos y

Dominaciones y con todos
los Coros Celestiales cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:

27:37
Rvrndo.: D. José Blanco:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo
y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene
en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

27:53
Rvrndo.: D. José Blanco:

Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad;
por eso te pedimos
que santifiques estos dones

con la efusión de tu Espíritu,
de manera que se conviertan
para nosotros en el Cuerpo y en
la Sangre de Jesucristo, nuestro
Señor.

El cual, cuando iba
a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
tomó pan; dando gracias, te bendijo
lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

28:52
Rvrndo.: D. José Blanco:

Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el caliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:

TOMAD Y BEBED TODOS DE EL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

29:37
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Y éste es el Sacramento de nuestra Fe:

℟.  Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
!Ven, Señor Jesús!

29:45
Rvrndo.: D. José Blanco:

Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida

y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de estar aquí en tu presencia.
celebrando esta Eucarístia.

Te pedimos, humildemente,
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

30:15
Rvrndo.: D. José Blanco:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa Francisco,
con nuestro Obispo Carlos

y todos los pastores
que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección
por la caridad.

Acuérdate también de nuestros
hermanos que durmieron
en la esperanza de la resurrección,
recordamos especialmente

en esta Eucaristia a nuestros hermanos
.. a él y a cuantos murieron
en tu misericordia; admítelos
a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen, Madre de Dios,
su esposo San José
los Apostoles, y a cuantos vivieron

en tu amistad a través de los
tiempos, merezcamos, por tu
Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

31:18
Rvrndo.: D. José Blanco:

Por Cristo, con Él y en Él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

31:31
Rvrndo.: D. José Blanco:

Y ahora hermanos todos juntos como hermanos, como miembros de la Gran Familia de Dios que somos. Damos gracias al Padre con las Palabras que el propio Jesús nos enseñó:


PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

32:16
Rvrndo.: D. José Blanco:

Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder
y la gloria, por siempre, Señor.

32:40
Rvrndo.: D. José Blanco:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy";
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia

y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

℟.  Amen.

32:59
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  La paz del Señor sea siempre con vosotros.
℟.  Y con tu espíritu.

℣.  Demonos la paz como hermanos
℟.  La Paz esté contigo

33:21
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  ten piedad de nosotros.

℣.  Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
℟.  danos la paz.

33:49
Rvrndo.: D. José Blanco:

℣.  Éste es Jesucristo Nuestro Señor,
el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a esta cena.

℟.  Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo.
℟.  Amen.


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